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Nils Muiznieks, Comisionado de Derechos Humanos del Consejo de Europa

“Hay que introducir los derechos humanos en los debates presupuestarios”

El responsable de DD HH se muestra impactado de haber visto "niños con hambre en las calles" en Portugal y pide más consultas para implicar a la sociedad civil en las políticas de ahorro

Nils Muiznieks.
Nils Muiznieks.CONSEJO DE EUROPA

La lucha por los derechos humanos y su propia definición (libertades básicas, derechos de minorías) tiene una consolidada tradición a la que la crisis económica añade nuevos elementos: sus efectos deletéreos sobre derechos económicos y sociales, en particular sobre los grupos más débiles. “Hay que introducir la voz de los derechos humanos en los debates presupuestarios”, dice Nils Muiznieks, letón nacido en Estados Unidos hace 48 años que desde el pasado enero es Comisionado de Derechos Humanos del Consejo Europa (Estrasburgo).

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Muiznieks visita Bruselas para sus primeros contactos con responsable comunitarios, con quienes pretende abordar, entre otras cuestiones, el impacto de la austeridad sobre los derechos humanos en Europa. Los derechos humanos en el sentido clásico ahora entreverados de derechos sociales y económicos radicalmente menoscabados por la crisis.

“Las medidas de austeridad tienen efectos sobre las propias estructuras de defensa de los derechos humanos, que ahora deben implicarse en los debates presupuestarios en defensa de los grupos más vulnerables”, apunta Muiznieks. “Hay límites que no deben traspasarse. Debe de haber más consultas e implicación de la sociedad civil”.

Portugal, junto con Grecia en la vanguardia del sufrimiento social europeo, es un caso a considerar, señala el comisionado, que ya ha visitado oficialmente Lisboa: “En Portugal se está sacando a los ancianos de las residencia para que las familias puedan vivir de sus pensiones, lo que va a detrimento de la atención a los mayores. Se ven niños con hambre en las calles, algo que antes no se veía, y hay muchos niños que quedan desatendidos”.

Distintas organizaciones en distintos países ya han hecho estudios sobre el impacto de la crisis, como, recuerda Muiznieks, el Ombusdman en España sobre el impago de hipotecas. “En muchos países se ha hundido el suelo de la protección social y los derechos sociales no son respetados”, lamenta. “Existe un Carta Social Europea, a la que le falta mordiente. Muchos países no la han ratificado, aunque sirve de instrumento sobre lo que se puede hacer en defensa de los derechos sociales”.

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“Hay que introducir la voz de los derechos humanos en los debates presupuestarios”, insiste el comisionado, junto a medidas como el mantener las estructuras de defensa de esos derechos, apoyar a quienes protegen a los más débiles o garantizar un mínimo de protección social.

El calor de una crisis que no deja de agravarse favorece el desarrollo del extremismo político y la xenofobia. “Me preocupa el ascenso del racismo y la xenofobia en Europa”, reconoce Muiznieks, “La crisis alimenta el racismo y da munición a los grupos racistas que buscan chivos expiatorios. Se comenten así delitos graves que pueden llevar a alienación y al conflicto social. Debido a los recortes que ha habido en la policía hay grupos que se toman la justicia por su mano. En situaciones de crisis es muy peligroso hacer recortes en la policía”.

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