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“No hay garantías democráticas en Rusia”

El opositor ruso Alexéi Kiselev abandonó su país para evitar una “detención inminente”

El activista ruso Alexéi Kilesev, durante una protesta a inicios de este año.
El activista ruso Alexéi Kilesev, durante una protesta a inicios de este año.

La policía rusa ha recrudecido los ataques contra los opositores y las detenciones contra los líderes de las protestas se han convertido en una práctica cotidiana, asegura el activista ruso Alexéi Kiselev, que ha pedido asilo político en España esta semana.

“No hay ningún tipo de garantía democrática en Rusia”, explica por teléfono Kiselev. “Da igual quién salga a la calle, seas gay, seas opositor, defiendas los derechos de las mujeres. La policía no permite ningún tiempo de protesta”. Kiselev había participado desde 2007 en varias manifestaciones a favor de los derechos de los homosexuales. Una polémica ley, promulgada en abril pasado, equipara la homosexualidad con la pedofilia y prohíbe lo que define como "propaganda gay".

Agentes rusos detienen a Aléxei Kiselev.
Agentes rusos detienen a Aléxei Kiselev.

Pero ha sido a raíz de las protestas masivas en diciembre en contra de Gobierno de Putin —a las que, según Kiselev, “se han unido líderes de todos los colectivos”— cuando la persecución se ha recrudecido. “A partir de entonces comenzaron a golpear a los manifestantes y a arrestar gente. Daba igual que fueras chico, chica, niño, viejo…”. Al menos 16 personas han sido detenidas desde las protestas del 6 de mayo, la víspera de la toma de posesión de Putin. “Tres amigas cercanas ya están en la cárcel y un amigo ha sido detenido hace unos días”. Sus tres amigas son las integrantes del grupo Pussy Riot, encarceladas desde hace cinco meses por un presunto acto de gamberrismo basado en odio religioso al haber cantado en la catedral de Cristo Salvador de Moscú.

Kiselev describe que, el 20 de junio pasado, después de visitar a las tres miembros del grupo en la cárcel, unos agentes de policía comenzaron a seguirle, sin razón aparente, por las calles de Moscú. “Debe ser que me conocían por las manifestaciones”, explica. Los agentes de policía rodearon su casa —como “advertencia a una inminente detención”, comenta— y Kiselev optó por salir de Moscú y huir al pueblo de su familia, a las afueras de la capital. Unos días después dejó el país. Otros dos líderes opositores han abandonado Rusia y han pedido asilo político en Holanda y Alemania respectivamente en los últimos días.

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