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Rusia y la UE mantienen sus diferencias sobre Siria

Putin intenta colar a Bielorrusia y Kazajistán en las negociaciones por el nuevo acuerdo marco con Europa

Pilar Bonet
Putin, Barroso y Van Rompuy en un rueda de prensa tras la cumbre.
Putin, Barroso y Van Rompuy en un rueda de prensa tras la cumbre.RIA NOVOSTI (REUTERS)

Vladímir Putin intentó “colar” a Kazajistán y Bielorrusia, los países socios de Rusia en la Unión Aduanera, en las negociaciones para elaborar el nuevo acuerdo marco entre Moscú y la Unión Europea en sustitución del Tratado de Asociación y Cooperación (PCA en inglés), un documento de amplio espectro, pero ya desfasado, que entró en vigor en 1997. Así lo manifestaron a este periódico fuentes de la delegación negociadora europea según las cuales este planteamiento resulta “inaceptable” hoy por hoy, porque ni Kazajistán ni Bielorrusia son miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y porque además, en el caso de Bielorrusia, existen “razones políticas” en contra del régimen del autoritario Alexandr Lukashenko, que se jacta de ser el último dictador de Europa.

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La situación en Siria fue abordada también en la cumbre sin que se produjera acercamiento entre las partes. Ambas están formalmente de acuerdo en seguir apoyando el plan del ex secretario general de la ONU, Kofi Annan, para que los sirios se sienten a negociar. En opinión de Rusia, sin embargo, los países de la UE no hacen suficiente para convencer a la oposición y de este modo desincentivan las eventuales negociaciones con el gobierno. “La situación en Siria es horrible. El régimen sirio debe interrumpir inmediatamente toda forma de violencia y apoyar plenamente la misión de Kofi Annan”, dijo el presidente de la UE, Herman van Rompuy, en la rueda de prensa conjunta. En conversación al margen, el ministro de Exteriores ruso Serguéi Lavrov admitió que Rusia querría una solución a la yemení, es decir que sean las partes quienes se pongan de acuerdo sentadas a la mesa de negociaciones. Se infiere que en ese caso, Moscú aceptaría la marcha de Assad, como aceptó la de Ali Abdullah Saleh.

La cumbre entre Rusia y la UE, que se celebró en el palacio de Konstantínov en la localidad de Strelna, en las afueras de San Petersburgo era la primera en su género para Putin desde que asumiera por tercera vez la jefatura del Estado el pasado 7 de mayo. Tras San Petersburgo, que culmina su periplo europeo, Putin emprende un periplo asiático que le llevará a Uzbekistán, China y Kazajistán. En Pekin, el líder ruso participará esta semana en la cumbre de la Organización de Shanghai, una de las diversas asociaciones integradoras que Rusia ha creado junto con sus vecinos, en este caso los países de Asia Central y China. La integración, sobre todo, en el espacio postsoviético es una de las prioridades políticas declaradas del líder ruso en esta nueva etapa. De ahí que intentara enfocar sus relaciones con la UE no sólo como representante de Rusia, sino desde una perspectiva integrada con otros socios. Putin ya había adoptado un enfoque hasta cierto punto análogo en el pasado cuando propuso que Rusia, Kazajistán y Bielorrusia entraran juntos en la OMC. Posteriormente, sin embargo, tuvo que renunciar a este empeño.

Rusia será miembro pleno de la OMC el 1 de julio después de que el parlamento ratifique el tratado alcanzado tras 18 años de negociaciones. Sin embargo, el gobierno ruso no había enviado aún el documento a la Duma Estatal (cámara baja del parlamento) el pasado viernes y el inminente ingreso de Rusia en la OMC ha causado nerviosismo y propiciado una vehemente reacción negativa en influyentes sectores industriales y agrícolas que creen verse perjudicados y expresan su punto de vista en caros anuncios de prensa. Las posibles consecuencias negativas del ingreso en la OMC para parte de la economía rusa, además del descenso de los precios del crudo (principal mercancía exportadora del país) y el descenso la cotización del rublo, que continuaba el lunes tanto frente al dólar como frente al euro, eran parte del telón de fondo con el que Putin acudió a San Petersburgo para tomar el pulso a los que son los principales socios económicos de su país, tanto por el volumen de comercio que absorben (cerca del 50% del comercio ruso) como por ser los principales clientes de la energía rusa.

