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China toma un lugar central en la campaña electoral de EE UU

Las campañas de Obama y Romney se enfrentan por la pujanza económica del gigante asiático

Obama en un mitin en Las Vegas, el domingo.
Obama en un mitin en Las Vegas, el domingo. JOHN GURZINSKI (AFP)

Aunque de Ohio a Pekín hay 11.000 kilómetros, China se ha convertido en una presencia constante en la campaña electoral norteamericana. Aquí en el Medio Oeste los candidatos se critican, eminentemente, por la creciente competitividad del gigante asiático. Mitt Romney le reprocha a Barack Obama que su Gobierno no haya buscado sanciones contra China por manipular el tipo de cambio de su moneda. Obama contraataca, acusando al candidato republicano de haber exportado puestos de trabajo a ese país.

Ohio es un Estado crucial para los candidatos. Ambos lo visitan hoy. Y lo seguirán haciendo hasta la jornada de elecciones. “Mi oponente dice que va a pelear contra China”, dijo recientemente el presidente en una visita a la localidad norteña de Kent. “Ese mensaje me gusta más que el que tenía todos esos años en los que se beneficiaba de mandar empleos a China. Los zorros vienen a decirnos que mantengamos los corrales de gallinas más seguros”. Es una crítica recurrente de Obama. Y no sólo de él.

Cheryl Randecker, de 52 años, de Freeport, Illinois, ha recorrido 760 kilómetros para protestar frente a un mitin de Romney aquí en Columbus, capital de Ohio. Trabaja desde hace 33 años en Sensata, una fábrica de sensores de automóviles. Recientemente la compró una filial de la financiera Bain Capital, que Romney dirigió entre 1984 y 1999. Los nuevos dueños le han notificado a sus 170 empleados que en noviembre serán despedidos y sus puestos, exportados a China.

“Romney dice que acabará con la destrucción de puestos de trabajo, pero la empresa que él fundó sigue exportando puestos de trabajo a China”, explica Randecker. “Le ha sacado bastante provecho al negocio de enviar empleos a China. Él sentó las bases de lo que es Bain Capital y cómo hace ahora negocios”. Bain Capital se dedica a comprar empresas, sanearlas y venderlas con beneficios. Cada año, Romney ingresa millones de dólares por pasadas inversiones en la financiera.

Recientemente, el presidente paralizó la venta de cuatro plantas eólicas en Oregón a una empresa china, alegando que se hallan cerca de una base de la Armada. Y hace tres semanas, demandó a Pekín ante la Organización Mundial del Comercio, por sus subvenciones a las exportaciones de automóviles, supuestamente ilegales. La campaña demócrata utiliza esos casos para ilustrar la mano dura de Obama contra China.

Para los votantes republicanos el caso es el contrario. “Obama no tiene en cuenta la amenaza de China”, asegura Robert Branch, de 54 años, en Dayton. “¿Quiere que sigamos siendo competitivos? Pues que se asegure de que China cumple las mismas normas que nosotros. Que no ponga tantas trabas a la extracción de carbón, por ejemplo. Aquí nos preocupamos por el medio ambiente. China no lo hace, y va a ser más competitiva que nosotros”.

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El candidato republicano refuerza esas ideas. “Si hay comercio libre con otras naciones, se crean empleos. Pero si esas naciones hacen trampas, se suprimen puestos de trabajo. China hace trampas. Y no permitiré que eso continúe”, dijo Romney en el mismo mitin de Dayton al que acudió Branch. Estos días todo vale con tal de detener a China. Y así será al menos hasta el día de las elecciones.

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