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Un bombardeo cerca de Alepo provoca la muerte de decenas de personas

El Ejército Libre de Siria reivindica la colocación del explosivo Rebeldes y tropas del régimen se enfrentan a tiros cerca de la oficina del primer ministro

Los bomberos de Damasco trabajan en el lugar de la explosión.
Los bomberos de Damasco trabajan en el lugar de la explosión.HO (AFP)

Un artefacto explosivo ha estallado este miércoles cerca del hotel en el que se hospedan los observadores de la ONU en Damasco, la capital de Siria, bajo el control del régimen de Bachar el Asad desde que las fuerzas leales al presidente aplastaron los principales focos rebeldes. La explosión, que ha ocurrido el mismo día en que la Organización para la Cooperación Islámica, reunida en Arabia Saudí, ha suspendido a Siria, ha causado heridas a tres personas, ninguna de ellas miembro de la misión internacional, ya que los observadores están "en buen estado", según fuentes gubernamentales. La ONU ha confirmado que ninguno de los miembros de su misión de observación en Siria (UNSMIS) resultó herido en la explosión, en una jornada en la que la aviación siria sigue tratando de expulsar a los insurrectos de zonas lindantes con Turquía. Un bombardeo en Azaz, ciudad a pocos kilómetros de Turquía, mató a decenas de personas, según milicianos rebeldes.

La bomba, que estalló en Damasco a las 8.30 hora local (7.30 en España peninsular), había sido colocada en un camión cisterna de combustible que se encontraba en un aparcamiento detrás del hotel Dama Rose. No está claro cuál era el blanco del ataque, ya que cerca del lugar del atentado también se encuentra la sede del jefe del Estado Mayor en la capital. Según la cadena Al Jazeera, tres personas resultaron heridas fuera del céntrico hotel de Damasco.

Más tarde, en una zona cercana a la oficina del primer ministro sirio, se han producido enfrentamientos con disparos entre grupos rebeldes y las tropas del régimen, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres. "Se han enfrentado en el distrito de Mazzeh, detrás de la oficina del primer ministro y a 100 metros de la nueva embajada iraní en construcción", ha precisado el director del OSDH a la agencia France Presse.

El Ejército Libre de Siria (ELS), la fuerza que agrupa a una gran parte de los rebeldes, se ha adjudicado la autoría del atentado de esta mañana. Según informó un comandante rebelde a France Presse, la explosión tenía como objetivo una sede militar donde mantendrían una reunión oficiales del Ejército sirio y las milicias progubernamentales Shabiha.

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Un activista de la oposición en la ciudad ha informado a la agencia Reuters de que vio ambulancias que llegaron a tratar a los heridos al lugar de la explosión, en la exclusiva calle Abu Rumaneh, donde se ubican numerosas embajadas de países árabes y occidentales. La zona ha vuelto a la normalidad después de que los bomberos extinguieran el fuego, que dañó algunos vehículos, según la agencia Efe.

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El viceministro sirio de Asuntos Exteriores, Faisal Maqdad, calificó la explosión como un "acto terrorista" que busca "desestabilizar" el país, en declaraciones a la prensa hechas mientras visitaba el lugar de los hechos. Maqdad destacó que todos los observadores alojados en el hotel están en buen estado, según informó la televisión estatal siria.

No es la primera vez que los rebeldes sirios logran perpetrar un sonado atentado en Damasco. El pasado 18 de julio, los rebeldes asestaron el mayor golpe contra el régimen sirio desde que comenzó la rebelión, en marzo de 2011, con el atentado contra la sede de la Seguridad Nacional en la capital, que costó la vida al ministro y viceministro de Defensa, los generales Daud Rajha y Asef Shawkat, y al ministro del Interior y a otro general.

Un portavoz de la ONU ha confirmado que la explosión de este miércoles se produjo muy cerca del hotel en el que se alojan los miembros de la UNSMIS. "Todos los miembros de la ONU están localizados y ninguno de ellos ha resultado herido". Desde su llegada a Siria en abril, los cascos azules se han visto afectados por diversas explosiones, lo que llevó a la organización a suspender las misiones de observación en junio y a reducir a la mitad el contingente inicial de 350 militares desarmados.

Su mandato finaliza el 19 de agosto y es improbable que se renueve dada la división del Consejo de Seguridad de la ONU, en el que China y Rusia, miembros permanentes de ese órgano y por lo tanto con derecho a veto, han bloqueado los intentos de incrementar la presión económica y diplomática contra el Gobierno de Bachar el Asad.

