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GIRA PRESIDENCIAL POR ASIA

Obama apoya las reformas democráticas en una visita histórica a Myanmar

Se trata del primer presidente de Estados Unidos que viaja al país asiático

El presidente Obama, con su homólogo birmano, Thein Sein, este lunes en Rangún.
El presidente Obama, con su homólogo birmano, Thein Sein, este lunes en Rangún.JASON REED (REUTERS)

Barack Obama se ha convertido en el primer presidente estadounidense que visita Myanmar. El mandatario americano ha viajado este lunes a Yangon –antigua capital y ciudad histórica- para apoyar el proceso de reformas democráticas emprendido por el país asiático -antes conocido como Birmania-, tras casi medio siglo de gobierno militar. Obama se ha reunido con el presidente de Myanmar, Thein Sein, y la líder demócrata Aung San Suu Kyi. Posteriormente, tiene previsto dar un discurso televisado en la Universidad.

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El objetivo de este viaje es “respaldar el impulso de democratización”, ha dicho al lado de Suu Kyi, en la vivienda junto a un lago de la opositora, donde estuvo sometida a arresto domiciliario durante años. “Eso incluye crear instituciones de gobierno creíbles, establecer el Estado de derecho, poner fin a los conflictos étnicos y garantizar que la gente de este país tiene acceso a mayor educación, cuidado sanitario y oportunidades económicas”, ha señalado, informa France Presse. El presidente ha prometido que, si los líderes birmanos continúan realizando verdaderas reformas, Estados Unidos hará todo lo que pueda para garantizar el éxito del proceso.

Suu Kyi, sin embargo, se ha mostrado cauta. “El momento más difícil en cualquier transición es cuando pensamos que el éxito está a la vista. Tenemos que tener mucho cuidado para no ser atraídos por un espejismo de éxito”.

Tras su encuentro con la opositora birmana, Obama se ha dirigido a la Universidad de Yangon. “Hoy, he venido a cumplir mi promesa y tender la mano de la amistad”, señala el discurso que tiene previsto leer. “En lugar de ser reprimidos, deben ser respetados totalmente los derechos de la gente de reunirse. En lugar de ser sofocados, debe continuar levantándose el velo de la censura de los medios de comunicación. A medida que deis estos pasos, podéis aprovechar vuestro progreso”.

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El lugar elegido para su intervención está cargado de simbolismo, ya que la Universidad ha sido escenario, en el pasado, de manifestaciones estudiantiles a favor de la democracia, incluidos graves disturbios en 1988, que finalizaron con una violenta represión militar.

Washington ha anunciado una partida de 170 millones de dólares (133 millones de euros) en ayudas al desarrollo, coincidiendo con la apertura formal de la oficina de la Agencia Estadounidense de Ayuda al Desarrollo (Usaid) en Myanmar, que estuvo cerrada durante años, en respuesta a la represión de los movimientos democráticos por parte de la junta de los generales. El dinero, repartido en un periodo de dos años, está destinado a proyectos en la sociedad civil para crear instituciones democráticas y mejorar la educación.

La Casa Blanca espera que la visita a Myanmar impulse el ambicioso programa de reformas económicas y políticas emprendidas por el presidente Thein Sein desde que asumió el cargo en marzo de 2011 de un Gobierno supuestamente civil, pero en realidad controlado por los antiguos generales de la Junta.

Un proceso que ha permitido, entre otros, que Suu Kyi entre en el Parlamento. La antigua prisionera política logró un escaño en las históricas elecciones parciales celebradas el pasado 1 de abril. Washington ha recompensado al país asiático por los cambios con el levantamiento de algunas sanciones, el nombramiento de un embajador permanente y la promesa de mayores inversiones.

El Gobierno de Myanmar ha puesto en marcha este lunes la liberación de 66 presos, dos tercios de ellos, políticos, coincidiendo con la visita de Obama. Entre los amnistiados, se encuentra Myint Aye —un antiguo miembro de la Liga para la Democracia, el partido de Suu Kyi—, que fue detenido por novena vez en 2008. El Gobierno de Thei Sein dijo, en vísperas de la visita de Obama, que revisará los casos de los detenidos de acuerdo con los “estándares internacionales” y permitirá a la Cruz Roja acceder a las cárceles

Algunos grupos de defensa de los derechos humanos han asegurado, sin embargo, que el presidente estadounidense debería haber esperado más antes de visitar Myanmar. Le acusan de ignorar los abusos en Myanmar y Camboya al tiempo que honra a estos países con su primer viaje al extranjero después de ganar las elecciones. Argumentan que podría haber utilizado la perspectiva de un viaje a Myanmar como palanca para impulsar más avances.

El presidente estadounidense ha replicado que su visita no significa que respalda al Gobierno de Thein Sein, sino un reconocimiento del progreso efectuado por el país hacia la democratización y su intención de dejar atrás 49 años de Gobierno militar. Suu Kyi ha dado un voto de confianza a Thein Sein –un antiguo general- y ha dicho que es sincero y se puede confiar en él.

Suu Kyi fue liberada de su arresto domiciliario pocos días después de las elecciones de 2010, tras haber pasado 15 de los 21 años anteriores privada de libertad. Los comicios, que pusieron fin al mandato de los generales, fueron amañados y condujeron a la formación de un Gobierno civil, que mantuvo el poder en manos del Ejército.

A partir de entonces, los cambios se aceleraron. Cientos de presos políticos han sido liberados, las manifestaciones han sido legalizadas y la censura en los medios ha sido suavizada. Myanmar, sin embargo, sigue sufriendo la violencia étnica. Obama ha urgido a las autoridades y la población a que aprovechen “la diversidad como una fuerza, no como una debilidad”, en referencia a la violencia étnica en el estado occidental de Rakhine, donde más de 110.000 personas —la inmensa mayoría, musulmanes conocidos como Rohingya— han sido desplazadas de sus hogares.

El viaje de Obama forma parte de la reorientación de la política exterior estadounidense hacia Asia, una región dinámica, que crece a fuerte ritmo, y que Washington considera vital para la prosperidad y la seguridad de Estados Unidos. Este es el quinto viaje que Obama —quien nació en Hawái— realiza como presidente a Asia, donde Washington quiere compensar la creciente influencia de China. Tras su visita a Myanmar, de unas seis horas de duración, Obama se dirige a Camboya para asistir a la cumbre de Asean (Asociación de Naciones del Sureste Asiático) y otros países socios.

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