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Al euro le sobra una barra

Pasar del € al ϵ es salir de la imitación del dólar para hablar de pertenencia Quitar una barra al euro es recuperar la épsilon griega y nuestras antiguas raíces

Cuando el 45% de los franceses considera que, en los últimos años, el euro ha sido más bien un obstáculo frente a la crisis y el 40% de los alemanes desea la vuelta al marco (según sondeos de IFOP del pasado 6 de septiembre), el reto de revitalizar la imagen de nuestra moneda única no puede ser una mera cuestión de eslóganes. Es necesario tomar una medida enérgica que cambie su fisionomía y le dé otra dimensión simbólica. Nuestro euro, su símbolo, tiene hoy dos barras. Para ilustrar su "estabilidad", nos dice el BCE. ¿No será más bien una pálida imitación de los símbolos del yen y el dólar (aunque este último se simplificara después), esas monedas fuertes a las que tanto nos gustaría parecernos? Mientras, quitar una barra al euro es recuperar la épsilon griega y nuestras antiguas raíces. Y, sobre todo, crear otro símbolo, matemático y universal, que todos los escolares han dibujado y seguirán dibujando: el que en álgebra indica un conjunto. Es decir, el que describe "una multitud que concebimos como una unidad". ¿Podemos encontrar una definición más apropiada y una aspiración más bella para nuestra Europa? Pasar del € al ϵ es salir de la imitación para hablar de pertenencia. Es hacer escribir cada día a 325 millones de europeos un signo que les hable literalmente de su destino común. Por supuesto, no acabará con las dudas... pero más vale quitar una barra al euro que tacharlo por completo.

Christophe Lafarge, director de la agencia de publicidad Agence H, Grupo Havas

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