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Moscú logra que Kiev colabore para detener a opositores

Escándalo en la Unión Europea y el ACNUR por la entrega de un disidente a Rusia El hombre, solicitante de asilo en Ucrania, denuncia haber sido objeto de amenazas y torturas

Pilar Bonet
Protesta contra Putin en Moscú, el pasado septiembre.
Protesta contra Putin en Moscú, el pasado septiembre. IVAN SEKRETAREV (AP)

La Unión Europea se ha sumado al Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) al pedir a Ucrania que investigue el caso del ciudadano ruso Leonid Razvozzháiev, que fue secuestrado en Kiev el 19 de octubre cuando solicitaba asilo político y que reapareció en la noche del 21 de octubre, más de dos días después, en Moscú como detenido de la policía rusa. A la superficie van emergiendo detalles que apuntan hacia una opaca complicidad entre los servicios de seguridad de Rusia y Ucrania.

Según la agencia Interfax, un representante de la delegación de la UE en Kiev dijo que las circunstancias del asunto son “muy serias” y deben ser estudiadas, por lo que las autoridades ucranianas deben “investigar concienzudamente esta situación”. En Moscú, Dmitri Peskov, el secretario de Prensa del presidente ruso, Vladímir Putin, se negó a comentar el tema, señalando que este afecta a los órganos de investigación, fiscales, judiciales y de derechos humanos.

Tras una larguísima espera, varios activistas de derechos humanos consiguieron el martes por la noche entrevistarse con Razvozzháiev en la cárcel de Lefórtovo de Moscú, donde el activista está aislado en una celda. Valeri Borschov, presidente de la comisión pública de observadores de prisiones, manifestó al canal de televisión Dozhd (Lluvia) que Razvozzháiev les contó “cómo le secuestraron, cómo le metieron en un minibus, le sujetaron las piernas y brazos con cinta adhesiva, le pusieron un gorro en la cabeza para que no viera nada” y al cabo de cinco horas se encontró ya en territorio de Rusia. Ahí, le llevaron a un sótano y, con los brazos y las piernas encadenados, lo tuvieron sentado en cuclillas casi tres días, sin darle de comer y sin dejarle ir al servicio. Según Borschov, Razvozzháiev relató que había sido objeto de “todo tipo de amenazas”, incluso de muerte. “Sabemos donde están tus hijos y les espera lo mismo”, habrían dicho los secuestradores. “Sus palabras exigen ser comprobadas, pero todo lo que dijo fue convincente”, precisó Borschov, un respetado y veterano visitador de prisiones.

La presión psicológica fue tal que Razvozzháiev firmó una confesión, confeccionada por un “analista”. Esposado, fue obligado a leer el texto ante un vídeo. Después, lo subieron de nuevo al microbús y lo llevaron a Moscú, donde lo metieron en un coche del Comité Investigador, la entidad responsable de instruir los casos contra los líderes de la oposición política. “Creía que eran bandidos, pero cuando… lo trasladaron de un coche a otro y le llevaron al Comité Investigador, todo quedó claro”, dijo Borschov. Zoia Svetova, también visitadora de prisiones, afirmó que en la prisión de Lefórtovo impedían la entrevista de Razvozzháiev con sus abogados. “Quiere denunciar a la fiscalía y a los órganos de investigación que fue secuestrado por unos desconocidos que amenazaron su vida. Quiere escribir todo esto, pero no puede hacerlo sin abogado”, dijo Svetova y advirtió: “Este hombre necesita una defensa inmediata”. Razvozzháiev dijo no haber dormido por temer que acudieran a él esas “horribles gentes que me torturaron”. El detenido no tiene huellas de torturas físicas, lo que fue constatado por el Defensor del Pueblo, Vladímir Lukin, pero según Borschov fue “indudablemente torturado” con presiones y amenazas.

Razvozháiev es un activista del Frente de Izquierdas, al que las autoridades rusas involucran en protestas violentas contra el régimen. En la noche del 21 de octubre, el servicio de Internet Lifenews difundió un vídeo que mostraba al activista saliendo escoltado de un juzgado ruso, mientras se dirigía a quienes le filmaban: “Digan que me han torturado. Me han torturado dos días. Me secuestraron en Ucrania”. El portavoz del Comité de Investigación de Rusia, Vladímir Markin, aseguró que el detenido se entregó de forma voluntaria. El lunes, ACNUR difundió un comunicado en el que pedía a las autoridades ucranianas que investigaran el caso. Razvozháiev desapareció cuando estaba realizando los trámites de registro como refugiado, durante un descanso para comer en una cafetería vecina. Al no regresar al local donde le entrevistaban y donde había dejado sus pertenencias, sus entrevistadores denunciaron el suceso a la policía. Las acusaciones contra Razvozzháeiv, al igual que las que pesan sobre otros líderes de la oposición, se basan en un “documental” confeccionado con el estilo de los servicios secretos soviéticos, que ha sido emitido por la cadena de televisión NTV, perteneciente al monopolio exportador de gas, Gazprom. Este “documental” pretende que los líderes de las protestas organizaron desórdenes masivos financiados por políticos de Georgia.

 

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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