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Siria declara personas no gratas a 17 diplomáticos occidentales

La medida, que afecta a los embajadores de Estados Unidos y España, entre otros, es la respuesta por la expulsión de representantes sirios

El viceministro de Exteriores sirio, Faisal al Miqdad (Izq.) camina junto al jefe de la misión de observadores de la ONU, el general Robert Mood, hoy en Damasco, después de celebrar una reunión.
El viceministro de Exteriores sirio, Faisal al Miqdad (Izq.) camina junto al jefe de la misión de observadores de la ONU, el general Robert Mood, hoy en Damasco, después de celebrar una reunión.LOUAI BESHARA (AFP)

El régimen de Damasco quiere pagar con la misma moneda a las potencias occidentales. El gobierno de Bachar el Asad ha declarado hoy personas no gratas a los embajadores de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Italia, Turquía o España. Desde hoy, tampoco serán bienvenidos en el país los encargados de negocios de Alemania, Bélgica, Bulgaria y Canadá.

Con este gesto, Siria sigue “el principio de tratamiento recíproco”, según un comunicado difundido este martes por su Ministerio de Exteriores, hacia las 13 potencias extranjeras (junto a Australia, Japón y Holanda) que hace una semana llamaban a sus misiones diplomáticas a salir del país. Protestaban así por la masacre de Hula, en la provincia de Homs, donde 108 personas fueron asesinadas a sangre fría, 49 de ellas niños. Muertes que fueron condenadas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas pero de las que el régimen sirio sigue declarándose “inocente”, tal y como dijo El Asad durante su discurso ante el Parlamento el pasado domingo.

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“La República Árabe Siria aún cree en la importancia del diálogo basado en los principios de igualdad y respecto mutuo”, se leía además en el comunicado, donde también se expresa la esperanza de que las relaciones con las naciones afectadas vuelvan pronto a la normalidad. Algo que se presenta complicado, según varios analistas, dado el progresivo incremento de la represión ejercida por parte del régimen.

Además, en la misma jornada y por sorpresa, la vicepresidenta general de la ONU para Asuntos Humanitarios, Valerie Amos, ha anunciado por carta durante el Foro Humanitario sobre Siria, celebrado hoy en Ginebra, un acuerdo alcanzado con el régimen sirio por el que se abrirán cuatro oficinas en las ciudades de Deraa, Dayr, Homs y Idlib para coordinar la acción humanitaria. Sin embargo, se desconoce la fecha para su apertura o el personal que las conformará. “La clave está en ver si se nos permite una libertad de movimientos total y sin restricciones”, dijo en rueda de prensa el director de operaciones de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), John Ging. “En los próximos días se pondrá a prueba la buena fe del gobierno” añadió.

Según Naciones Unidas, en los últimos meses esta organización ha podido entregar comida a 250.000 personas y distribuir productos médicos y utensilios para cocinar a decenas de miles de personas. Una ayuda que para los expertos en ayuda internacional resulta insuficiente. Hasta ahora la ONU ha obtenido 37 millones de dólares (casi 30 millones de euros) de los 180 millones que necesita, según sus fuentes, para costear las labores de ayuda en el interior de Siria.

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Anuncios que se han producido horas después de conocerse la muerte de al menos siete personas en distintos puntos del país. De acuerdo a las informaciones facilitadas por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres, cuatro de ellas perdieron la vida la pasada madrugada tras producirse una redada en el pueblo Kafrouaid, en la provincia de Idlib, al norte del país.

Otras dos han muerto en Latakia, ciudad en el Mediterráneo de la que es oriunda la familia Asad, después de que algunos testigos también relataran intensos ataques de la artillería del ejército regular sirio sobre la ciudad de Kfar Zita, en la provincia de Hama, a partir de las cuales habrían entrado en acción las sangrientas milicias prorégimen. Conocidas como shabiha, estos grupos armados a sueldo son sospechosos, según funcionarios europeos, de ser los autores directos de la masacre de Hula, en un momento en que Bachar el Asad recurre a ellas cuando aumentan las deserciones en las filas de su ejército.

Horas antes, en varios pueblos de la provincia de Homs, también se registraron ataques de la artillería del régimen, dejando al menos a tres personas muertas tras una sucesión de bombardeos, según informaron los Comités Locales que coordinan a gran parte de la oposición en el terreno.

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