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El chavismo acapara el poder legislativo

El nuevo presidente del Parlamento advierte de que Chávez seguirá siendo el jefe del Estado el día 10 y que, si alguien se opone, se la verá con el pueblo en la calle

Francisco Peregil

De momento, todo parece atado en Venezuela. El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) se hizo este sábado con los tres principales cargos de la Asamblea Nacional. Y así se garantiza una transición parlamentaria sin concesiones a la oposición en caso de que el presidente Hugo Chávez fallezca. Diosdado Cabello, antiguo compañero de armas de Hugo Chávez, ha sido elegido presidente del Parlamento. Si Chávez no pudiera superar el cáncer que le retiene en Cuba desde el 10 de diciembre, él tomaría el timón del país y será el encargado de convocar elecciones en un plazo de 30 días.

En ese periodo podría ser determinante el papel que juegue la Asamblea. Por eso la oposición había presionado para colocar algún hombre entre las tres máximas autoridades de la Cámara. Pero Cabello advirtió al jurar el cargo que el Parlamento “es escenario para el debate y no para la negociación”; tampoco lo es para “repartirse el paño”. Lo que, dicho de otra forma, venía a significar que la vicepresidencia primera y segunda recaerían en dos diputados chavistas: Darío Vivas y Blanca Eekhout. Todos ellos fueron nombrados con los 97 votos de los diputados del PSUV sobre un total de 165 escaños. “Mayoría evidente y contundente. […] Minoría evidente”, resumió Cabello.

El Gobierno había hecho un llamamiento a través de la televisión para que los ciudadanos acudieran a los alrededores de la Asamblea para apoyar a Hugo Chávez y a la nueva dirección del Parlamento. Y allí marcharon miles de militantes con camisetas rojas donde se leía ‘Chávez soy yo’ y ‘Pa'alante, comandante’. “La derecha quiere un vicepresidente, pero no hay que darles ni tantico así”, decía José Félix Rivas, militante del Partido Comunista, de 67 años. “Porque una vez que llegan al poder no lo sueltan nunca. Y la revolución aún está en marcha. Aún estamos dependiendo del capitalismo”.

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Cada vez que llegaba un diputado opositor a la asamblea era abucheado por la multitud. “Es que la oposición no ha hecho política en estos 14 años. Solo se ha dedicado a criticar al chavismo”, explicaba el abogado de 61 años José Rosas. “No han entrado nunca en los barrios más pobres. Por eso ganó Chávez 14 elecciones y por eso en las últimas elecciones ganamos la gobernación de 20 Estados. Y de ellos rescatamos a cinco que estaban en mano de la derecha”.

¿Y qué pasará el próximo 10 de enero, día en que Hugo Chávez debería jurar su tercer mandato ante el Tribunal Supremo? Según lo dispuesto el viernes y el sábado por el Gobierno venezolano la respuesta es muy simple: nada. Chávez seguramente no comparecerá, pero tanto el vicepresidente del país, Nicolás Maduro, como Diosdado Cabello, han advertido que la Constitución no prevé nada al respecto.

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Maduro esgrimió el viernes por la noche el librito de la Constitución venezolana para argumentar que la asunción del cargo es un mero “formulismo”. Y Cabello también mostró la Constitución al día siguiente al decir que la ley solo determina que Chávez debe jurar el cargo ante el Tribunal Supremo. “¿Cuándo? No lo dice. ¿Dónde? No lo dice. Y no lo dice porque el Constituyente es sabio”. “Chávez sigue siendo el presidente de la República y seguirá siendo más allá del 10 de enero”, proclamó. Y advirtió que si alguien se opone a ese argumento, “se van a encontrar con el pueblo en la calle y se van a acordar del día en que nacieron”. “No habrá conciliación posible con la derecha perversa […]. Si a esta Asamblea Nacional creen ellos que la van a usar como un sitio de conspiración, los vamos a enfrentar en el terreno que ellos quieran, en el terreno que escojan, de la forma que ellos quieran”, señaló ante miles de chavistas.

