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Venezuela escoge entre “la patria” de Chávez y “el progreso” de Capriles

A dos meses de las presidenciales, el elevado voto indeciso dificulta los pronósticos

Hugo Chávez saluda a sus seguidores en un acto de campaña el domingo pasado en Valencia (Venezuela).
Hugo Chávez saluda a sus seguidores en un acto de campaña el domingo pasado en Valencia (Venezuela).MIGUEL GUTIÉRREZ (EFE)

El candidato Hugo Chávez, aspirante a una cuarta reelección consecutiva en las presidenciales del 7 de octubre, ofrece “patria”. Henrique Capriles, el candidato único elegido por la oposición para enfrentarlo, ofrece “progreso”. Esas dos palabras resumen las propuestas que cada uno ha hecho a los venezolanos, durante las primeras cinco semanas de una campaña electoral que ha tenido aires de epopeya; donde los símbolos de la nación —la bandera, el himno, los próceres— han entrado también en disputa. A dos meses exactos de las elecciones, ambos se dan como ganadores y las encuestadores, que hasta hace un mes daban como triunfador a Chávez, comienzan a reservar sus pronósticos.

Chávez ha elegido las pantallas de televisión, los actos de Estado y los mítines en grandes ciudades como terreno de campaña. Su voz se ha escuchado en forma simultánea en todas las televisoras y radios del país durante un promedio de 36 minutos al día; a estos mensajes, que deben ser transmitidos en forma obligatoria por medios públicos y privados, se les conoce en Venezuela como “cadenas”. La oposición ha pedido, sin éxito, al árbitro electoral que le impida a Chávez utilizar esta y otras de sus prerrogativas como presidente para hacer proselitismo. A Chávez la queja le tiene sin cuidado. “Aunque me acusen de estar en campaña, yo no estoy en campaña. Estoy haciendo patria. Vamos a hacer una cadena”, ha dicho este martes, antes de enlazar de nuevo la señales de todos los medios, para mostrar cómo le entregaba una réplica de la espada del prócer Simón Bolívar al tirador de esgrima Raúl Limardo, el segundo deportista venezolano que ha obtenido una medalla de oro en unos Juegos Olímpicos.

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Hace poco más de cinco meses, el presidente-candidato fue sometido a una tercera cirugía para tratar un tumor maligno, después de haber sido diagnosticado de cáncer en junio del año pasado. A pesar de que el pronóstico oficial de la enfermedad sigue siendo una incógnita, este ha dejado de ser tema de debate en el país. “Pido salud y vida junto a ustedes para terminar mi misión en esta tierra, para terminar mi misión en esta patria (…) consolidando la independencia y el socialismo democrático y bolivariano”, ha sido una de las pocas menciones que ha hecho Chávez del asunto, el sábado pasado, durante un acto político en la ciudad de Valencia. Chávez asiste a cada mitin encaramado en un camión y camina solo lo necesario, pero una vez que está la tarima, bañado de multitudes, procura saltar y bailar todo lo que puede. Las fotos suyas que adornan calles y edificios públicos no muestran su rostro de ahora, aún afectado por los tratamientos médicos, sino de cuando era seis años más joven.

Henrique Capriles, mientras tanto, se ha propuesto recorrer el país profundo para buscar el voto casa a casa. Durante el primer mes de la campaña, que comenzó el 1 de julio, ha visitado 118 de los pueblos más apartados, en 21 de los 24 Estados del país; en cada uno organiza asambleas de ciudadanos para escuchar quejas y peticiones, y presentar su plan de Gobierno. Ha sido bien recibido incluso en zonas tradicionalmente chavistas, como la barriada de Catia en Caracas, donde hasta hace tres años hubiese sido impensable convocar un mitin opositor.

“Ha sido un mes extraordinario. Nunca antes se hizo una campaña con tanta intensidad. Esto tiene sus frutos y el Gobierno lo sabe”, dijo Capriles el martes durante una conferencia de prensa, donde explicó algunos de sus planes para mejorar los servicios públicos, reformar la política petrolera y generar empleo y prometió recorrer el país entero al menos dos veces más antes de las elecciones. Toda su oferta gira en torno a reconciliar al país, polarizado entre chavistas y opositores desde hace una década, y prometerle a quienes aún se identifican con la oferta chavista que no perderán los beneficios sociales que han obtenido en estos años. “No está en riesgo alguna conquista que alguien sienta como propia. Mi compromiso es llevarle tranquilidad a los venezolanos”, insiste.

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El candidato de la
oposición recorre
el país profundo,
casa por casa

Las encuestadoras no han publicado estudios recientes sobre el efecto que ambos discursos ha generado en los electores. Las últimas mediciones, que daban como ganador a Chávez con amplia ventaja, son de finales de junio. “En aquel momento, algunas encuestas daban un empate entre ambos candidatos y la mayoría, mostraba una diferencia favorable a Chávez que oscilaba entre 10 y 20 puntos. Pero qué esta pasando ahora, no lo sabemos”, asegura Luis Vicente León, director de Datánalisis, una de las firmas que a lo largo de este año ha promediado la popularidad de Chávez en cifras cercanas al 50%. La última encuesta de Datanálisis, del 26 de junio pasado, mostraba también por aquella época que un 23% de los venezolanos respondieron que aún no habían decidido su voto. “Cuando el porcentaje de indecisos es más grande que la diferencia entre los dos candidatos, es muy difícil hacer proyecciones”, agrega León y dice que, al menos hasta septiembre, se reserva sus pronósticos.

La inseguridad y el alto costo de la vida también hacen eco en la campaña. De acuerdo a cifras oficiales, el promedio de asesinatos en Caracas es de 48 por cada 100.000 habitantes. El martes, el presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes, anunció que la tasa interanual de inflación entre julio del año pasado y julio 2012 es de 19,4%; en 2011, el aumento de precios cerró en 27,9% y en el último quinquenio Venezuela ha registrado los índices de inflación más altos de América Latina. La escasez de productos, en especial de alimentos, se disparó el mes pasado de 11,7% a 14,2% y ha sido cíclica durante la última década. En compensación, dijo también este martes el presidente del Instituto Venezolano de Estadística, Elías Eljuri, que el 85% de los venezolanos se benefician de algún programa social del Gobierno, los que han hecho popular a Hugo Chávez por brindar a los más pobres comida barata, educación y salud primaria gratuita.

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