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El presidente interino de Malí regresa al país tras dos meses de “exilio”

Su primera tarea será la creación de un gobierno de unidad nacional para un periodo de transición

José Naranjo
Dioncounda Traore, el pasado mes de mayo.
Dioncounda Traore, el pasado mes de mayo.SEYLLOU (AFP)

El presidente interino de Malí, Dioncounda Traoré, regresó ayer viernes a su país tras más de dos meses de convalecencia en Francia a consecuencia de una grave agresión sufrida el 21 de mayo cuando un grupo de manifestantes contrarios a su mandato penetró en el Palacio Presidencial. Su primera tarea será la creación de un gobierno de unidad nacional para un periodo de transición a la democracia de un año, pero buena parte de los malienses y la comunidad internacional confían en que pueda también solucionar el problema del norte del país, donde grupos terroristas y yijadistas controlan el territorio desde finales de marzo.

Llegó sobre las 17.30 hora local y le recibió a pie de avión el primer ministro interino, Cheikh Modibo Diarra, y otras autoridades civiles y militares, así como el cuerpo consular. También estaba en el Aeropuerto para recibirle el presidente de la junta militar golpista, el capitán Amadou Haya Sanogo. Miles de malienses salieron a la calle con pancartas para darle la bienvenida a lo largo de todo el camino del aeropuerto a la ciudad.

El regreso de Dioncounda Traoré era muy esperado en Malí. Designado jefe de estado interino tras un acuerdo alcanzado entre los militares que dieron un golpe de estado el pasado 22 de marzo y la Comunidad Económica de Estados de África del Oeste (Cedeao), su precipitada salida del país ha bloqueado la transición durante dos meses y ha frenado la toma de decisiones respecto al norte. De hecho, la junta militar presidida por el capitán golpista Amadou Haya Sanogo es la que sigue dictando las órdenes en Malí, a la que vez que lleva a cabo una selectiva represión contra periodistas y personalidades vinculadas al régimen anterior del ex presidente Amadou Toumani Touré (ATT).

Sin embargo, Dioncounda Traoré, que ha sido presidente del Congreso los últimos cinco años, encontrará también grandes resistencias. Una parte de la sociedad maliense, agrupada en torno a la plataforma Copam (pro golpe de Estado), no le considera la persona adecuada para pilotar la Transición y la pasividad de las Fuerzas Armadas que debían velar por su seguridad durante la agresión que sufrió el 21 de mayo dejan bien a las claras que Traoré no lo tendrá fácil. De hecho, el primer ministro interino, Cheikh Modibo Diarra, ha promovido la creación de un cuerpo de seguridad especial para proteger su integridad física tras su retorno al país.

Además de la composición del nuevo gobierno de unidad nacional para conducir la transición durante un año, que deberá crearse antes del próximo martes según ha exigido la Cedeao, una de las grandes incógnitas que tendrá que despejar el presidente interino en los próximos días es la posible llegada a Malí de una fuerza militar africana con un doble objetivo: garantizar la transición frente a un Ejército aún “intervencionista” y colaborar con las Fuerzas Armadas en la “reconquista” del norte del país.

La Cedeao ha anunciado que ya tiene preparado un contingente de 3.300 soldados dispuestos a entrar en Malí. Pero faltan dos premisas: el visto bueno del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que aún no se ha producido pese a los esfuerzos de la Cedeao y la Unión Africana (UA), y una demanda expresa por parte de las autoridades malienses. El balón está ahora sobre tejado de Dioncounda Traoré, que tendrá que hilar fino porque una parte de la sociedad maliense rechaza la llegada de tropas extranjeras y considera que el Ejército nacional puede arreglar “el problema del norte” si se le dota de los medios adecuados.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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