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El maestro que puede ser primer ministro

Emile Roemer, líder de la izquierda radical holandesa, procede de la política municipal

Isabel Ferrer

El político holandés Emile Gerardus Maria Roemer, cumple este viernes 50 años. Una edad decisiva, que en su caso, puede marcar el futuro de su país. Si el Partido Socialista que encabeza hace buenos los sondeos y gana las próximas elecciones, Roemer, un maestro que fue concejal y se jacta de ser un hombre de acción, se convertiría en el primer socialista radical que llega a primer ministro. Nacido en Brabante, una provincia católica al sur del país, hace gala de sus orígenes. “Ya ven, tres nombres. Así que de familia católica”. La afirmación puede sonar algo extraña en una tierra que presume de tolerante y liberada. En Holanda se subraya el credo de sus gobernantes.

Con tres hermanos mayores y una hermana menor, admite no haber tenido que pelear por su libertad. “Ellos hicieron el trabajo por mí”, dice en la biografía presentada por su propio partido. Es una especie de relato en primera persona donde cuenta que su padre era gerente de una empresa de piensos animales. Su madre formaba parte del movimiento de mujeres católicas, empeñado en emancipar a las campesinas. En su casa se votaba a la democracia cristiana, pero él optó por el “verdadero socialismo”. “El Partido Socialista se mueve. Parados no lograremos nada”, asegura. Después de dar clases en una escuela de primaria y de pasar por el Ayuntamiento de Boxmeer, su ciudad natal, llegó al Parlamento en 2006. A partir de entonces, su carrera empezó a despegar. En marzo de 2010 fue elegido como líder de su partido y accedió a encabezar la lista electoral.

Apoyándose en su aspecto de ciudadano fiable, casado y con dos hijas por las que retrasó su entrada en la política a escala nacional, no se arredra ante el reto que se avecina. “Siempre hemos dicho que hacemos política para las personas. En la situación actual, queremos contribuir a la construcción de una Europa segura, pacífica y próspera, democrática y social. Un lugar para todos. Por eso trataré de evitar ir a ciegas en busca de un superestado europeo donde cuenten más los intereses de los mercados que los de la gente. Los políticos deben escuchar más al ciudadano”, comenta.

Roemer es el nuevo rostro de un partido que pasó de dos escaños parlamentarios, en 1994, a 25 en 2006. Los 15 que ahora tiene fueron salvados con su esfuerzo hace dos años. Los Liberales de Derecha ganaron aquellas elecciones. Y el Partido de la Libertad, del xenófobo Geert Wilders, se convirtió en la tercera fuerza holandesa. El Partido Socialista, por el contrario, caía en picado debido a la falta de liderazgo. Roemer evitó el desastre con un carisma distinto: el del vecino amable que resuelve problemas. En una entrevista concedida a un semanario femenino ha ido todavía más lejos. Acaba de asegurar, sin que suene amenazador, que está listo para asumir su responsabilidad.

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