Maduro había explicado el viernes en televisión que la Constitución solo prevé convocar unas elecciones en 30 días ante “la falta absoluta” del mandatario para jurar el cargo. Pero ya que el artículo 233 solo habla de esa “falta absoluta” sin dar más detalles, la interpretación que el Gobierno hace de la ley es que Chávez continuará siendo el presidente de Venezuela mientras siga vivo.

Ante esa posición del Gobierno, la oposición parecía descolocada. No hubo una voz que destacara más que otra. El último candidato opositor a la presidencia, Henrique Capriles, actual gobernador de Miranda, se limitó a escribir en Twitter: “Cuánta soberbia y odio se percibe en algunos en esa Asamblea Nacional, ¡el poder es efímero!”. El diputado opositor Julio Borges, que fue abucheado por los militantes chavistas al entrar en la Asamblea, señaló que el nombramiento de la nueva directiva era simplemente “un acomodo de repartos de la ruptura que está viviendo el oficialismo”. Y la diputada independiente María Corina Machado lamentó que “por primera vez en 200 años de historia republicana, el futuro de Venezuela” se decidiera fuera del país. Calificó como “traición a la patria” que desde Cuba se decida “quién preside la Asamblea Nacional y que pretendan decidir quién es el próximo presidente de Venezuela”. Pero los focos no se desviaron de Cabello y Maduro. Al menos este sábado consiguieron infundir sensación de unidad. Maduro advirtió que los “problemas respiratorios” que padece Chávez “ameritan tranquilidad”. Y pidió no dejarse llevar por las “mentiras” de la oposición, ya vinieran “por Twitter, por Facebook” o en la calle. El futuro parecía bien atado.

En medio de la polémica, la Academia Nacional de la Medicina de Venezuela se ha ofrecido al Tribunal Supremo de Justicia para realizar "un examen médico que certifique fehacientemente y dictamine si el presidente padece en el momento actual, enfermedades físicas o mentales, y si tales condiciones limitan parcial o totalmente, temporal o permanentemente, su aptitud y capacidad para el ejercicio idóneo de la Presidencia". Los integrantes de la academia creen que las informaciones ofrecidas por el Gobierno venezolano sobre la salud de Chávez "carecen de la rigurosidad profesional médica requerida para ser confiables, completos, precisos y calificados".

Fechas clave de la enfermedad del presidente

Hugo Chávez logra un tercer mandato en las elecciones presidenciales celebradas el pasado

7 de octubre. El presidente es reelegido con un 54,4% de los votos frente al 44,5% del candidato único de la oposición, Henrique Capriles. El mandato, de seis años, debe concluir en 2019.

El 27 de noviembre el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, anuncia que el presidente viaja de nuevo a Cuba. La Cámara le autoriza a ausentarse de manera indefinida para someterse a tratamiento en Cuba.

El 8 de diciembre Chávez designa sucesor al vicepresidente, Nicolás Maduro, tras revelar que tiene que volver a La Habana para someterse a una nueva intervención quirúrgica. Es la cuarta operación desde que el cáncer le fue detectado en junio de 2011. El presidente electo insta a sus seguidores a respaldar a Maduro en caso de que se produzca su "falta absoluta". Desde el dramático anuncio, el presidente Chávez no ha sido visto en público ni se le ha oído.

El 16 de diciembre Venezuela celebra unos comicios regionales en ausencia del jefe del Estado, hospitalizado en Cuba. El chavismo se impone al ganar 20 de las 23 elecciones a gobernador ante una oposición que pierde cuatro Estados. El líder opositor Capriles es reelegido como gobernador de Miranda.

El 30 de diciembre Maduro revela desde La Habana que Chávez sufre "nuevas complicaciones", que su estado es "delicado".

La cúpula de Venezuela viaja el 2 de enero a Cuba, donde celebra una cumbre para preparar la transición. Participan Maduro, Cabello y el hermano y el yerno de Chávez, entre otros.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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