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La UE considera “inaceptable” el derribo de un avión turco por Siria

Unos 40 militares sirios, entre ellos un general, desertan y escapan a Turquía Ankara revela que un segundo avión fue tiroteado después del primero Los ministros de Exteriores aprueban nuevas sanciones contra el régimen de El Asad Analizarán las elecciones en Egipto y las últimas negociaciones sobre el programa nuclear iraní

El ministro francés Fabius, en Luxemburgo.

Nunca hubo tantos en un solo día. Nada menos que un general, dos coroneles, cinco oficiales y una treintena de soldados sirios desertaron y se exiliaron en Turquía, según anunció Anatolia, la agencia de prensa turca, que no reveló sus nombres. Todos ellos y sus familiares, en total 196 personas, fueron enviados al campamento de Apaydin, en la provincia oriental de Hatay, reservado a los militares. Es el único al que la prensa no puede acceder. Turquía acoge a 33.079 refugiados sirios, según la Dirección para situaciones de emergencia (AFAD).

El goteo de deserciones en las filas del Ejército sirio se acelera en los últimos días y alcanza nuevos estamentos militares. El coronel Hassan Hamada, de la Fuerza Aérea, se posó el sábado pasado en Jordania con su avión Mig soviético. Otros tres pilotos cruzaron el domingo la frontera terrestre jordana con sus familias.

En total 13 generales, según la contabilidad oficial turca, han “traicionado” al régimen de Bachar el Asad desde que estalló la rebelión hace 15 meses. También lo han hecho varios miles de soldados o de jóvenes llamados a filas. Se carece de una estimación fiable sobre su número.

No todos se han incorporado al Ejército Libre de Siria (ELS), que desde el este de Turquía lucha contra las fuerzas del presidente El Asad. Arabia Saudí quiere animarles a apuntarse a las filas de este ejército en gestación desde finales de 2011.

Junto con Catar, las autoridades saudíes se disponen a sufragar los sueldos de los hombres del ESL, según reveló el viernes el diario británico The Guardian. Otro rotativo, The New York Times, señaló el jueves que esos dos países árabes, junto con Turquía, compraban armas que entregaban a los rebeldes sirios. Ankara desmintió la información.

El Ejército sirio se resquebraja, pero no así sus cuerpos de élite, la Guardia Presidencial y la IV División, cuyo jefe en la sombra es Maher el Asad, hermano pequeño del presidente. Entre el núcleo duro del poder militar, integrado por musulmanes alauíes, no se ha producido ninguna defección.

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“La IV División se mantiene intacta, pero corre zarandeada de un lado al otro del país para reprimir y rematar el trabajo de los shabiha [paramilitares a las ordenes del régimen]”, explica un exagregado militar europeo en Damasco. “Está fatigada”. Desde el inicio de la rebelión han muerto unos 3.000 militares, según ha reconocido Damasco, una cifra que el Observatorio Sirio de Derechos Humanos eleva a 3.500. El número de civiles fallecidos casi cuadriplica el de los militares.

Este lunes, el Gobierno turco reveló que las baterías antiaéreas sirias hicieron fuego contra un segundo avión de Ankara poco después de que fuera derribado el primero. Se trataba de un avión de reconocimiento modelo Casa y el ataque cesó, según el Ejecutivo de Ankara, cuando el Gobierno sirio fue contactado directamente desde Turquía.

La Unión Europea dio ayer una nueva vuelta de tuerca al régimen sirio al ampliar, por decimosexta vez, sus sanciones. Los ministros de Exteriores ordenaron, entre otras cosas, la congelación de los haberes en Europa de los ministerios de Defensa e Interior.

En total seis nuevas instituciones y empresas sirias serán añadidas a la lista negra de los castigados, en la que figuran a partir de ahora 129 personas físicas y 49 jurídicas. Francia desea que la UE dé pronto un paso más y decrete el embargo de las importaciones de fosfato sirias.

La mayor novedad de la reunión ministerial de Luxemburgo fue la apelación al capítulo 7 de la Carta de Naciones Unidas para ejercer una mayor y más efectiva presión sobre el clan de los Asad. Ese capítulo aborda las acciones a tomar en caso de amenazas a la paz, sin recurrir al uso de la fuerza, aunque señala también que se podría recurrir a fuerzas aéreas, navales o terrestres para bloqueos y otras operaciones. La OTAN se amparó en el capítulo 7º para intervenir en Libia en 2011.

Para llegar a ese extremo se requeriría el aval del Consejo de Seguridad de la ONU, donde Rusia y China han vetado regularmente esas y otras medidas para presionar a Damasco.

Por último, los Veintisiete tacharon de “inaceptable” el derribo, el viernes pasado, de un caza turco por la defensa antiaérea siria. Ankara acusó el domingo a Damasco de haberlo abatido en el espacio aéreo internacional y no en el sirio, e informó ayer de que un segundo aparato fue atacado poco después. Turquía estudia cortar el suministro de electricidad a Siria, según anunció ayer el viceprimer ministro, Bülent Arinç.

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