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Unos 900 españoles trabajan en Argelia para 220 empresas

El Ministerio de Exteriores recomienda extremar la precaución ante el riesgo de escalada terrorista

Miguel Ángel Noceda
Fuente: ICEX
Fuente: ICEXEL PAÍS

Argelia siempre ha sido tierra de promisión para las empresas españolas, pese a que el dominio francés es notorio. Hay unas 220 sociedades españolas en las que trabajan en torno a 900 españoles desplazados, según datos del Registro de Matrícula Consular. Las principales entidades están relacionadas con los sectores de la energía, construcción e ingeniería, pero además hay presencia en el ámbito ferroviario y servicios. En torno a estas grandes empresas se atomizan, además, muchas pymes.

Sin embargo, y aunque Exteriores ha alertado del riesgo para los intereses europeos, de momento solamente la petrolera Cepsa, controlada por capital de Abu Dabi, ha decidido repatriar a los alrededor de 40 empleados españoles, aunque su actividad no ha parado. El personal del resto de compañías continúa en sus puestos. Fuentes de las mismas han subrayado que los focos conflictivos están lejos de los lugares donde desarrollan su actividad y que, si no cambian las cosas a peor, no tienen perspectiva de salida.

Las relaciones de España con Argelia, que se reforzaron recientemente con la visita del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, son estables desde que este país se proclamó independiente de Francia en 1962. Desde ese año cuenta con embajador y pronto se incluyó a Argelia como socio privilegiado, condición que se mantuvo durante la guerra interna de los noventa.

En materia económica esa relación se ha reflejado principalmente en el campo energético. Argelia es uno de los principales países productores y exportadores de petróleo y gas natural, y España es uno de sus principales clientes. Los productos ligados a los combustibles copan el 96,3% del total de las importaciones españolas de Argelia, que rondan los 5.600 millones de euros frente a unas exportaciones de 2.800 millones. Es decir, un saldo comercial muy a favor del país africano.

La dependencia de España del gas argelino ha sido y sigue siendo alta. En la actualidad el 36,7% del aprovisionamiento de gas de España procede de Argelia; pero llegó a acercarse al 60% en los tiempos en los que España no había desarrollado el mapa gasista y no contaba con las plantas regasificadoras que le han permitido diversificar fuentes. Argelia es con mucho el primer suministrador, seguido de Nigeria (18,5%), países del Golfo (13,3%) y Trinidad y Tobago (6,9%), según datos de 2011.

La relación con el gas argelino comenzó en los años sesenta por iniciativa del empresario catalán Pere Duran Farell, presidente de Catalana de Gas (precedente de Gas Natural). El primer barco gasista, llamado Aristóteles, llegó a Barcelona en 1969. Posteriormente, en 1996, se construyó el primer gasoducto (Magreb-Europa) y en 2011 se inauguró el segundo (Medgaz).

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Nunca en los 40 años de relaciones comerciales, y a pesar de los conflictos internos que ha atravesado el país, el gas argelino ha dejado de llegar a España. No obstante, a lo largo de los últimos años ha habido tensiones. Primero cuando el Gobierno argelino expropió los pozos de Repsol en Gassi Touil, en los que Gas Natural tenía una participación. Después, cuando hace tres años decidió cambiar el contrato que la empresa estatal, Sonatrach, tenía con la española. El conflicto no llegó a mayores y, firmada la paz, la firma argelina tomó el 3,5% de Gas Natural, y esta acaba de adquirir el 10% de Medgaz. Es más, Salvador Gabarró, presidente de Gas Natural, se ha convertido en un especial embajador para los intereses españoles por las buenas relaciones con el ministro de Energía argelino, Youcef Yousfi, y el presidente de Sonatrach, Abdelhamid Zerguine.

La presencia de Gas Natural se limita a una oficina comercial en Argel. Repsol no solo ha recuperado el buen clima, sino que cuenta con otras explotaciones en el sureste del país. El grupo tiene previsto iniciar la producción de gas a partir de 2016, asociado con Sonatrach y otros productores internacionales. Repsol, con la experiencia reciente del conflicto de Libia, apenas cuenta con 10 empleados españoles.

Además del petróleo, Argelia ha sido siempre un punto de atracción para las grandes constructoras. Es el caso de ACS, que acaba de terminar una desaladora y repatriado a casi todos sus desplazados, y de FCC, que construye otra, un estadio y una línea de ferrocarril, con 90 españoles en el país. Acciona ha puesto en funcionamiento también desaladoras, además de la conexión de Trasmediterránea. OHL acabó la construcción del Centro de Convenciones de Orán.

La modernización de la red ferroviaria ha llevado también a CAF, que tiene un buen número de desplazados, al igual que Isolux, que construye el tranvía que atraviesa Orán. En Orán, Agbar, de la órbita de La Caixa, se encargará de suministrar agua. La alta presencia de empresas catalanas explica que sean el Banco Sabadell y La Caixa las entidades que tengan oficinas allí.

Iberdrola Ingeniería se adjudicó un contrato en consorcio con General Electric para la construcción de una central de ciclo combinado y la filial española de Siemens se encarga del mantenimiento de una de energía solar hecha por Abengoa y situada en el yacimiento de gas natural de Hassi R’Mel, en el norte.

Quizá el conflicto ha frenado los sondeos de empresas como Inditex para ubicarse en el país.

 

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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