El bloqueo en el Consejo de Seguridad y el fracaso de su plan de paz de seis puntos llevaron al enviado especial conjunto de la ONU y de la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan, a presentar la renuncia a principios de mes como mediador en el conflicto y a denunciar que no ha recibido el apoyo necesario de la comunidad internacional. El Gobierno sirio ha dado su aprobación a Lajdar Brahimi como sustituto de Kofi Annan, aunque el diplomático argelino aún no ha confirmado si acepta el cargo, ni la ONU lo ha anunciado formalmente como nuevo enviado especial.

Cumbre en Arabia Saudí

Mientras los combates continúan en el país árabe, se prevé que la Organización para la Cooperación Islámica (OCI), integrada por 57 países musulmanes, decida este miércoles suspender a Siria como miembro, a pesar de las objeciones manifestadas por Irán, uno de los principales aliados de El Asad.

Aunque no tendrá más que un efecto simbólico, la decisión de los líderes reunidos en La Meca (Arabia Saudí), que requiere una mayoría de dos tercios, pondrá de manifiesto las posturas enfrentadas que existen en el mundo islámico sobre cuál es la mejor manera de responder a la crisis Siria, posiciones en parte ligadas a las divisiones sectarias de Oriente Medio.

Los rebeldes sirios, mayoritariamente suníes, tienen el apoyo de países gobernados por esa rama del Islam, como Arabia Saudí y Catar, así como también el de Turquía. Irán, de mayoría chií, es el principal aliado en la región del régimen de Bachar el Asad, miembro de la minoría alauí de Siria, una rama del islam chií.

Estados Unidos ha acusado este martes a Teherán de estar organizando milicias en Siria y ha urgido a la república islámica a mantenerse al margen del conflicto. El secretario de Defensa, Leon Panetta afirmó en una rueda de prensa que Estados Unidos tiene evidencia de que la Guardia Revolucionaria, una fuerza de élite de Irán, está intentando desarrollar y entrenar una milicia dentro de Siria para lucha a favor de El Asad. 

El ex primer ministro sirio, Riyad Hijab, un suní que desertó hace una semana, en sus primeras declaraciones desde su huida a Jordania afirmó este martes que El Asad no controla más de un tercio del territorio sirio. Hijab, sin embargo, no dio explicaciones sobre esa estimación de la situación del régimen, que mantiene una clara superioridad militar sobre los rebeldes que pretenden derribarlo.

En Alepo, la ciudad más poblada de Siria y su capital económica, que en las últimas semanas se ha convertido en el principal frente de batalla, los rebeldes intentan resistir la ofensiva del régimen y sus bombardeos aéreos.

Periodistas de Reuters en Alepo han escuchado bombardeos y explosiones en el distrito de Saif al-Daula, vecino al barrio de Saladino, escenario de los combates más duros de las últimas dos semanas. Un rebelde murió por el bombardeo de un tanque y su cuerpo ensangrentado fue retirado de la zona de combate por sus compañeros.

"Hemos recibido munición simple pero no es suficiente... Necesitamos un tipo específico de armas (antitanques)", afirmó a los periodistas el combatiente rebelde Hossam Abu Mohamed, desertor del Ejército sirio. "Somos unos 600 combatientes del Ejército Libre de Siria en Saladino y no es suficiente", añadió Mohamed.

La violencia en el país árabe, que dura ya 17 meses, ha causado más de 21.000 muertos, según el recuento de los grupos opositores, y ha obligado a desplazarse a un millón y medio de personas dentro de Siria, según cifras de la ONU. La organización internacional afirma que 150.000 refugiados se han registrado en los países vecinos de Turquía, Jordania, Líbano e Irak.

Un avión de combate bombardeó la ciudad fronteriza de Azaz causando la muerte a una treintena de guerrilleros y civiles. Un vídeo difundido por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos muestra a hombres sacando cuerpos bajo los escombros de un edificio y más tarde a muchos vecinos tratando de retirar amasijos de hierro. Un activista citado por Reuters ha dicho que el cazabombardero atacó un vehículo antes de derruir el edificio y de dejar una calle reducida a escombros.

Un clan chií libanés se ha hecho responsable del secuestro de un hombre de negocios turco y de unos 20 sirios en represalia por el secuestro de un miembro de ese clan en Damasco por parte del Ejército Libre de Siria. Maher al Meqdad ha asegurado que su familiar Hasan al Meqdad está en manos del ELS y que no tiene nada que ver con la guerra que devasta Siria. "La bola de nieve puede crecer", advirtió Maher el Meqdad en alusión a un eventual aumento de los secuestros de nacionales de países que apoyan a los rebeldes sirios y de ciudadanos de Estados que respaldan a Siria. Lo que resulta claro es que el conflicto sirio ya afecta a Líbano. El Gobierno de Arabia Saudí instó a sus ciudadanos a abandonar Líbano inmediatamente.

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