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Hallados muertos 17 miembros de un grupo musical desaparecido en México

La investigación de la matanza apunta a un ajuste de cuentas entre el cartel del Golfo y Los Zetas

Foto: atlas | Vídeo: ATLAS | MIGUEL SIERRA (EFE)

Las autoridades del Estado de Nuevo León (noreste de México) informaron en la tarde del martes de que ya habían sido recuperados e identificados los cadáveres de 17 integrantes -14 músicos y tres ayudantes- del grupo Kombo Kolombia, secuestrados la madrugada del pasado viernes mientras actuaban en una fiesta privada en la cantina La Carreta del municipio de Hidalgo, a unos 40 kilómetros de Monterrey, la capital del Estado.

Las víctimas, que vestían camisetas negras con la leyenda Poderoso Kombo Kolombia y habían recibido un tiro de gracia en la sien, fueron encontradas en un pozo de 70 centímetros de diámetro y 15 metros de profundidad del rancho Las Estacas, situado a tres kilómetros de la carretera Monterrey-Monclova (Estado de Coahuila), una zona en disputa actualmente entre el Cartel del Golfo y los Zetas y una de las más violentas del norte del país.

Los 18 integrantes del grupo fueron secuestrados a las 0.30 del viernes cuando una decena de hombres armados irrumpió en el local y se los llevaron a la fuerza en presencia de las 50 personas asistentes a la fiesta. Según el relato del único superviviente, que logró escapar y ahora es testigo protegido por el Gobierno federal, sus compañeros fueron transportados en camionetas por caminos sin asfaltar durante cuatro horas mientras eran interrogados por su captores sobre si pertenecían a una banda criminal hasta que llegaron al rancho donde encontrarían la muerte. Fue este testigo, quien tras huir y recibir ayuda en otro rancho cercano, condujo a las autoridades al lugar de los hechos.

El portavoz de Seguridad de Nuevo León, Jorge Domene, señaló que el ataque estuvo dirigido contra el grupo - “no fue por azar”- y afirmó, al ser entrevistado en Radio Fórmula, que la principal línea de investigación sobre el móvil de la matanza sería un acto de venganza o un ajuste de cuentas contra Kombo Kolombia, derivado del hecho que el grupo solía tocar en bares de Monterrey y su zona metropolitana, que forman parte de la red de distribución de drogas de los Zetas.

Fuentes oficiosas citadas por el diario Reporte Índigo, de Monterrey, apuntan que los jefes de los Zetas apoyaban al grupo musical consiguiéndoles contratos en los bares que pagaban a este cartel por su protección. El periódico añade que también se investiga la actuación de Kombo Kolombia en fiestas privadas de este grupo criminal e incluso dentro del penal del Topo Chico de Monterrey.

Los investigadores hacen hincapié en que ninguna de las 50 personas del público fueron atacadas y no descartan que el integrante del grupo que escapó fuese en realidad dejado en libertad para poder reivindicar el ataque. Por el lugar de la matanza, en la carretera de Monterrey a Monclova, una ruta estratégica para el trasiego de drogas a EE UU, sería una forma por parte del Cartel del Golfo de “calentar la plaza”, es decir, de intentar que las autoridades federales refuercen su presencia en esta zona, al sentirse más débiles que sus rivales. Tampoco se descarta que en el pozo se encuentren más restos humanos de otros asesinatos cometidos por los narcos en Nuevo León en el pasado ni, de confirmarse esta hipótesis, la venganza en las próximas semanas de los Zetas.

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