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Diseño italiano para Brasil

La empresa de Vicenza Ares Line, muy presente en Brasil, quiere aprovechar el tirón del Mundial de fútbol y los Juegos Olímpicos

Diseño y calidad italianos pero producidos en Brasil para Brasil. La empresa de Vicenza Ares Line fabrica sillones de oficina de gran calidad, butacas ergonómicas y asientos para espacios colectivos, es decir, grandes espacios como teatros, salas de conferencia, ferias y aulas universitarias. Para que nos entendamos: las butacas del centro de la NASA en Houston y las del CERN de Ginebra son de Ares Line, igual que las de otras instalaciones en 60 países del mundo.

“La empresa nació en 1987”, explica el presidente y fundador, Roberto Zuccato. “El primer gran salto lo dimos a mediados de los años noventa, cuando nos extendimos al sector de espacios colectivos”. En 2003 desembarcó en Brasil, con Ares Line Latino America. “Ya estábamos presentes en Chile, Argentina y México”, prosigue Zuccato, “pero en Brasil teníamos el problema de los altos aranceles (equivalentes al 43% del valor de la mercancía). Exportar se estaba volviendo prohibitivo, por lo que decidimos establecernos directamente en Indaiatuba, cerca de Sao Paulo”. La elección resultó acertada. “Hoy producimos para el mercado interior con todos nuestros catálogos y reproduciendo el modelo regional italiano: en nuestra planta desarrollamos el producto, lo diseñamos, lo montamos y lo sometemos a control de calidad, y confiamos a un centenar de proveedores externos (de los cuales, 20 son estratégicos) la fabricación de los componentes individuales”.

Ares Line es una de las 750 empresas italianas presentes en Brasil (con 12.300 millones de dólares y 100.000 puestos de trabajo creados, Italia es el octavo inversor extranjero en aquel país), uno de los mercados más prometedores del mundo, que tiene ante sí dos fechas trascendentales en el horizonte: en 2014 albergará el Mundial de fútbol y en 2016, los Juegos Olímpicos. Se calcula que, en el próximo trienio, Brasil desarrollará proyectos de infraestructura por valor de 150.000 millones de dólares. Ahora bien, a diferencia de los gigantes Generali, Ferrero, Telecom, Pirelli, Enel, Fiat, Finmeccanica, Luxottica, Prysmian, Mapei, Fincantieri y Tenaris Dalmine, que llevan años establecidos, Ares Line es una empresa de tamaño medio e internacionalizada a partir de productos hechos en Italia: 52 responsables en Italia y 25 en Brasil para una facturación total en torno a los 22.000 millones de euros y una cuota de exportaciones respecto a los beneficios del 60%.

La cara buena del capitalismo globalizado, surgida de las zonas industriales, que en los últimos 10 años se ha atrevido a innovar (invierte el 5% de su facturación en I+D), asociarse en una red con otras 10 empresas del sector para participar en concursos internacionales y desembarcar en mercados lejanos como el brasileño, con productos garantizados por siete años, firmados por famosos diseñadores como Pininfarina o Progetto CMR.

“Brasil es un país joven en el que está asentándose una clase media dinámica que valora la estética y la calidad de los productos italianos”, continúa Zuccato. Entre los clientes de Ares Line, no es casualidad que se incluyan multinacionales con presencia en el país, bancos y aseguradoras, universidades prestigiosas como Sao Paulo y Campinas. Todos ellos, lugares en los que la calidad del asiento y la ergonomía son la base para la productividad de estudiantes y empleados”. Una prueba de que, para ser internacionales, no es obligatorio ser gigantes.

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