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Los hispanos demuestran su fuerza en el Partido Demócrata

Eva Longoria pide el voto para Obama con un "¡Sí, se puede!"

La actriz y asesora de la campaña de Obama, Eva Longoria, durante su aparición en Charlotte.
La actriz y asesora de la campaña de Obama, Eva Longoria, durante su aparición en Charlotte.ROBYN BECK (AFP)

Son 800 de un total de 6.000 delegados, pero saben que el futuro está en sus manos. Uno de los suyos, el alcalde de San Antonio, Julián Castro, dio el discurso inaugural de la Convención. Otro, el alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa, presidió esta ponencia, y se dirigió a ellos, a ratos en español, desde el estrado. Departieron con gobernadores, legisladores y miembros del ejecutivo. Y hasta la actriz Eva Longoria pasó por el podio de la Convención, para decirles que cualquier hispana de raíces humildes, como ella, puede vivir el llamado sueño americano, trabajando duro para triunfar en la vida. Son los hispanos, y se ven labrando lentamente su llegada a la Casa Blanca dentro del Partido Demócrata.

La Convención comenzó, de hecho, con la llamada al orden de Villaraigosa, que no esperó ni un segundo para exclamar, en español, el grito de “¡sí, se puede!”, proferido en un primer momento por el activista César Chávez y convertido en “Yes, we can!” por Obama en 2008. “Esta ha sido la Convención más diversa, más incluyente, que nunca se ha organizado”, dijo ayer, en su último discurso, antes de que Obama aceptara la nominación. Los ojos, en esta Convención, se han posado sobre Julián Castro, estrella en ascenso que solo tiene 37 años, pero a quien muchos delegados ven en el Gobierno de Tejas pronto, y, quién sabe, tal vez de camino a la presidencia de la nación.

De él habló la actriz Eva Longoria. “¿No hizo un gran trabajo?”, dijo, nada más subir al escenario. Longoria recordó sus propios orígenes modestos, como la más joven de cuatro hermanas en Corpus Christi. Recibió becas, pidió préstamos, trabajó en un taller mecánico, sirvió hamburguesas en Wendy’s, un restaurante de comida rápida, enseñó aerobic en un gimnasio. Hizo en su discurso que la suya fuera la historia de muchos hispanos trabajadores. “La Eva Longoria que trabajaba en Wendy’s cocinando hamburguesas necesitaba bajadas de impuestos. La que trabaja en los platós, no”, dijo.

No podía haber un mensaje más claro de apoyo a las propuestas fiscales de Obama de mantener reducida la carga fiscal a las clases medias y subir las tasas a los que más ganan. Resonó entre delegados como Verónica de La Fuente, de 42 años, que también es tejana, y que opina que es posible que el primer presidente latino de EE UU venga de Tejas. “Es posible que en dos o cuatro años, los latinos hagan que Tejas sea finalmente demócrata”, explica esta delegada. “Los demócratas comparten los valores de los hispanos, creen en la necesidad de tender una mano a la gente para ayudarles, para erradicar la pobreza”.

Aquí, en Charlotte, no sólo ha habido hispanos con raíces mejicanas. Ha habido también cubanoamericanos, que han desafiado la idea preconcebida de que son un bloque fielmente republicano. Con derroche de energía, Cristina Saralegui, la popular presentadora nacida en Cuba, subió al estrado, para regalarle a Obama una de sus frases más célebres: “P’alante, p’alante, p’atrás ni pa coger impulso”. Fue apasionada en su defensa del presidente y feroz en la crítica a Romney: “Anularía la ley de reforma sanitaria. Obligaría a millones de hispanos a perder su seguro médico. Los planes de Romney se resumen en una palabra, de verdad: p’atrás”.

“Dime con quién andas y te diré quién eres”, dijo Nydia Velázquez, portorriqueña de nacimiento, y representante en el Capitolio por Nueva York. Dejó claro con quién cree que anda Obama —las clases medias, los necesitados— y de la mano de quién va Romney —los ricos—. “Como presidente, Barack Obama ha ido de la mano de la comunidad hispana, porque por su labor, los hispanos tienen acceso a seguro médico, más estudiantes hispanos pueden permitirse educación universitaria y, ahora, aquellos jóvenes sin papeles que vivían con la amenaza de la deportación se han librado de ella”, dijo.

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A los delegados portorriqueños se les iluminó la mirada con el discurso de Velázquez. Y están tan determinados como hace cuatro años a votar a Obama. Pero hubo un momento en el que sintieron verdadera arrebato. “¡Ay ese discurso de Bill Clinton! Le adoramos, hizo mucho por Puerto Rico”, asegura Blanca Paniagua, de 69 años. “A Obama lo queremos, pero es que Clinton vino más que ningún otro presidente a Puerto Rico. A Obama aún hay que darle cuatro años más”. Ante la mención de los republicanos, dibuja una mueca en su cara. “¡Monstruo!”, dice cuando se le nombra George Bush. “Antiobrero y antisindicalista”, añade, como si fueran dos insultos. ¿Y Romney? “Tampoco lo queremos”.

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