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Morsi destituye al jefe del espionaje y lanza una ofensiva militar en el Sinaí

El Ejército responde al ataque yihadista que mató a 16 soldados egipcios el pasado domingo

El Ejército egipcio ha puesto en marcha la mayor operación militar desde 1973, dirigida contra grupos yihadistas armados e implantados en el Sinaí. Con el despliegue de tropas de tierra y helicópteros de combate, el nuevo Gobierno egipcio aspira a poner orden en la península del Sinaí, tras el ataque que costó la vida 16 soldados y amenazó con hacer saltar por los aires las delicadas relaciones con el vecino israelí. El recién estrenado presidente egipcio, destituyó además al jefe del espionaje y al gobernador del norte del Sinaí, después de que Israel asegurara que había informado a las autoridades egipcias con antelación de la posibilidad de un ataque.

Los egipcios no tomaron el soplo israelí lo suficientemente en serio, lo que permitió a decenas de hombres armados irrumpir en el edificio en el que soldados y policías egipcios rompían el ayuno de Ramadán con la puesta de sol. Mataron a 16, robaron dos vehículos y emprendieron rumbo a Israel, donde murieron por los disparos de los soldados y la aviación israelí.

Tropas del Ejército y helicópteros egipcios recorrieron por la mañana la zona para dar caza a los grupos armados que operan en el Sinaí; una región de creciente peligrosidad, desde que el Estado se diluyera al calor de la revolución que destronó a Hosni Mubarak. Al menos una veintena de militantes murieron como consecuencia de los disparos del Ejército egipcio, según su propio recuento. Durante la noche, hasta cinco checkpoints militares habían sido atacados, cerca de la ciudad de Al Arish y de la Rafah, en la frontera con Gaza, según confirmó el ministerio de Interior egipcio. El Ejército recurrió incluso a la televisión, según recoge la prensa local, para pedir a las tribus beduinas de la zona que colaboren con los militares.

El Ejército no parará hasta “aplastar toda la actividad terrorista”, indicaron fuentes militares al diario Al Ahram, que informa del ataque a un control militar sucedido la mañana del miércoles, cerca de la ciudad de al Arish. Según el diario, ese mismo control ha sido atacado hasta 29 veces desde al caída de Mubarak en febrero del año pasado. En una declaración, el Ejército consideró la operación “un éxito total” e informó de que la campaña militar sigue adelante.

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La del Sinaí es la primera gran crisis a la que tiene que hacer frente Mohamed Morsi, el presidente islamista que ganó las elecciones egipcias el pasado junio. Además de pacificar el Sinaí, la presencia de grupos armados yihadistas en este rincón del planeta, supone para Morsi un importante desafío político.

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Tras asumir la presidencia, Morsi se comprometió a mantener en pie el acuerdo de paz con Israel, el país vecino que le pide a gritos mano dura en el Sinaí. Aunque no lo tiene fácil, porque es este mismo tratado el que impide a Egipto desplegar armamento pesado y limita el número de uniformados que pueden operar en el Sinaí. Las voces que pedían en Egipto la renegociación del acuerdo afloraron ayer desde todas las tendencias políticas.

El presidente egipcio ha demostrado con la renovada operación águila, que no le tiembla el pulso a la hora de ordenar una ofensiva militar y destituir a la cúpula de los aparatos de espionaje y seguridad. Como medida adicional, ha ordenado sellar los túneles de contrabando que unen Egipto con la franja de Gaza y que registran un continuo trasiego de personas y mercancías. El cierre supone un duro golpe para Hamas, el grupo islamista que gobierna en Gaza, para el que los túneles suponen una alternativa al embargo israelí y una importante fuente de ingresos gracias a los impuestos que gravan el comercio subterráneo.

El ataque del domingo se produjo en la frontera que separa Egipto de Israel y de la franja de Gaza. Hamás y los Hermanos musulmanes, el movimiento islamista cuyo brazo político lidera Morsi acusan a Israel de estar detrás del ataque. Israel ha considerado un despropósito esa acusación, mientras que el propio Ejército egipcio habló de una supuesta colaboración de militantes de Gaza en el ataque. Hasta el momento, ningún grupo se ha atribuido el mayor atentado en décadas en el Sinaí.

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