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Hollande tiende la mano a Merkel para negociar unidos los presupuestos de la UE

Las expectativas de éxito de la Cumbre se reducen por la amenaza de veto del Reino Unido

Angela Merkel y François Hollande en Berlín.
Angela Merkel y François Hollande en Berlín.JOHN MACDOUGALL (AFP)

A medida que pasan las horas y se suceden las declaraciones de los primeros ministros de la Unión Europea, las dudas sobre un posible acuerdo a corto plazo en la cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno en Bruselas se hacen cada vez más grandes.

Los presupuestos de la Unión para 2014-2020 están en juego, pero nadie quiere dar por perdidas sus aspiraciones nacionales. Todos deberán ceder para que poner fin a unas discusiones que amenazan con acabar en tablas por falta de acuerdo.

Todo dependerá de la habilidad y transigencia de los líderes europeos en las negociaciones que ya han comenzado. En el tablero de juego, varios países se han alineado para defender la integridad de los fondos de cohesión y de la política agraria comunitaria. Francia, España y los países del Este son los principales interesados.

El presidente francés, François Hollande, declaró a su llegada al Consejo: “No vengo a imponer un ultimátum. Espero llegar a un acuerdo con Alemania”. Su actitud conciliadora puede servirle para allanar el terreno en las negociaciones con la canciller Angela Merkel y llegar a un pacto bilateral. Las conversaciones van por buen camino, según declararon esta mañana fuentes del Gobierno alemán. Eso sí, Hollande ha matizado que la política agraria comunitaria (PAC) es una prioridad para Francia y para la UE, argumentando que se debe aprobar un “presupuesto correcto” que proporcione a la población “seguridad alimentaria”. “Estoy seguro de que Alemania y Francia pueden ser los motores en estas negociaciones” concluyó.

Merkel se ha mostrado más cauta ante las cámaras que su homólogo francés. Aunque ha asegurado que Alemania “se implicará en las negociaciones de manera muy constructiva,” no ha descartado que su país se cierre en banda. “Naturalmente también defenderemos nuestros intereses nacionales”, aseveró.

En esta línea, Merkel recordó a los países defensores de ampliar el techo de gasto que la situación por la que atraviesa la Unión hace necesario reducir los presupuestos europeos, en sintonía con los recortes que han sufrido las cuentas nacionales. “Cada cual deberá hacer concesiones sobre su posición. Nos conocemos todos muy bien”, añadió.

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La canciller tampoco despejó la incertidumbre sobre la fecha del acuerdo, pero reconoció que “podría hacer falta una segunda etapa de negociaciones”, dejando la puerta abierta a una prórroga del acuerdo hasta febrero de 2013, cuando se podría convocar una nueva reunión de los Veintisiete.

Reino Unido amenaza con el veto

Reino Unido, a la cabeza de los que apuestan por podar unos presupuestos ya de por sí escuetos, amenaza con vetar cualquier acuerdo que ponga en peligro la integridad de su cheque –la cantidad que recibe en compensación por no beneficiarse de las ayudas agrícolas- o que les obligue a mantener sus actuales aportaciones al presupuesto.

El primer ministro británico, David Cameron, exige una rebaja adicional en el borrador presentado por el presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, que cifró las necesidades de la Unión para los próximos siete años en 973.000 millones de euros. Cameron anunció esta mañana que se librarán unas negociaciones muy importantes y difíciles: “Vamos a negociar muy duramente para obtener un buen trato para los contribuyentes británicos, europeos y para mantener el cheque”.

La sensación de que el Reino Unido es el principal obstáculo para lograr algún acuerdo al término de la cumbre se repite. El socio británico vuelve a descolgarse del resto de colegas. No obstante, no es el único que se ha mostrado intratable. En los últimos días, varios Estados miembros, entre ellos Holanda, Suecia y Dinamarca, amenazaron con vetar los presupuestos. “Es bueno tener siempre un arma en el bolsillo y ponerlo en la mesa para hacer más presión”, dijo Mark Rutte, primer ministro holandés.

Italia, por su parte, sugirió que vetaría cualquier acuerdo si las partidas presupuestarias le perjudicaban en el terreno de la PAC y de los fondos de cohesión. El primer ministro, Mario Monti, advirtió de que la propuesta de Van Rompuy perjudica a su país, y llamó a sus socios a adoptar una solución “equitativa, solidaria y eficiente” para el gasto comunitario. “No nos importa tanto la cantidad como el reparto que se haga de los fondos”, aseguró antes de lanzar un mensaje de advertencia: “No aceptaremos soluciones inaceptables”.

La posición de España se presume menos rígida que la de Italia, pero comparten la misma preocupación por el futuro de sus fondos de cohesión y la PAC. El presidente Mariano Rajoy indicó que su prioridad es defender los intereses de las regiones con mayores problemas estructurales y reconoció que las negociaciones serán muy difíciles.

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