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Los palestinos celebran el voto en la ONU

Israel minimiza el impacto del voto de la Asamblea Netanyahu califica de “hostil y venenoso” el discurso de Abbas La resolución logra un acercamiento entre las facciones palestinas rivales

Un hombre palestino participa en una manifestación en Nablus (Cisjordania).
Un hombre palestino participa en una manifestación en Nablus (Cisjordania).ABED OMAR QUSINI (REUTERS)

Decenas de miles de palestinos han salido a la calle para celebrar lo que sus dirigentes consideran el inicio de una nueva era. En el momento en que se supo el resultado de los votos en la Asamblea General, un atronador sonido de disparos al aire se escuchó por las calles de Ramala. Por la noche, una multitud se reunió en la plaza Yasir Arafat de Ramala. Desde las nueve de la noche, los jóvenes ondeaban banderas palestinas a la espera de que su presidente, Mahmud Abbas tomara la palabra en Nueva York. Poco antes de las once de la noche, Abbas hizo su aparición en la pantalla gigante instalada en la plaza, que se vino abajo. Las celebraciones en Gaza y Cisjordania han tenido un tema común: la unidad. La votación de una resolución por la que Palestina obtiene un reconocimiento como Estado observador no miembro, igual que El Vaticano, y en la que se reconoce “el derecho a la autodeterminación” en las fronteras de 1967 es el motivo.

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Los palestinos sabían de antemano que cuentan con una amplia mayoría en la ONU y por eso invitaron a la gente a salir a la calle desde por la mañana. El ambiente en los territorios ocupados era de fiesta. Israel sin embargo no estaba para juergas. Apenas unas declaraciones del primer ministro dejaban claro que la consigna era mantener un perfil bajo y esperar a que el temporal escampe.

Con lo que no contaban ni los palestinos ni los israelíes sin embargo, era con noticias de última hora como el cambio de posición de Alemania. El gran aliado israelí en Europa pasó de forma inesperada del “no” a la abstención, algo que colmó de alegría a los líderes palestinos, ante lo que consideran el símbolo de un cambio de rumbo en la diplomacia internacional respecto a Israel. “Alemania demuestra que el Gobierno de Israel se lo pone muy difícil a sus amigos para poder defenderles”, sostuvo Xavier Abu Eid, portavoz de la Organización para la Liberación de Palestina. El anuncio del apoyo de Italia a los palestinos ha supuesto otro duro golpe para Israel.

Las celebraciones en Gaza y Cisjordania han tenido un tema común: la unidad palestina. La importancia que los palestinos conceden a la votación de la Asamblea general ha logrado un supuesto acercamiento entre Gaza y Cisjordania, entre Fatah y Hamás las facciones rivales que mantienen al pueblo palestino dividido durante más de cinco años. Después de las celebraciones se podrá aclarar hasta qué punto es verdadera esta aproximación y si la incipiente reconciliación se consolida.

En Ramala, a mediodía, un nutrido grupo de personalidades políticas presidía el festejo subido al escenario. Representantes del movimiento islamista Hamás compartían tarima con los de Fatah, la Yihad islámica o el Frente Popular. Toda una novedad. Se trataba de escenificar la unidad palestina. En la plaza Yasir Arafat, donde se celebraba la fiesta, apenas se veían banderas de partidos políticos. La bandera nacional —verde, blanca, roja y negra— era la protagonista.

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“Todos los palestinos, de Fatah o de Hamás estamos orgullosos de este paso”, asegura Sagi Halil, un profesor de 67 años que hoy ha venido a la plaza a festejar. “Esto va a unir a los palestinos contra los colonos y contra la derecha en Israel. Si se quieren vengar de nuestra iniciativa, se encontrarán con una población unida; en Gaza y en Cisjordania”, apunta a modo de advertencia este hombre que dice no apoyar a ningún partido concreto.

También participa en el festejo Mohamed Ali, relaciones públicas de Paltel, la principal compañía de teléfonos. “Estoy muy emocionado. La gente sabe que con las negociaciones no hemos llegado a ningún lado, que esto es un paso adelante”, sostiene con una bufanda palestina al cuello. Cuando se le pregunta en qué va a cambiar la votación de la ONU la situación de los palestinos sobre el terreno, Ali dice ser consciente que de momento en poco. Que la ocupación israelí va a seguir estando allí el viernes. “Pero por lo menos nos reconocen como nación. Es un paso hacia la independencia. Es importante para nuestra dignidad. Mañana seremos un Estado bajo ocupación, no un territorio en disputa”, piensa.

A pocos kilómetros de allí, en Israel, el estado de ánimo no era ni mucho menos tan festivo. Las amenazas de Estados Unidos y las del propio Israel de cortar la financiación a los palestinos entre otras no han surtido efecto. Los palestinos se han mostrado dispuestos a llegar hasta el final en su aventura diplomática. Ante la evidencia y la lluvia de “síes” que han cosechado los palestinos en las últimas horas, Israel optó por minimizar la relevancia de la votación de Nueva York y dejar en suspenso las amenazas. Fuentes oficiales israelíes explican que ahora la idea es esperar y ver qué hacen los palestinos. Si utilizan el reconocimiento para pedir el ingreso en instituciones como la Corte Penal Internacional con el objetivo de llevar a Israel ante la justicia, entonces, sí habrá castigos.

Israel mantuvo un perfil bajo durante todo el día. No hubo anuncio de posición oficial ni grandes declaraciones políticas. Apenas unos escuetos comentarios del primer ministro, Benjamin Netanyahu. “La resolución de la ONU no va a cambiar nada sobre el terreno… no va a hacer que la creación del Estado palestino esté más cerca, al revés, lo va a alejar”. Y añadió: “Tengo un mensaje sencillo para aquellos reunidos hoy en la Asamblea General. No hay decisión de la ONU que pueda romper 4.000 años de vínculo entre el pueblo de Israel y la tierra de Israel”. Después de la intervención de Abbas, el primer ministro israelí calificó su discurso de “hostil y venenoso”. “No son las palabras de un hombre que quiere la paz”, añadió.

Algunos palestinos coincidían con Netanyahu en que la situación sobre el terreno apenas va a cambiar. Que la ocupación israelí no habrá desaparecido. Que el viernes por la mañana seguirá habiendo cientos de detenidos sin cargos en las prisiones israelíes. Que los checkpoints no se habrán evaporado. Que nadie ha puesto freno al crecimiento de los asentamientos. Que el Ejército seguirá patrullando las calles de Cisjordania. Y que entrar y salir de Gaza seguirá siendo un privilegio reservado para unos pocos.

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