_
_
_
_
_

Berlusconi dice ahora que retirará su candidatura si Monti se presenta

Roberto Maroni, líder de la Liga Norte y ministro de Interior en el último Gobierno de Berlusconi, ha respondido a su antiguo jefe que concurrirán juntos a las elecciones si él "no es el candidato"

El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi.
El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi.ALBERTO PIZZOLI ALBERTO PIZZOLI (AFP)

Marcello Dell’Utri, uno de los mejores amigos de Silvio Berlusconi, un tipo condenado por hacer tratos con la Cosa Nostra, ha dicho que Angelino Alfano, secretario general del Pueblo de la Libertad (PDL) y hasta ahora hombre de confianza del anterior primer ministro italiano, es “un pobre desgraciado, la nada absoluta”. Eso sí, lo ha dicho “en clave positiva”. Además, un centenar de cargos electos de la vieja Alianza Nacional, un partido de raíces fascistas insertado en el PDL, están valorando la posibilidad de irse por donde vinieron. Y, por si fuera poco, Roberto Maroni, líder de la Liga Norte y ministro de Interior en el último gobierno de Berlusconi, ha respondido así a la oferta de su antiguo jefe de concurrir juntos a las elecciones: “Sí, pero si tú no eres el candidato”.

Más información
Berlusconi abre la campaña en Italia con una ofensiva populista
La redención de un país pasa por las urnas
El vuelco complica el panorama de la izquierda en Italia, por JEAN-MARIE COLOMBANI
El vuelco complica el panorama de la izquierda en Italia
El órdago de Berlusconi y Monti ensombrece el futuro de Italia

Así que, despreciado por Europa, vapuleado por la prensa internacional, abandonado por el Vaticano y cuestionado por los suyos mientras se devoran entre sí, Silvio Berlusconi, el rey de la confusión, ya no tiene tan claro si finalmente será candidato a la presidencia del Gobierno. Ahora dice que si Mario Monti, al que había puesto verde solo 24 horas antes, decide presentarse a las elecciones de 2013 al frente de una gran colación de moderados, él estaría dispuesto a retirar su candidatura. “Si Monti se presenta como candidato”, dijo el líder Berlusconi durante la presentación en Roma del último libro del periodista Bruno Vespa, “yo estoy listo para dar un paso atrás, pero no creo que le convenga. No creo que Monti acepte convertirse en un hombre de parte o de partido…”. Más adelante añadió que si la plataforma creada por el presidente de Ferrari, Luca Cordero di Montezemolo, para dar sustento a una hipotética candidatura de Monti se uniera al PDL en esa gran coalición de moderados para impedir el regreso de la izquierda al poder, él también estaría dispuesto a echarse a un lado. Ante la sorpresa de los presentes, el líder del PDL empezó a recoger velas y terminó por aclarar: “En este momento sigo siendo el candidato al Palacio Chigi [sede de la presidencia del Gobierno]”.

Solo 48 horas después de haber iniciado su campaña diciendo que la prima de riesgo es “una estafa”, Berlusconi volvió a demostrar que, pese a sus 76 años, sus décadas en política y sus trampas archiconocidas, sigue siendo una fábrica de titulares. Cada aparición suya —con el correspondiente fuego graneado a los jueces que lo persiguen, a la prensa que lo ridiculiza o al euro “que no es una verdadera moneda”— sigue sepultando cualquier otro asunto político. El problema, para Berlusconi, es que su capacidad para el espectáculo es lo único que le va quedando. Y es consciente de ello. De ahí su calculado globo sonda sobre el posible paso atrás. No hay que echar en saco rato unas declaraciones de Roberto Maroni, el líder de la Liga Norte: “Al final, Berlusconi no se presentará. No hay nadie que sepa leer los sondeos mejor que él y antes o después se dará cuenta de que su candidatura le perjudica a él mismo”.

El dueño del PDL tenía la esperanza de que sus antiguos socios de la Liga Norte se aliaran de nuevo con él para afrontar la nueva carrera electoral. Pero la contestación de Maroni no pudo ser más clara: “Querido Silvio, contigo en escena, nosotros no estaremos; la Liga no puede apoyarte si tú mantienes tu candidatura a primer ministro”.

Tras confirmar el rechazo de sus viejos socios, Berlusconi fue a la presentación del libro y dejó la puerta abierta a una retirada. También a una traición. Dejará en el camino a su amigo más querido, “prácticamente un hermano”, aquel Marcello Dell’Utri que, según varias sentencias, hizo de puente entre Berlusconi y la Cosa Nostra siciliana. “Después de lo que los jueces han dicho de él, mi amigo Dell’Utri no puede volver a ser diputado. Es una injusticia”.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_