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Obama propone bajar los impuestos a la clase media y subirlos a los ricos

La oposición defiende que los recortes solo reducirán la inversión y agudizarán los problemas económicos

Antonio Caño
El presidente norteamericano, Barack Obama, durante sus declaraciones en la Sala Este de la Casa Blanca.
El presidente norteamericano, Barack Obama, durante sus declaraciones en la Sala Este de la Casa Blanca.SAUL LOEB (AFP)

Barack Obama ha llevado el debate electoral al sensible terreno de los impuestos al proponer este lunes una reducción de las cargas fiscales para la clase media y un incremento para la minoría que cuenta con más recursos. El presidente asegura que este es el mejor modo de crear puestos de trabajo y de devolver la prosperidad a la mayoría de la población.

“No estoy proponiendo nada radical”, ha asegurado Obama en una comparecencia en la Casa Blanca, “sólo quiero que el 98% de la población que gana menos de 250.000 dólares al año conserve sus ventajas fiscales y eliminarlas para el 2% que supera esa cifra”. “Ya es hora de acabar con los beneficios fiscales de quienes, como yo, pueden permitirse pagar más”.

El presidente explicó que, de esta manera, se permitirá que la clase media pueda mirar al futuro con más optimismo, que aumente el consumo y, como consecuencia, se incremente también la capacidad de las empresas de ofrecer empleo.

Los republicanos no comparten esa visión y defienden ventajas fiscales para todos, tanto para los que tienen menos como para los que tienen más ingresos. La oposición entiende que una subida ahora de los impuestos a los ricos va a hacer que éstos inviertan menos y se agudicen los actuales problemas económicos.

El presidente quiere que se conserven las ventajas para todos aquellas familias que ingresan al año menos de 250.000 dólares

El debate está centrado en torno a una ley de la Administración de George Bush que contemplaba reducciones de impuestos al conjunto de la población. Pese a que Obama se opone a esa ley, ya la prorrogó una vez para evitar una confrontación con el Congreso, dominado por los republicanos.

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Esa ley se encuentra ante un nuevo plazo de expiración a finales de este año, y esta vez Obama afirma que no está dispuesto a extenderla de forma general. El presidente quiere que se conserven las ventajas para todos aquellas familias que ingresan al año menos de 250.000 dólares (unos 200.000 euros), pero pretende eliminarlas para quienes superen esa cifra. Traducido a los tipos impositivos actuales, Obama propone mantener por debajo del 30% todos aquellos ingresos de menos de 250.000 dólares y elevar del 33% y 35%, que es el tipo máximo actual, al 39% los que estén por encima de esa cantidad.

“No tengamos a la mayoría de los norteamericanos y a la economía entera como rehenes mientras discutimos la necesidad de otra reducción de impuestos para los ricos”, declaró Obama.

Puesto que es prácticamente imposible que demócratas y republicanos se pongan de acuerdo sobre la extensión de esa ley antes de las elecciones de noviembre, será en las urnas donde se decida el futuro modelo impositivo de Estados Unidos. En los términos en los que lo planteó Obama en su comparecencia de hoy, aquellos que estén de acuerdo en mantener impuestos reducidos para los más ricos pueden votar por el candidato republicano, Mitt Romney, pero quienes creen que hay que favorecer prioritariamente a la clase media deben respaldar al presidente.

El líder republicano en el Congreso, John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes, calificó la propuesta de Obama de “posición quijotesca que dañará a los pequeños y medianos empresarios y a la creación de empleo”.

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