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Seúl y Tokio anuncian un pacto militar

El acuerdo, concebido para hacer frente al ascenso de China y a la hostilidad de Corea del Norte, es muy criticado por muchos surcoreanos que sienten un gran resentimiento contra Tokio por su brutal ocupación de la península entre 1910 y 1945

La nueva realidad en Asia oriental ha podido más que los odios del pasado. Corea del Sur ha realizado un ejercicio de pragmatismo y ha decidido firmar un pacto militar con Japón, con objeto de intercambiar información sensible sobre Corea del Norte y el creciente poderío militar de China, según ha informado hoy la agencia surcoreana Yonhap. El acuerdo, que se prevé que sea rubricado este viernes, ha sido muy controvertido, ya que muchos surcoreanos sienten un gran resentimiento contra Japón por su brutal invasión de la península coreana entre 1910 y 1945.

La revelación de que el Gobierno de Seúl aprobó el acuerdo, sin previo aviso a la población, el martes pasado ha ofendido aún más a los surcoreanos y ha provocado llamamientos para que sea cancelado.

Japón ha notificado a Corea del Sur que dará el visto bueno a la alianza este viernes, y la firma será realizada acto seguido en Tokio, según fuentes del Ministerio de Exteriores surcoreano citadas por Yonhap. “Si las cosas van según lo previsto, los dos países rubricarán el pacto el viernes”, ha dicho la fuente. Cho Byung-jae, portavoz de Exteriores, ha confirmado este extremo en una rueda de prensa en Seúl. Pero ha negado que Corea del Sur haya sido empujada a la alianza por Estados Unidos, aunque ha reconocido la necesidad de incrementar la cooperación entre Washington, Seúl y Tokio.

Estados Unidos, cada día más receloso del auge de China, ha urgido a los dos países asiáticos -grandes aliados suyos y en los que tiene estacionados decenas de miles de soldados- a que dejen atrás sus diferencias históricas y refuercen sus lazos militares ante el ascenso de Pekín y la creciente hostilidad de Pyongyang, tras la incertidumbre creada por la muerte en diciembre pasado del líder norcoreano Kim Jong-il.

A pesar de los crecientes intercambios económicos y culturales, Japón y Corea del Sur mantienen disputas históricas sobre la soberanía de un grupo de islotes en un mar cuyo nombre también está en disputa, uno lo llama mar de Japón y el otro mar del Este o mar de Corea. Otra importante fricción es la negativa de Tokio a negociar compensaciones para las mujeres coreanas que fueron utilizadas como esclavas sexuales por los soldados japoneses durante la II Guerra Mundial. Pero fuentes del Gobierno surcoreano admiten que Seúl necesita el pacto para poder utilizar “los activos de inteligencia de Japón, incluidos satélites espía y modernos aviones de vigilancia”. Hasta ahora, los dos países tenían que intercambiar a menudo la información a través de Estados Unidos.

Corea del Sur y Japón han mantenido conversaciones desde principios de 2011 para tejer dos pactos militares: uno denominado GSOMIA (siglas en inglés de Acuerdo General de Seguridad de Información Militar) y otro sobre logística militar conocido por sus siglas ACSA. Seúl ha decidido suspender este último por ser demasiado sensible, ya que permitiría a las tropas japonesas entrar en territorio de Corea del Sur.

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La alianza entre los dos países ha sido denunciada en Seúl por la oposición y por representantes de numerosos grupos civiles.”El GSOMIA responde a la intención de Estados Unidos de instalar un sistema de defensa de antimisiles en el noreste de Asia, dirigido contra Corea del Norte y China”, ha afirmado un portavoz de Solidaridad para la Paz y la Reunificación de Corea, según Yonhap. “Si ese es el propósito, (el pacto) comprometerá seriamente la seguridad en la península coreana y en Asia nororiental”. Otros grupos han asegurado que la alianza es un perdón de hecho de las atrocidades cometidas por Japón durante la guerra.

Corea del Norte también ha criticado el acercamiento entre su vecino del Sur y Japón y ha calificado el acuerdo de “acto antipatriótico”, que, según dice, se ha debido a “la presión de Estados Unidos”.

Unos 28.500 soldados estadounidenses, principalmente de infantería, están destacados en Corea del Sur, y más de 35.000, mayormente de las fuerzas naval y aérea, están en Japón.

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