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China, en guardia ante la crisis

La caída de la demanda global inquieta a Pekín en víspera del traspaso de poder El primer ministro aboga por estimular la economía, pero con cautela

El primer ministro chino, Wen Jiabao.
El primer ministro chino, Wen Jiabao.EFE

El primer ministro chino, Wen Jiabao, ha vuelto a hacer gala de su prudencia habitual y ha asegurado que el impulso para lograr una recuperación económica aún no es estable y las dificultades continuarán durante algún tiempo, a pesar de que la economía del país asiático crece a tasas impensables en Occidente. Así lo señaló el sábado durante una de sus habituales giras por China —en la provincia suroccidental de Sichuan—, según publicó el domingo la agencia oficial Xinhua.

“Hay que entender claramente que todavía no se ha logrado el empuje para un rebote estable. Necesitamos evaluar la situación de forma exhaustiva y reconocer los problemas, dificultades y riesgos, en particular la presión a la baja de la economía”, señaló. El banco central lanzó también una advertencia el viernes y dijo que la debilidad de la demanda global dificultará el crecimiento. Calificó la situación mundial de “sumamente” complicada.

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Los comentarios de Wen, que dejará el cargo en marzo próximo, se producen después de que el viernes fueran publicados los datos de la economía del segundo trimestre, que, según la Oficina Nacional de Estadísticas, ha crecido un 7,6% anual, el valor más bajo desde el 6,6% registrado en el primer trimestre de 1999, cuando la crisis financiera mundial estaba en auge. La ralentización se ha debido al impacto que ha tenido en China la crisis en Europa y Estados Unidos, que ha desanimado la demanda extranjera, y al efecto de los controles aplicados por Pekín para frenar la especulación inmobiliaria y la inflación.

No obstante, el primer ministro afirmó que el actual ritmo de crecimiento del PIB se encuentra dentro de los cálculos previstos, y las medidas tomadas por el Gobierno para “estabilizar la economía” están “dando frutos”. El objetivo oficial de crecimiento para el conjunto del año es del 7,5%. En 2011 subió un 9,2%, y en 2010 lo hizo un 10,4%.

Wen apuntó que “los fundamentos para el desarrollo siguen siendo sólidos”, ha vuelto a repetir que “la prioridad número uno” es estabilizar el crecimiento y ha asegurado que en el segundo semestre se van a realizar ajustes para cumplir las previsiones.

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El Gobierno dará prioridad a la creación de puestos de trabajo —uno de los grandes retos de la segunda economía del mundo—, impulsará la actividad de empresas privadas, y proporcionará ayuda financiera y ventajas fiscales a las compañías exportadoras afectadas por la caída de la demanda exterior. También incentivará el desarrollo de los mercados emergentes y la inversión privada.

El primer ministro afirmó que la moderación de la inflación, las subidas de los salarios y la mejora en el nivel de vida y la inversión en infraestructuras auguran un futuro crecimiento. El Gobierno recortó recientemente los tipos de interés por segunda vez en un mes, y desde diciembre ha disminuido en tres ocasiones los requisitos de reservas que deben tener los bancos. La inflación china se situó en el 2,2% en junio, el valor más bajo en 29 meses.

Pekín está inyectando dinero en la economía mediante inversiones en compañías estatales y mayor gasto en proyectos de vivienda de bajo coste y obras públicas. Pero lo está haciendo con precaución, ya que el plan de estímulo aprobado en noviembre de 2008 por valor de cuatro billones de yuanes (513.400 millones de euros al cambio actual) para hacer frente a la crisis financiera global disparó la inflación y provocó una espiral inmobiliaria.

La búsqueda de un crecimiento que garantice el desarrollo y la creación de suficientes puestos de trabajo, sin sobrecalentar la economía ni desatar la inflación, ha sido una constante de la política china desde hace años. Un fallo por cualquiera de los lados podría generar descontento e inestabilidad social y poner en peligro la continuidad del Partido Comunista Chino, algo que preocupa especialmente a los líderes cuando se preparan para el cambio en la dirección del partido a finales de año, y en la cúpula del Gobierno, en marzo de 2013.

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