_
_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Un presupuesto para el desarrollo económico y el progreso social de Chile

Chile puede mostrar algunos resultados importantes: un sólido crecimiento económico superior al 6% en los últimos dos años y una proyección de un 5,2% para este año de crisis

Vista del Palacio de la Moneda, iluminado de rosa el 1 de octubre para hacer un llamado para prevenir el cáncer de mama.
Vista del Palacio de la Moneda, iluminado de rosa el 1 de octubre para hacer un llamado para prevenir el cáncer de mama.MARIO RUIZ (EFE)

El pasado domingo 30 de septiembre, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, presentó el proyecto de presupuesto para el año 2013. Se trata de una propuesta que combina la responsabilidad fiscal con un importante crecimiento del gasto social, en la línea que ha seguido el Gobierno desde 2010, con la genuina convicción que promueve la necesidad de combinar los excelentes resultados económicos alcanzados, con el compromiso de que los beneficios lleguen a todos.

Efectivamente, Chile puede mostrar algunos resultados importantes: un sólido crecimiento económico superior al 6% en los últimos dos años y una proyección de un 5,2% para este año de crisis; un crecimiento sostenido del empleo que le aproxima a la meta de un millón de nuevos empleos en los cuatro años de gobierno; una consistente inversión nacional extranjera en las más diversas áreas; exportaciones crecientes a distintos lugares del mundo; un responsable manejo de la Hacienda Pública; en fin, una economía que es la que más crece en los países de la OCDE, a pesar del difícil contexto económico mundial.

El resultado ha significado que hoy más chilenos y chilenas tienen un trabajo estable, un crecimiento en el ingreso per capita de los chilenos, así como otros bienes asociados al desarrollo nacional. Ha aumentado la esperanza de vida, hay mejor acceso a la salud y más años de educación. Por ejemplo, entre los importantes logros de las últimas décadas debemos considerar que pasamos de tener 200.000 alumnos en la educación superior en 1990, a más de un millón en el presente. Hoy, 7 de cada 10 estudiantes de las universidades chilenas son los primeros de sus familias en acceder a la educación superior, lo que constituye un logro en el que debemos perseverar. Esta es la convicción que ha llevado al presidente Piñera a presentar el presupuesto más ambicioso de toda la historia de Chile.

El principal desafío del presupuesto se concentra precisamente en la educación, tema que está en el corazón del progreso social, porque la inversión en capital humano resulta crucial para el desarrollo del país en los próximos años. Es un tema donde se ha avanzado, pero donde queda mucho por hacer, especialmente en cuanto al gasto público y al apoyo a las familias. De esta manera, durante 2013 se incorporarán otros 1.200 millones de dólares al gasto fiscal, llegando a una cifra considerable de 12.800 millones de dólares, es decir, “el presupuesto más grande de todos los ministerios y el más grande de la historia”, en palabras del jefe de Estado. Un dato relevante al respecto: en 2009 las becas universitarias alcanzaban a 118.000, hoy son 300.000, y gracias al incremento del presupuesto llegarán a 400.000, un porcentaje muy alto de quienes estudian en la educación superior, para cumplir el compromiso de que ningún joven se quedará fuera “por falta de recursos”. Esta convicción es la que ha animado al Gobierno en su propuesta de presupuesto para 2013.

Por lo mismo, esto responde a la consistencia en el compromiso contraído de tener a la educación como piedra angular de la gestión de la actual Administración y no —como podría pensarse— a las presiones del ambiente o de la calle que a veces distorsionan lo esencial y real. En política hay que escuchar a todos los actores, y asumir con responsabilidad el desafío de gobernar. Cuando al país le va bien todos ganan, y, en este caso, hay una exigencia de expandir los beneficios, como ocurre hoy, que a Chile le ha ido bien gracias al dinamismo de la economía, el esfuerzo notable del sector privado y la acción positiva de las instituciones del Estado.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_