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Filipinas firma un acuerdo de paz con los rebeldes musulmanes

Los grupos islamistas llevan 40 años en armas contra Manila El acuerdo, que culminará en 2016, incluye la creación de una región autónoma en Mindanao

El presidente de Filipinas, Benigno Aquino (a la izquierda), saluda al jefe de la guerrilla MILF en Manila.
El presidente de Filipinas, Benigno Aquino (a la izquierda), saluda al jefe de la guerrilla MILF en Manila. JAY DIRECTO (AFP)

El Gobierno y el mayor grupo rebelde musulmán de Filipinas han firmado este lunes un acuerdo de paz histórico, con el que pretenden poner fin a más de 40 años de conflicto, aunque el camino por delante aún está lleno de dificultades, según han advertido ambas partes. El presidente filipino, Benigno Aquino, y el máximo líder del Frente Islámico Moro de Liberación (MILF, en sus siglas en inglés), Ebrahim Murad, han fijado el marco para poner fin al movimiento insurgente, que implica el abandono por parte de los 12.000 miembros del MILF de su lucha por la creación de un Estado independiente en Mindanao, a cambio de la creación de una región autónoma, una importante cuota de poder y el reparto de la riqueza en esta región del sur de Filipinas. El objetivo es contar con un pacto de paz definitivo para 2016.

“Vengo en son de paz para forjar una alianza de paz basada en el acuerdo marco entre el MILF y el Gobierno de filipinas”, ha afirmado Murad en el palacio presidencial de Malacañang, en Manila, justo antes de la ceremonia, informa France Presse. Aquino, que ha promovido el proceso de negociación desde que asumió la jefatura del Estado en 2010, ha asegurado que el pacto, aunque preliminar, es una oportunidad para “lograr por fin una paz genuina y duradera”.

Ebrahim Murad se ha convertido en el primer líder del movimiento rebelde que visita el Malacañang, lo que pone de manifiesto el optimismo con que ambas partes ven el proceso.

Los entre cuatro y nueve millones de musulmanes que se estima que viven en Mindanao son ahora una minoría tras años de inmigración católica

La reunión que han celebrado Aquino y Murad antes de la firma sigue al encuentro secreto que mantuvieron en Tokio a principios de agosto. Testigo del hito ha sido también el primer ministro de Malasia, Najib Razak, cuyo país ha sido un importante catalizador en las conversaciones.

Las partes implicadas y observadores independientes han advertido, sin embargo, que el acuerdo alcanzado es tan solo el inicio de un largo camino y que por sí mismo no garantiza el fin de un conflicto, que se ha cobrado la vida de 150.000 personas. “Como dice el refrán, el diablo está en los detalles. Aún queda mucho trabajo por hacer para cosechar todos los beneficios de este acuerdo marco”, ha señalado Aquino. En el mismo sentido se ha manifestado el MILF.

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Los grupos rebeldes musulmanes llevan luchando desde la década de 1970 por la independencia plena o la autonomía en Mindanao, que consideran su tierra natal antes de la llegada de los colonizadores españoles en el siglo XVI. Los entre cuatro y nueve millones de musulmanes que se estima que viven en Mindanao son ahora una minoría tras años de inmigración católica. En la nueva región autónoma, serán mayoría.

El nuevo gobierno autónomo tendrá mayores poderes políticos y control sobre los recursos minerales, petrolíferos y gasísticos que el actual

El largo conflicto ha sumido muchas zonas de Mindanao –una región fértil y rica en recursos minerales- en la pobreza profunda. También ha provocado una proliferación de armas ilegales, clanes políticos y señores de la guerra, que se disputan distintas regiones, mientras grupos separatistas islámicos se han hecho fuertes en algunas áreas.

El Frente Islámico Moro de Liberación es el mayor grupo rebelde en activo, después de que el Frente Moro de Liberación Nacional (MNLF, en sus siglas en inglés) sellara un acuerdo de paz con el Gobierno en 1996. Ese pacto condujo al establecimiento de una región autónoma en Mindanao, que, según aseguró Aquino la semana pasada, fue un “experimento fallido”, debido a la corrupción rampante y la pobreza. La nueva región autónoma sustituiría a esta.

Está previsto que Aquino dé rápidamente la orden para formar una comisión de transición, integrada por 15 miembros, que elaborará una nueva legislación para 2015, destinada a crear un nuevo Gobierno local para Bangsamoro, el nombre dado por las tribus Moro a su tierra natal. Una consulta popular en las regiones musulmanas del sur del país determinará la forma y el tamaño de la región Bangsamoro. El nuevo gobierno autónomo tendrá mayores poderes políticos y control sobre los recursos minerales, petrolíferos y gasísticos que el actual. La defensa, la política extranjera, la divisa y los servicios postales continuarán siendo responsabilidad de Manila.

Algunos de los líderes del MNLF han mostrado su disconformidad por lo que consideran la disolución de sus bases y han advertido que podrían tomar las armas de nuevo. Entre los obstáculos potenciales a los que se enfrenta el proceso de paz, están los posibles ataques violentos por parte de este movimiento y otros grupos islamistas pequeños que aún reclaman la independencia.

Aunque hay un compromiso inicial para que los insurgentes del MILF depongan las armas, el Gobierno ha asegurado que las fuerzas rebeldes no serán convertidas de forma automática en fuerzas policiales. Los rebeldes quieren que la desmovilización y el desarme de sus tropas se hagan de forma progresiva.

Una dificultad añadida es la posible oposición de la iglesia católica –muy poderosa en Filipinas- y los empresarios. El Parlamento, que dominan los católicos, tiene aún que aprobar las leyes de la nueva región autónoma. Pero los expertos creen que Aquino —uno de los presidentes más populares de la historia de Filipinas— será capaz de sacar adelante el plan de paz antes de dejar la presidencia al término de su mandato en 2016.

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