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Tropas africanas en Malí: voluntad sin medios

"Nos falta transporte, asistencia médica, material informático y helicópteros", explica el máximo responsable de las fuerzas africanas que apoyan a Francia

Jefes militares de las naciones africanas durante la reunión en Abiyán el sábado para planificar el apoyo en Malí.
Jefes militares de las naciones africanas durante la reunión en Abiyán el sábado para planificar el apoyo en Malí. THIERRY GOUEGNON (Reuters)

La Operación Serval, que el Ejército francés desarrolla en Malí, avanza hacia el norte del país haciendo retroceder a los islamistas con un apoyo europeo que por el momento se limita a la logística y 70 soldados belgas. La Misión Internacional de Apoyo a Malí (MISMA, en francés) la forman soldados de los países africanos occidentales. Es un contingente formado por 5.700 militares aportados por los países de la CEDEAO (Comunidad Económica de Estados de África Occidental), junto a 2.250 chadianos (Chad no pertenece a la CEDEAO). 

“Quiero trabajar pero me faltan medios”, suspira con un desespero mesurado el general nigeriano Abdulkadir, comandante de la Misión Internacional de Apoyo a Malí. “Ya tenemos a más de 1.600 hombres sobre el terreno, ya estamos implicados y los franceses no hacen ni un movimiento sin informarnos”, intenta justificar el general Abdulkadir, pero los pocos efectivos que están en Malí llegan tarde y se limitan a asegurar las zonas que ya han sido tomadas por los franceses.

Con claridad el general señala las flaquezas de su misión: "Nos falta transporte, asistencia médica, material informático, helicópteros de combate y helicópteros para movilizar las tropas, entre otras cosas”. Por eso insiste que la reunión de donantes que se celebra el próximo día 29 de enero en Addis Abeba, es “crucial”. A estas alturas la cuestión de quién va a pagar la operación sigue siendo el gran interrogante, que mantiene semicongelado el despliegue. De esa conferencia dependerá el progreso y la credibilidad de la MISMA, una muleta que a Francia le conviene para convencer que “no está sola”, como decía su ministro de exteriores, Laurent Fabius, hace una semana en Abiyán, pero que es más útil como herramienta diplomática que como aliado militar.

El general Abdulkadir y los comandantes de los Ejércitos del occidente africano salieron del cuartel general del Ejército marfileño con un anuncio: han decidido aumentar el número de soldados que van a aportar a la MISMA. La previsión pasa a ser de 3.300 hombres a 5.700, contando además con nuevos países contribuyentes. Liberia, Guinea Bissau y Guinea Conakry se suman a los ocho que ya se habían ofrecido. Y a los que hay que añadir los 2.250 chadianos comprometidos. Una nueva promesa antes de haber podido cumplir la primera. En todo caso de momento ha habido más cumbres y resoluciones que movimientos militares. Eso sí, nadie se olvida de felicitar a Francia. “Están haciendo un trabajo maravilloso”, les alaba Abdulkadir.

El Chad no forma parte de la CEDEAO, el organismo regional del África Occidental, pero decidió contribuir a la MISMA. El aporte del Ejército chadiano se ha valorada muy positivamente porque posee la mejor dotación área en la región y por su valiosa experiencia en los terrenos áridos. Aunque también acarrea críticas por su actos violentos hacia los civiles.

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