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Un profesor ruso confiesa el crimen que 'salpicó' a las Pussy Riot

Dos mujeres fueron halladas acuchilladas ayer en Kazán junto a la frase "Liberad a las Pussy Riot" escrita con sangre El asesino ha confesado haber escrito este mensaje para alejar las sospechas de su persona

Manifestación en apoyo a las Pussy Riot en Venecia este miércoles.
Manifestación en apoyo a las Pussy Riot en Venecia este miércoles.Szilard Koszticsak (EFE)

La policía ha detenido este viernes al asesino confeso de dos mujeres en la ciudad rusa de Kazán, en cuya escena del crimen había una pintada en la que se pedía libertad para el grupo punk 'Pussy Riot', ha informado el Comité de Instrucción (CI) de Rusia.

El detenido es Ígor Danilevski, de 38 años, profesor universitario, conocido de una de las víctimas. En el domicilio del sospechoso la policía se incautó de un cuchillo, presuntamente el arma con que apuñaló a las mujeres, madre e hija, de 76 y 38 años.

Danilevski ha confesado que la menor de las mujeres, una excompañera de universidad, le había prestado una suma de dinero importante para pagar deudas, después de que él le prometiera llevarla de viaje al extranjero. Cuando se encontraba en el domicilio de la mujer, ésta le recriminó que no cumplía sus promesas, y el hombre le asestó varias puñaladas y luego atacó a la madre, que se asomó a la habitación al oír los gritos.

Antes de abandonar el piso de sus víctimas, Danilevski se llevó 100.000 rublos —poco más de 3.000 dólares— y dos teléfonos móviles, y escribió en un muro “Free Pussy Riot” con la sangre de las mujeres. Según el CI, el asesino ha declarado que dejó esa leyenda para alejar las sospechas de su persona y hacer creer que se trataba de un crimen ritual.

El arcipreste de la Iglesia Ortodoxa Rusa Dmitri Smirnov responsabilizó este jueves a los defensores del grupo punk Pussy Riot de animar a los asesinos que mataron de las dos mujeres. "Esas muertes están sobre la conciencia de las así llamadas personalidades públicas que apoyaron con su prestigio a las participantes en esa acción en el templo de Cristo Salvador y, como resultado, algunos desequilibrados creen que tienen carta blanca", dijo Smirnov a la agencia Interfax.

Tres integrantes del polémico grupo, Nadezhda Tolokónnikova, Yekaterina Samutsévich y María Aliójina, encarceladas desde marzo, protagonizaron en febrero pasado en el principal templo ortodoxo de Rusia una acción contra el actual presidente ruso y entonces candidato, Vladímir Putin, y la cúpula de la Iglesia Ortodoxa Rusa.

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El proceso judicial contra las tres jóvenes, que fueron condenadas a dos años de prisión, desencadenó una campaña internacional a favor de su libertad a la que se han sumado figuras del mundo musical de la talla de Paul McCartney, Sting, Madonna o Bjrk y bandas como Red Hot Chili Peppers.

Smirnov, jefe del departamento sinodal para la cooperación con las Fuerzas Armadas y las Fuerzas del Orden rusas, consideró que las personalidades del mundo de la cultura y la política tenían que haber previsto el alcance de sus palabras. "Ahora todas estas personas (...), gente como el propio Paul McCartney, Amnistía Internacional y personalidades rusas, deben retractarse de su labor por los derechos humanos y hacer nuevas declaraciones", ha apuntado.

El arcipreste propuso incluso que se organizara una marcha para dejar claro que "están en contra de acciones como las que hubo en el templo y que se retractan de sus palabras" en defensa de las cantantes.

Anteriormente, Nikolái Pólozov, abogado de una de las integrantes del grupo punk, calificó de "ruin y sucia provocación" lo sucedido en Kazán y ha manifestado su esperanza de que la policía encuentre pronto al culpable o culpables del asesinato. "Lamento que unos degenerados usen de esta manera el nombre del grupo Pussy Riot. No hay duda de que se trata de una provocación", ha dicho el letrado.

Las tres jóvenes, detenidas días después de su provocadora actuación en el principal templo de los ortodoxos rusos, no se reconocieron culpables en el juicio e insistieron en calificar su acción como una "expresión política de forma artística", tras lo cual escucharon la sentencia con serenidad e incluso sonrisas.

El 21 de febrero pasado, cinco integrantes del grupo Pussy Riot irrumpieron encapuchadas en una zona restringida del altar de la catedral de Cristo Redentor. Una vez allí, las mujeres se desprendieron de varias prendas y comenzaron a tocar la guitarra eléctrica, a cantar y a bailar. "Madre de Dios, echa a Putin", decía la letra de la canción cuyo vídeo fue difundido en internet y en la que se acusaba al patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Kiril, de creer en el presidente de Rusia y no en Dios, por haberlo apoyado de cara a las elecciones.

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