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Un estallido de violencia causa decenas de muertos en Tayikistán

La violencia en la región del Pamir, fronteriza con Afganistán, amenaza con ampliar los focos de tensión en Asia Central

Pilar Bonet

Los enfrentamientos entre fuerzas del orden y bandas armadas esta semana en la remota región del Pamir, en Tayikistán, han dejado por lo menos varias decenas de muertos y evidencian la precaria estabilidad en estas regiones fronterizas de Afganistán, Kirguizistán y China. Los acontecimientos fueron desencadenados por el asesinato del general tayiko Abdullo Nazárov, que dirigía el Comité de Seguridad del Estado en la región autónoma de Gorno-Badajshan, que es como se denomina administrativamente la zona del Pamir, muy pobre y muy mal comunicada con el resto del Estado de Tayikistán. Nazárov fue asesinado en la noche del 21 al 22 de julio en uno de los accesos a Jorog, la capital de Gorno-Badajshán, aparentemente por delincuentes locales, de los que generalmente se dedican al contrabando desde la vecina Afganistán, separada de Gorno-Badajshán por el mal vigilado río Pianzh.

Las fuerzas del orden tayikas reaccionaron al asesinato del alto funcionario el 24 de julio con una ofensiva contra los supuestos autores en Jorog. Según fuentes de la zona, víctimas de la operación, en la que habrían participado varios miles de efectivos, fueron también numerosos civiles alcanzados casualmente por las refriegas. Oficialmente, murieron 12 miembros de las fuerzas del orden y 30 miembros de las bandas armadas, 23 soldados fueron heridos y 40 personas fueron detenidas. Las autoridades han negado la existencia de civiles entre los muertos y han dado un plazo a los habitantes de Jorog para que entreguen a los cuatro sospechosos del asesinato de Nazárov. El plazo ha sido prorrogado hasta el 27 de julio.

La chispa fue el asesinato del jefe de seguridad en la región autónoma tayika de Gorno-Badajshan

La información sobre los sucesos es muy fragmentaria porque las comunicaciones telefónicas con Gorno-Badajshán están cortadas. Fuentes tayikas en Moscú aseguran que en Jorog fueron enterrados el miércoles 40 civiles y que hubo más de un centenar de muertos en el contingente militar y policial enviado a la región. Otras fuentes, también tayikas, afirman que los soldados de este contingente estaban muy mal preparados para la operación, aunque ésta había sido planeada con anterioridad al asesinato de Nazárov con el fin de someter a Gorno-Badajshan al control del Gobierno de Emomalí Rajmón en Dushambé. La ruta de 527 kilómetros entre Jorog y Dushambé, escarpada, sinuosa y en muy mal estado, exige cerca de 16 horas de viaje a un conductor experto, lo que hace pensar que la incursión de las fuerzas gubernamentales había sido en efecto preparada con anticipación.

Varios testimonios hablan
de civiles muertos

Los enfrentamientos entre fuerzas del orden y bandas armadas se han dado antes en Tayikistán, el país más pobre de la ex URSS, que fue escenario de una guerra civil entre 1992 y 1997. Aquella contienda se cerró con un acuerdo que integró a la guerrilla armada y a sus comandantes en las estructuras del Ejército y la Seguridad de Tayikistán. Sin embargo, con el tiempo y el aposentamiento en el poder del presidente Rajmónov (hoy Rajmón), la oposición (los islamistas moderados del Partido del Renacimiento Islámico) fue relegada a una representación marginal en el Parlamento. Parte de los guerrilleros que se habían integrado en las estructuras de seguridad fueron purgados y marginados y el resultado es que algunos de los “comandantes” del pasado siguen activos al frente de grupos clandestinos y subsisten como pueden. Según la perspectiva desde la que se les juzgue y según los periodos de su biografía, pueden ser vistos como autoridades de hecho, con prestigio popular, o como bandidos y contrabandistas, o ambas cosas a la vez. En 2010, ya se produjo un enfrentamiento armado entre fuerzas gubernamentales y guerrilleros de oposición en el valle de Rasht.

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Gorno-Badajshan tiene algo más de 200.000 habitantes y, dada la pobreza y la falta de de trabajo, un gran porcentaje de la población emigra a Rusia, donde se calcula que residen cerca de 30.000 oriundos de la región. Los habitantes del Pamir hablan lenguas y dialectos del persa, que se diferencian del idioma tayiko, y en su mayoría son ismaelíes, una comunidad de origen chií dirigida por el Aga Khan. Desde su red filantrópica-económica, el Aga Khan contribuye al desarrollo de la zona con numerosos proyectos, entre ellos proyectos transfronterizos con Afganistán. Al otro lado del Pianzh, que separa los dos países, viven miembros de las mismas comunidades que en el Pamir y en esos territorios afganos, controlados en el pasado por la Alianza del Norte, no se han evidenciado conexiones significativas con sectores radicales del islam (talibanes y Al-Qaeda) existentes en otras zonas de Afganistán. Con todo, el presidente de Afganistán, Hamid Karzái, decidió enviar refuerzos a la frontera tras conversar por teléfono con Rajmón.

El autoritario
Emomalí Rajmón
ha ido cerrando los espacios a la oposición

“Toda esa región es muy sensible por los conflictos que hay en los alrededores, en Afganistán, en Pakistán y en China. Hoy puede no haber conexiones, pero mañana pueden aparecer”, afirma en Moscú el cineasta Davlat Judonazarov, uno de los artífices del acuerdo de pacificación que concluyó la guerra civil en Tayikistán en 1997. “Cuanto más pronto se resuelva el conflicto mejor, porque la incorporación de nuevos jugadores externos puede llevar a graves consecuencias”, señala Judonazárov. “Esta situación puede hacer temblar al régimen de Emomalí Rajmón, pero no estoy seguro de que la alternativa sea mejor que lo existente”, sentencia. En Moscú representantes de varias fuerzas de la oposición a Rajmón afirmaban el jueves su voluntad de crear un frente de lucha común contra el autoritario presidente tayiko. El Aga Khan trata de mantener un perfil no político en sus actividades en la zona, pero los incidentes, si se confirma sobre todo la existencia de muertes entre civiles, pueden avivar viejas tensiones entre las fuerzas independentistas del Pamir y Dushambé.

Tras la guerra civil, en la que el Pamir estuvo prácticamente aislado del resto del Tayikistán, el Gobierno central ha incrementado su presencia en la zona, donde el contrabando ha florecido debido a la poca vigilancia de la frontera con Afganistán. En total, Tayikistán tiene 1206 kilómetros de fronteras con ese país.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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