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EL CONFLICTO SIRIO

El Asad lucha por reconquistar Damasco

El presidente sirio envía blindados y helicópteros para aplastar la rebelión en el sur de la capital La protesta callejera se extiende a las zonas acomodadas de la ciudad

En este vídeo grabado por El Ejército Libre de Siria se ve a los rebeldes combatiendo desde una barricada en una calle de Damasco. El vídeo fue publicado en YouTube el domingo.

Acaso no haya llegado aún el fin para el régimen de Bachar el Asad, y su Ejército y sus milicias sean capaces de expulsar a los rebeldes armados que el domingo se apoderaron parcialmente de media docena de barrios de Damasco. Pero las batallas sin precedentes que desde el domingo se libran, por primera vez, en plena capital demuestran que no pueden ganar esa guerra como tampoco lograron acabar con la rebelión pacífica antes de que, en 2011, los alzados optasen por la lucha armada. Los grupos de oposición en El Cairo y Beirut afirmaron que los combates continuaban este martes por la mañana.

El País

La guerra alcanzó con fuerza Damasco el domingo por la tarde, y el estruendo que lleva aparejado, con el estallido de los proyectiles de morteros y el tableteo de las metralletas, debía de ser perfectamente audible desde el palacio presidencial y demás centros de poder. “¿Dormirán Bachar y Asma [esposa del presidente] con bolas de cera en los oídos?”, bromeaban algunos damasquinos en las redes sociales pese a las penalidades que sufrían.

El País

Desde que hace 16 meses estalló en Deraa —al sur del país, junto a la frontera jordana— la rebelión contra el régimen de El Asad, cuya represión se ha cobrado 17.000 muertos mayoritariamente civiles, se habían producido algunas escaramuzas nocturnas en la capital, pero nunca unos enfrentamientos tan violentos, prolongados y a plena luz del día como los que empezaron el domingo. La Cruz Roja Internacional aseguró que Siria vivía una guerra civil en toda regla.

Si los dignatarios del régimen guardaban silencio, algunos de los medios de comunicación que le son afines reconocían a su manera la trascendencia de la batalla en curso. “¡Damasco nunca será vuestro!”, titulaba en portada el rotativo Al Watan. “Es un vuelco”, recalcaba Abdel Rahman, quien desde Londres dirige el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Los opositores sirios en el exilio se turnan eufóricos desde el domingo ante las cámaras de las televisiones árabes vía satélite para comentar el asalto a la capital.

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Helicópteros del Ejército sirio sobrevuelan las calles de Damasco, en un vídeo grabado por los rebeldes.

El Ejército del presidente Bachar el Asad se esforzó el lunes en recuperar los barrios del sur de la ciudad en los que la guerrilla del Ejército Sirio Libre (ESL) se atrincheró el domingo a mediodía. Son algunos de los barrios más pobres de la ciudad y, aunque Damasco es una ciudad mayoritariamente suní, en estos distritos la población que profesa esta rama del islam forma una mayoría aplastante.

Columnas de humo en el centro de Damasco.

Al caer la noche del lunes, seguía resistiendo los embates pese a su inferioridad armamentística. En Al Tadamon y Naher Aisha, donde los choques eran más intensos, se combatía calle por calle: los rebeldes desde sus barricadas improvisadas.

Tras varias horas de bombardeo Maher el Asad, el hermano pequeño del presidente que manda la mejor equipada de las divisiones del Ejército regular, envió a la zona a decenas de carros de combate, que los vecinos de Damasco pudieron observar circulando en fila por algunas avenidas de la ciudad, y helicópteros artillados.

Frente a esta unidad, la IV División, el ESL solo posee fusiles, metralletas, granadas y armas antitanque. Entre sus miembros, muchos son desertores del Ejército regular a los que se añaden voluntarios sin experiencia militar. En la capital han contado con la valiosa ayuda de jóvenes damasquinos que cortaron avenidas para bloquear la contraofensiva.

Convencido de que esta puede ser la ofensiva final, el ESL ha pedido a todos sus hombres que se sumen al frente sur de la capital y, si no pueden acercarse a Damasco, que armen bulla allí donde está instalados para entretener e inmovilizar en otros frentes a las tropas leales a El Asad.

Mientras las fuerzas gubernamentales intentaban reconquistar el sur, tuvieron también que hacer frente a incursiones enemigas en otros barrios más céntricos como Zahera y, sobre todo, Midan, hasta ahora inmunes a la guerra. En Midan varios agentes del régimen cayeron en una emboscada. Tras expulsar a los insurrectos, decenas de vehículos blindados se desplegaron en el área para impedir su regreso.

El centro histórico de Damasco permaneció ayer tranquilo aunque con muy poca actividad. La circulación era escasa y la mayoría de los comercios permanecieron cerrados. Buena parte de la población se encerró en sus casas sin, en muchas ocasiones, luz eléctrica porque los cortes eran frecuentes, según señalaban algunos vecinos de la capital a través de las redes sociales.

En los distritos más castigados, como Al Tadamon, sus habitantes aprovecharon un receso en los combates para huir hacia lugares algo más seguros, que son cada vez más difíciles de encontrar porque los combates se propagaban hasta algunos suburbios como Jarama.

Pese a la tensión, grupos de jóvenes se atrevieron a gritar eslóganes contra El Asad mientras daban saltos en distritos aún no golpeados por la guerra. Sucedió, por ejemplo, en el barrio popular de Beit Sahem, en Kfar Suse, pero también en el selecto vecindario de Al Mazze, donde reside la burguesía. “No puedo creer que hasta aquí han llegado las protestas y además con fuerte participación de mujeres”, gritaba alegre, a través de Skype, una vecina del barrio que pidió que no se publicase su nombre.

Los enfrentamientos han provocado desde el domingo la clausura de varios accesos a Damasco, como la autovía de Deraa, y la carretera que conduce al aeropuerto, cerrada por las autoridades por razones de seguridad. Aunque el toque de queda no fue formalmente declarado anoche, “solo circulan vehículos del Ejército y ambulancias”, señaló la mujer de Al Mazze.

La agencia de prensa oficial SANA dio una escueta versión diametralmente opuesta de lo sucedido. Indicó que “un grupo terrorista” provocó explosiones en Al Tadamon, pero que fue descubierto por fuerzas de seguridad, que causaron muchas bajas en sus filas.

Pese a los apuros en los que está sumido El Asad, Rusia continuó mantiene su posición. “No es realista” pedir a Moscú que le presione para que dimita, declaró el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, según la agencia RIA Novosti. El Asad “no se irá, no porque le respaldemos, sino simplemente porque una parte significativa del pueblo de Siria le apoya”. Lavrov se entrevistó el lunes en Moscú con el mediadior internacional en Siria, Kofi Annan. Annan también se encontrará con Vladimir Putin el martes para intentar buscar apoyos a la misión d elos 300 observadores ante una nueva escalada de la violencia.

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