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Las diferencias sobre Siria no enturbian la buena relación entre Rusia y Turquía

Putin y Erdogan pasan revista en Moscú a las relaciones comerciales bilaterales

Pilar Bonet
Erdogan y Putin en una conferencia de prensa tras su reunión del miércoles.
Erdogan y Putin en una conferencia de prensa tras su reunión del miércoles.Sasha Mordovets (Getty Images)

Las relaciones entre Turquía y Rusia --como socios económicos y comerciales y potencias regionales-- son más importantes que sus diferencias sobre Siria. Así lo evidenciaron las declaraciones oficiales que rodearon el miércoles la visita de trabajo a Moscú del jefe de gobierno turco Recep Tayyip Erdogan. El político turco se entrevistó con el presidente Vladímir Putin, en el Kremlin, y durante su estancia en la capital rusa, en Damasco tuvo lugar el atentado suicida en el que perdieron la vida el ministro de Defensa sirio, y otros dos altos funcionarios de la cúpula del régimen de Bachar el Asad.

La primera reacción oficial al atentado en nombre de Rusia no corrió a cargo del presidente Putin ni del ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, sino de Aleksandr Lukashévich, el portavoz de este ministerio. “En Moscú se condenan decididamente el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones”, manifestó Lukashevich en un comentario divulgado en la página oficial de Exteriores. “Confiamos en que los organizadores del acto terrorista en Damasco serán descubiertos y recibirán su merecido castigo”, señala el documento. Rusia ve en lo sucedido “un intento más de seguir desestabilizando la situación en Siria”. Refiriéndose a las víctimas del atentado, Lukashévich dijo que “en Rusia conocían bien a estas personas que contribuyeron significativamente al desarrollo de las relaciones ruso-sirias”.

Tras entrevistarse con Putin y refiriéndose a la reunión del Grupo de Acción sobre Siria en Ginebra, Erdogan dijo que es “una importante hoja de ruta” y que creía “posible conseguir un resultado con las decisiones tomadas en Ginebra”. No obstante, el político turco señaló que la prolongación de ese proceso lleva consigo derramamiento de sangre y pérdidas humanas. “Como resultado de las despiadadas acciones del régimen de El Asad han perdido la vida cerca de 18.000 personas, 40.000 refugiados se encuentran en territorio de Turquía, 150.000 en Jordania y 20.000 en Líbano”, dijo Erdogan, quien expresó su deseo de que “el destino de Siria después de El Asad sea decidido por el mismo pueblo sirio y no por otras partes”. Turquía, dijo, está en contra de que se viole la integridad territorial de Siria.

Ignorando los matices expresados por Erdogan, Putin afirmó que “Rusia acoge positivamente el apoyo de Turquía a las decisiones del Grupo de Acción en Ginebra”. “Es una buena base para coordinar posiciones en el futuro”, señaló.

Erdogan explico que Turquía y Rusia habían intercambiado información, pero no documentos sobre el incidente en el que un caza turco fue abatido sobre el mar por las defensas antiaéreas de Siria el pasado 22 de junio. Previamente a la visita del primer ministro turco a Moscú, diplomáticos de ambos países debatieron a fondo la situación en Oriente Próximo y el Norte de África, así como la posibilidad de una regulación pacífica en Siria sobre la base del plan del enviado especial de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan. En esas conversaciones, Turquía fue representada por su embajador en Damasco, Adil Onjon, y Rusia por el viceministro de Exteriores, Mijaíl Bogdánov, que es el representante del presidente Putin para temas de Oriente Próximo.

Moscú y Ankara han estrechado sus relaciones en los últimos años. Rusia es el segundo socio comercial de Turquía después de Alemania y el volumen de comercio en 2011, según Putin, fue de 34.000 millones de dólares. Ese año, Turquía recibió 1.100 millones de dólares de inversiones rusas, lo que multiplica por diez la cifra de 2010, según la agencia oficial Itar-Tass. Rusia, además, suministró a Turquía cerca de 26.000 millones de metros cúbicos de gas, en gran parte a través del gasoducto Corriente Azul. Turquía ha dado el visto bueno al tendido por su zona económica del mar Negro del gasoducto Corriente del Sur que Moscú considera un proyecto estratégico clave para sus suministros a la Unión Europea. Moscú ha firmado un contrato de 20.000 millones de dólares para instalar la primera central nuclear de Turquía y las constructoras turcas tienen importantes encargos en Rusia. El año pasado cerca de 3,5 millones de turistas rusos visitaron Turquía, que ha suprimido el visado para los ciudadanos de Rusia.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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