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La policía blinda Atenas ante la visita de la canciller Merkel

Alrededor de 7.000 agentes velarán este martes por la seguridad de la delegación alemana Sindicatos y partidos convocan protestas en el centro de la ciudad, que se cerrará al tráfico

Un manifestante sujeta una pancarta que dice "fuera Merkel" en Atenas.
Un manifestante sujeta una pancarta que dice "fuera Merkel" en Atenas.LOUISA GOULIAMAKI (AFP)

Medidas de seguridad cercanas al estado de excepción, incluida la prohibición de circular por el centro, marcarán la visita a Atenas, este martes, de la canciller alemana, Angela Merkel, que viaja a la capital griega para hablar sobre el estado de las reformas en una visita –la primera de Merkel a ese país como canciller- que Grecia contempla a medio camino entre la acostumbrada presión germana y el ultimátum irrefutable. La ciudad la recibirá en teórico pie de guerra, dadas las protestas y las huelgas convocadas contra ella y las medidas de austeridad adoptadas por el Gobierno griego. Las relaciones entre ambos países se han resentido enormemente desde el inicio de la crisis de la deuda en Grecia, en 2010.

En un leve anticipo del otoño caliente que la oposición y otros agentes sociales prometieron tras las pasadas elecciones de junio, cientos de manifestantes han ocupado en la tarde del lunes la explanada que separa la plaza Sintagma del edificio de Parlamento, pese a que las autoridades atenienses han prohibido todas las manifestaciones en el centro urbano; la máxima preocupación de las autoridades es que puedan repetirse, aun a pequeña escala, los violentos disturbios que jalonaron la última convocatoria de huelga general, el pasado 26 de septiembre. No obstante, los principales sindicatos del país, Adedy (sector público) y GSEE (sector privado); el partido comunista (KKE, en sus siglas griegas) y el nacionalista Griegos Independientes (Anel, en griego), ambos con representación parlamentaria, han convocado sendas protestas en lugares emblemáticos de la ciudad; Anel, incluso, con una protesta simbólica –y que con toda probabilidad será abortada- en torno a la Embajada alemana.

La policía de la región del Ática ha desplegado el mayor operativo de vigilancia desde la visita a la ciudad, en 1999, del presidente estadounidense Bill Clinton. Más de 7.000 agentes velarán por la seguridad pública durante las horas que Merkel pase en Atenas. Cualquier marcha o concentración ciudadana ha quedado terminantemente prohibida entre las nueve de la mañana y las diez de la noche del martes. Además del cierre de parte del centro al tráfico rodado y al tránsito de los ciudadanos, se cerrarán varias estaciones de metro. Aparcar en torno a la Embajada alemana será misión imposible, mientras francotiradores apostados en la azotea del hotel donde se alojará la delegación alemana velarán por la seguridad de todos sus miembros y, en especial, de la canciller.

Angela Merkel llegará a Atenas a las 13.30, hora local. Durante su estancia se entrevistará con el primer ministro, Andonis Samarás, que la recibirá en el aeropuerto; con el presidente, Karolos Papulias, y con Evánguelos Venizelos, líder del partido socialista (uno de los dos socios que apoyan al Gobierno de Samarás). La canciller se reunirá también con empresarios griegos y asistirá a un acto organizado en un céntrico hotel por la Cámara de Comercio Germano-griega. Angela Merkel no se encontrará, sin embargo, con Alexis Tsipras, de la coalición de izquierdas Syriza y principal líder de la oposición (la formación que dirige obtuvo en junio en las urnas 71 diputados, frente a los 79 de Nueva Democracia, el partido de Samarás, que sumó los 50 escaños de gratificación al ganador). Syriza defiende una renegociación del memorándum (paquete de ajustes y reformas) a que obligan los dos rescates concedidos a Atenas por la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo. Syriza ha criticado con acrimonia la visita de Merkel, por lo que recibió varios dardos del portavoz del Gobierno.

El Gobierno griego sigue negociando con la troika los detalles de un nuevo paquete de recortes por valor de 13.500 millones de euros, de cuya aprobación depende el desembolso del nuevo tramo de la ayuda internacional. El ministro de Economía griego, Yanis Sturnaras, reconoció este sábado que existen divergencias en algunos puntos, por lo que se seguirá negociando como máximo hasta el próximo día 18, día que se celebrará una cumbre europea.

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