Bruselas y Moscú discrepan en el alcance de los acuerdos de Rusia con la OMC
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Desde la perspectiva de Bruselas, el nuevo acuerdo marco Rusia-UE en lo que se refiere a sus capítulos económico y comercial debería ir más allá de lo acordado por Rusia con la OMC. No es este el punto de vista ruso. En la conferencia de prensa que siguió a las negociaciones del lunes, Putin manifestó que Rusia no está dispuesta a firmar un “acuerdo OMC plus”. “No podemos asumir obligaciones suplementarias, porque en este caso tendremos que ampliar estas obligaciones a otros países miembros de la OMC o bien abrir nuestro paquete negociador con otros estados y crear unas relaciones especiales entre la UE y Rusia, ignorando los intereses de otros miembros de la OMC”, dijo el líder. El presidente de la UE, José Manuel Durao Barroso, subrayó que la OMC es “buena para los rusos” aunque haya algunos puntos sensibles y puntualizó que Bruselas no tiene intención de pedir a Rusia una disminución de tarifas más allá de lo acordado con la organización. “No es nuestra intención añadir más obligaciones a las de la OMC”, dijo Barroso. Así pues, existen diferencias de interpretación sobre el significado de “OMC plus” que Rusia ve como nuevas concesiones arancelarias y Bruselas como la posibilidad de profundizar en otros temas como energía o política de inversiones.

Putin volvió a quejarse del llamado “tercer paquete” energético de la UE destinado a evitar el monopolio de empresas que intentarán integrar la producción, el transporte y la distribución. Medios europeos señalan sin embargo que, pese a sus quejas, las empresas energéticas rusas están adaptándose bien a las limitaciones impuestas por Bruselas. Putin criticó ayer el tercer paquete energético por considerar que tenía un inaceptable carácter retroactivo, ya que, según dijo, se aplica a contratos firmados previamente. Por su parte, Barroso subrayó que el paquete no es discriminatorio respecto a Rusia, ya que afecta a todos los Estados miembros y cumple con la ley internacional. “Los mercados están cada vez más liberalizados, lo que producirá más competencia y transparencia y eliminará las barreras”, señaló el alto funcionario. “Las compañías rusas son bienvenidas al mercado energético europeo”, afirmó.

Rusia está en disposición de reaccionar de forma rápida a cualquier cambio de los precios del petróleo, manifestó Putin, según el cual los cálculos en el presupuesto del año próximo pueden corregirse dependiendo del comportamiento de la economía europea. Para 2012 se planeaba inicialmente 97 dólares por barril, señaló.

Moscú presiona para que se supriman los visados para estancias de hasta 90 días en 2014

Los interlocutores rusos dan especial importancia a la supresión de visados con la UE y, según Vladímir Chizhov, el representante de Moscú en la UE, sería deseable que se llegara a suprimir los visados para estancias de hasta 90 días en 2014 coincidiendo con la olimpiada de invierno que se celebrará en la localidad rusa de Sochi. “Estamos dispuestos a movernos aún más deprisa hacia la supresión de visados. En gran medida, el balón se encuentra en el campo de nuestros socios europeos”, dijo Putin tras subrayar que no hay que temer a los delincuentes, que encuentran la forma de desplazarse con o sin visado, ni a los improbables emigrantes laborales. Putin subrayó que son los ciudadanos de a pie quienes sufren el régimen de visados. Como ejemplo, puso a los periodistas que le habían acompañado en su viaje por Alemania y Francia y que estuvieron a punto de convertirse en ilegales, según él, debido al restringido plazo de sus visados. Barroso estuvo de acuerdo en que la supresión de visados es un fin común, pero la UE prefiere concentrarse hoy en las negociaciones para facilitar aún más su expedición, decantándose así por una progresiva liberalización y un recorrido por etapas, que habrá de conducir a la larga al libre movimiento de ciudadanos en el espacio euroasiático.

Para acabar la jornada de trabajo, Putin invitó a sus huéspedes europeos a visitar una exposición única en su género alojada por el momento en el palacio de Konstantinov. Se trata de 340 piezas, en su mayoría vajillas, juegos de té y café, así como juegos de tocador, que fueron ocultados en un escondrijo por una aristocrática familia peterburguesa en septiembre de 1917, en vísperas de la revolución bolchevique. El tesoro, que consta de casi tres mil piezas, fue descubierto en marzo tras una falsa pared al realizar unas obras en la antigua mansión de la familia Narishkin en San Petersburgo. Las piezas habían sido envueltas en papeles de periódico con las fechas de la época y telas impregnadas en vinagre, por lo que se encuentran en un excelente estado de conservación. En su conjunto, el tesoro muestra la opulencia y el refinamiento en el que vivía la nobleza rusa de principios de siglo. Los objetos son en parte de producción rusa y en parte procedentes de las mejores platerías y joyerías europeas.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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