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El ejército y los rebeldes luchan calle a calle en Alepo

Soldados rebeldes aseguran que dejan un bastión en la segunda ciudad de Siria. Una fuente del Gobierno ha declarado que el Ejército controla la zona, aunque otros insurgentes dicen que aún combaten en el barrio de Saladino

Todo lo que ocurre estos días en Alepo, lo que cuentan los rebeldes y el Ejército sirio, lo que relatan las crónicas e incluso lo que dicen los combatientes que luchan en el frente, solo puede explicarse si se tiene presente en todo momento que las narraciones y los análisis se hacen bajo la niebla de la guerra. El término del militar prusiano Carl von Clausewitz (1780-1831) hacía referencia a la incertidumbre que se da en los conflictos bélicos, donde ni siquiera los que están sobre el terreno tienen el dibujo completo de toda la batalla.

Lo que ocurrió en el barrio de Saladino, al oeste de la ciudad, remite a esa espesa niebla que impide comprender lo que pasa y permite dar rienda suelta a la propaganda de unos y otros. El Gobierno sirio afirmó que había tomado el barrio a través de la agencia oficial Sana: “Nuestras fuerzas armadas han tomado el control total de Saladino, infligiendo graves pérdidas a los grupos terroristas y causando un gran número de muertos y de heridos”. Los rebeldes aseguraron poco después que no era así. Un comandante del Ejército Libre de Siria dijo a France Presse: “Los soldados del régimen están presentes en menos de un 15% del barrio. Han avanzado por la calle Al Malab con tanques y blindados y en estos momentos se producen combates feroces en la zona”. Sí parece claro, sin embargo, que ayer el ejército se lanzó a la reconquista de Alepo.

En todo caso, emerge un patrón. Como sucediera en Damasco semanas atrás, los rebeldes sorprenden con sus ataques. Después, el Ejército se despliega con todo su potencial y recupera los barrios calle a calle. Ayer los enfrentamientos fueron duros, además de en Saladino, en los barrios de Hanano, Tarik el Bab, Shaar, Bab el Hadid (junto a la ciudadela) y Bab el Nayrab. Además, la aviación bombardeó, según algunas agencias y los insurrectos, en los distritos de Sajur y Maysalun, además de en la ciudad de Tel Rifaat, unos 25 kilómetros al norte de la ciudad.

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Unos reporteros de Reuters que se acercaron ayer por la mañana al barrio aseguraron poco después que un puesto de control levantado por los rebeldes la semana pasada en Saladino había desparecido. “Nos hemos retirado, váyanse de aquí”, gritó un soldado a los periodistas de la agencia, que describieron escenas de pánico en las inmediaciones de una comisaría que estaba en poder de los rebeldes, a solo un kilómetro del barrio, cuando los helicópteros del Ejército sobrevolaban la zona. Algunos soldados gritaban: “El ejército ha entrado, el ejercito ha entrado”, según Reuters.

Un comandante del Ejército Libre de Siria, Abu Ali, aseguró que había recibido información sobre la entrada de tanques en el barrio. Y, sin embargo, un miembro de los rebeldes comentó que la situación seguía a su favor y que solo se había retirado de un edificio de una de las calles. Otra vez la niebla de la guerra.

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Tanto si los rebeldes perdieron o no ayer el barrio de Saladino, las escenas y los comentarios ponen de manifiesto que el Ejército sirio ha decidido tomar la iniciativa con más tropas por tierra y por aire y aprovechar el silencio de la comunidad internacional, cuyas resoluciones en el Consejo de Seguridad de la ONU han sido vetadas por China y Rusia. Alepo, la segunda ciudad del país, su capital económica, y vital para el comercio con Turquía, es esencial para ganar la guerra civil que enfrenta a los rebeldes, en su mayoría suníes, y a las tropas del alauí Bachar el Asad.

Ambos bandos están de acuerdo en que esta es la batalla decisiva. De ahí que el Ejército esté atacando no solamente Alepo, sino varios territorios cercanos. Algunos vídeos que circulaban por las redes sociales ayer muestran el ataque de los aviones Mig en Tal Rifat, un pueblo situado a 27 kilómetros de Alepo. Las imágenes difundidas ayer por las agencias mostraban a los habitantes entre los restos del bombardeo. Según los rebeldes, ocho miembros de una familia, alguno de ellos niños, perecieron en el ataque.

Mucho se ha hablado estos días sobre si los ataques de los Mig son indiscriminados y están causando más bajas entre la población civil que entre los soldados rebeldes. Los testimonios de algunos médicos en Alepo, del lado de los rebeldes, aseguraban hace una semana que sí, que la mayor parte de las víctimas eran civiles. Muchos cohetes han destruido casas y han matado a familias enteras que vivían cerca de los objetivos militares. Aun así, parece pronto para afirmar que los ataques en Alepo son indiscriminados y que Bachar el Asad ha decidido llevar a cabo una masacre.

Por si acaso, Amnistía Internacional publicó ayer fotografías por satélite que prueban un incremento del uso de armamento pesado en la provincia de Alepo. Las imágenes muestran unos 600 cráteres causados por proyectiles. La oposición en Siria aseguró ayer que 20 personas murieron en toda la jornada. La ONU, por su parte, cifró en 200.000 el número de desplazados en Alepo como consecuencia de los combates.

La situación parece cada vez más desesperada para el Ejército Libre de Siria, que trata de plantar cara iniciando más combates en diversas regiones que consigan dispersar a las fuerzas de Bachar el Asad por todo el país. Fuentes de la oposición aseguran que en los próximos días habrá más ataques rebeldes en otras ciudades. Mientras tanto, los jóvenes soldados rebeldes resisten en Alepo la nueva embestida, moviéndose a tientas en la niebla de la guerra.

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