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Sentencia con sabor agridulce en Bogotá

Algunos consideran que la decisión del Tribunal Internaciona de Justicia de Naciones Unidas ha sido salomónica

Horas después de que el Tribunal de La Haya fallara este lunes a favor de Colombia sobre la soberanía de los siete cayos del archipiélago de San Andrés, pero que le quitara una rica porción del mar Caribe para dárselo a Nicaragua, el presidente Juan Manuel Santos, rechazó apartes del fallo y dijo que al trazar la nueva frontera marítima, el Tribunal cometió errores graves.

“Equivocadamente, en lugar de limitarse a trazar la línea en el área regulada por el Tratado Esguerra-Bárcenas (ratificado en 1930), resolvió extender dicha línea al norte y al sur del archipiélago (…) no estamos de acuerdo con que la Corte se haya salido del ámbito cobijado por el Tratado, que ella misma había declarado válido y vigente”, dijo Santos. Y agregó que no descartará ningún recurso que “nos conceda el derecho internacional para defender nuestros derechos”.

Con relación a los cayos, el presidente del TIJ, Peter Tomka, señaló que “durante decenios, Colombia ha actuado como soberano (…) ejecutado su autoridad soberana, sin oposición de Nicaragua”. Sin embargo, le concedió al país centroamericano un área marítima más allá de 12 millas de los cayos de Serrana y Quitasueño (de Colombia), al norte, y otro espacio al sur de los de Alburquenque y Este Sudeste. En otras palabras, la soberanía de Nicaragua se extiende ahora hacia el este.

La decisión ha sido calificada por algunos de salomónica, ya que, al final, el Tribunal concedió parcialmente a Managua y Bogotá algunas de sus reclamaciones, producto de una demanda que inició Nicaragua hace 11 años. Para el jefe de la delegación de Colombia ante La Haya, Julio Londoño, el fallo del TIJ tiene su parte de victoria. “La Corte Internacional de Justicia ha rechazado la posición de Nicaragua de enclavar a San Andrés y trazar una línea de delimitación marítima entre el archipiélago y Cartagena, como era su pretensión”, explicó Londoño y destacó la soberanía sobre el cayo Quitasueño, del que Nicaragua exigía jurisdicción. Sin embargo, con relación a la pérdida de la zona marítima, dijo que por ahora, el Gobierno estudiará cuidadosamente el fallo para posteriormente tomar decisiones.

La nueva delimitación ignora la frontera marítima antes establecida entre ambos países, que era el meridiano 82, una zona rica en recursos pesqueros y petrolíferos. El Tribunal de la Haya ha concedido 531 kiómetros a Nicaragua desde su costa y 65 kilómetros a Colombia, por lo que diferentes sectores del Congreso han pedido que el equipo defensor ante el TIJ, así como los cancilleres de los tres Gobiernos que han manejado el litigio con Nicaragua, respondan sobre los aciertos y errores.

El presidente del Consejo de Estado, Gustavo Gómez Aranguren, recibió el fallo con “dolor de patria” por el hecho de que Colombia ha perdido territorio. La excanciller Noemí Sanín, que asistió a la reunión con el presidente Santos para analizar la sentencia, declaró que era muy doloroso, pero aún así “los fallos se acatan”, dijo, recordando que es inapelable. Otros como el parlamentario Jack Housni Jaller, que representa al archipiélago de San Andrés, centro de la polémica, lo consideraron “terrible” y “muy grave”. “En San Andrés y Providencia, sus pescadores pueden despedirse de estas áreas de pesca [los cayos Serrana y Quitasueño que aunque son de Colombia, el mar que los rodea ahora es de Nicaragua] porque los nicaragüenses no los van a dejar llegar hasta allá”, dijo.

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Especialistas en asuntos internacionales en Colombia, admitieron que Nicaragua se ha anotado una victoria al ganar un importante espacio marítimo, aunque Colombia haya salvado la soberanía sobre los cayos.

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