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La baja participación, varapalo a Cameron en las elecciones de comisarios

Por primera vez desde 1997, los laboristas arrebatan a los 'tories' un escaño en unos comicios parciales

El primer ministro británico, David Cameron.
El primer ministro británico, David Cameron.ANDREW WINNING (REUTERS)

El mandato de David Cameron está empezando a quedar marcado por la indiferencia que provocan sus grandes ideas. La de “la gran sociedad” ha quedado en el limbo. La de la elección popular de los Comisarios de la Policía y el Crimen (PCC), una especie de sheriffs responsables de marcar las prioridades y el presupuesto en 41 de las 43 regiones policiales de Inglaterra y Gales, ha tropezado con unos niveles de abstención legendarios.

Con tasas de participación que oscilan entre el 13% y el 20% y una media nacional de en torno al 15%, estos comicios se convierten en los menos votados de la historia electoral británica, batiendo ampliamente el récord del 24% de las elecciones europeas de 1999. En esas tasas se incluyen los votos nulos, que en estos comicios han alcanzado tasas altísimas de hasta el 4%, frente al 0,3% habitual en unas elecciones generales. Muchos votantes han querido expresar su protesta por unas votaciones que no entienden y que consideran un despilfarro de dinero público en un momento en el que el Gobierno está recortando los servicios públicos para ahorrar dinero.

Downing Street ha achacado el fracaso a que se trata de un nuevo cargo que es todavía desconocido para el gran público y ha venido a echarle la culpa a los medios. “La prensa nacional no se ha cubierto de gloria” por prestarle poca atención a estas elecciones. Pero los analistas políticos creen que la culpa la tiene el Gobierno por haberse precipitado a convocar las elecciones en noviembre, en lugar de espera a los tradicionales comicios locales de cada mes de mayo. Y se preguntan hasta qué punto los ganadores de estas elecciones tienen legitimidad política y autoridad moral para decirle a la policía lo que tiene que hacer.

En un intento de parecer optimista, el primer ministro ha dicho: “Mi pronóstico es que en las próximas elecciones la participación será más alta”. No solo Cameron ha sufrido un revolcón. También la ministra del Interior, Theresa May, responsable de poner en marcha el nuevo modelo policial. Ministra de moda y potencial carne de primera ministra hace apenas unas semanas, es el segundo tropiezo grave de May esta semana: el martes se vio forzada a poner en libertad al islamista Abu Qatada después de asegurar a principios de año que su extradición a Jordania era inminente.

El de los PCC no ha sido el único tropiezo de la coalición en los comicios del jueves, que incluyeron la elección de tres escaños que habían quedado vacíos. Los laboristas retuvieron los escaños de Manchester Central y Cardiff Sur y, sobre todo, le arrebataron a los conservadores el de conservadores retuvieron el de Corby. Es la primera vez desde 1997 que los laboristas ganan en unas elecciones parciales –conocidas como “by-elections” en la jerga política británica– un escaño que estaba en manos de los tories.

El resultado refleja el enfado de los votantes por lo que consideran la frivolidad de la anterior diputada, Louise Mensch, de dejar el parlamento a media legislatura para pasar más tiempo con su familia en Nueva York.

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