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Ideas para lograr “un auténtico actor global”

El documento de Varsovia tuvo ausencias muy importantes, como la de Reino Unido, sin el cual no hay política exterior europea que valga

El ministro alemán de Exteriores,Guido Westerwelle, en Varsovia.
El ministro alemán de Exteriores,Guido Westerwelle, en Varsovia.PAWEL SUPERNAK (EFE)

Los 11 signatarios del informe sobre el Futuro de Europa dicen exponer sus ideas a título personal y siendo como son ministros de Asuntos Exteriores dedican unos párrafos a la proyección exterior de la Unión, bajo el manido membrete de "Europa como actor global", mantra referido a una ambición que no termina de hacerse realidad. Ellos echan su cuarto a espadas con este nuevo documento que, si acaso, puede servir como objeto de debate si no acaba antes en la papelera, como tantos otros. Baste decir que la política exterior y de defensa de la Unión --a Veintisiete hoy, y a Veintiocho a partir del próximo julio, con la incorporación de Croacia-- se rige por la unanimidad y aquí sólo hay 11 voluntarios.

Las ausencias con clamorosas: el Reino Unido, sin el cual no hay política exterior ni defensa posible en Europa, y sin el cual nada se puede hacer en común en esos campos, no participó en las discusiones, de las que también estuvo ausente una Suecia con creciente ascendiente y proyección, puestos de manifiesto en su papel tutelar, junto a Polonia, en la elaboración de una estratega comunitaria para los vecinos de la frontera oriental de la Unión. De los que están a este lado de esa frontera, los 12 países de las ampliaciones de 2004 y 2007, sólo la muy ambiciosa Polonia participó en las discusiones.

Entre los firmantes están los jefes de las diplomacias de los cinco principales países de la UE, una vez excluido el Reino Unido, lo que por parte española revela, como mínimo, la voluntad de recuperar la voz y el terreno perdidos en los ocho años precedentes, cuando España se difuminó en la vertiente exterior de la UE.

Esas contradicciones y paradojas quedan reflejadas en las ideas expresadas en el documento para hacer a la UE "un auténtico actor en la escena global", lo que supone reconocer que hoy tal calidad no existe. Los signatarios proponen, entre otras cosas, ampliar las circunstancias en que la decisiones sobre política exterior y de seguridad se adopten por mayoría (ahora la unanimidad es la norma general) "o al menos impedir que un solo Estado miembro pueda bloquear iniciativas".

Además, piden "que se intente, donde sea factible, la representación conjunta en organizaciones internacionales", cuestión tabú que hace saltar todas las alarmas en algunas capitales. ¿Van a renunciar París o Londres a su puesto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para cedérselo a la UE? ¿Van a aceptar todos los europeos ajustar radicalmente su presencia a la baja en el Fondo Monetario Internacional?

En el estricto campo de la política europea de defensa, los 11 ministros llamar a realizar esfuerzos conjuntos a favor de una industria de defensa autóctona (y ponen como ejemplo la creación de un mercado único de proyectos armamentistas) lo que "para algunos miembros del grupo podría llegar a implicar un Ejército europeo", ambiciosa revelación sobre cuyo significado no hay más precisiones.

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