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El primer ministro tunecino anuncia la formación de un Gobierno de tecnócratas

El asesinato del político opositor Chokri Belaïd desata las protestas antigubernamentales Interior informa de la muerte de un policía en la capital por el impacto de varias pedradas

Foto: atlas | Vídeo: ATLAS | EFE

La primera de las primaveras árabes ha sido manchada de sangre en Túnez. Un individuo disparó este miércoles a bocajarro contra el líder de un pequeño partido de izquierdas antes de huir con el cómplice que le esperaba en una moto, según la versión del ministro del Interior, Ali Larayed.

La muerte de Chokri Belaid, un abogado de 49 años que dirigía el Movimiento de los Patriotas Demócratas, ha causado una enorme conmoción en el primer país árabe que derrocó a una dictadura. Y también ha provocado protestas violentas.

Choukri Belaid interviene en un encuentro con otros abogados en la capital tunecina en diciembre de 2010.
Choukri Belaid interviene en un encuentro con otros abogados en la capital tunecina en diciembre de 2010.FETHI BELAID (AFP)

El asesinato de Belaid “se enmarca la espiral de tensión política que vive Túnez a causa, sobre todo de la oposición laica y el conjunto de los islamistas”, asegura Allani Alaya, profesor de la Universidad de Manuba, un barrio del norte de la capital.

Ennahda, el partido islamista moderado que gobierna en Túnez, se apresuró en condenar el atentado. “Es un crimen, un golpe terrorista, no solo contra Belaid sino contra Túnez”, declaró el primer ministro, Hamadi Jebali, ante los micrófonos de Radio Mosaique.

En un discurso pronunciado anoche, Jebali accedió a una de las principales reivindicaciones de la oposición laica y de sus socios, también laicos, de Gobierno. “Tras el fracaso de las negociaciones entre partidos sobre la remodelación del Ejecutivo he decidido formar un pequeño Gobierno tecnocrático”, anunció el primer ministro, que seguirá, no obstante, ostentando el cargo. Las elecciones legislativas deberán celebrarse “cuanto antes”, puntualizó Jebali.

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La condena del atentado por parte de Ennahda no bastó para aplacar los ánimos de la familia de la víctima ni de los sectores laicos de la sociedad civil. La primera en responsabilizar al partido islamista del asesinato del abogado de izquierdas fue su esposa, Basma Khalfaui. “Mi marido fue amenazado varias veces”, pero no consiguió escolta policial, declaró.

Restos de sangre y cristales en el vehículo donde fue tiroteado Chokri Belaid.
Restos de sangre y cristales en el vehículo donde fue tiroteado Chokri Belaid.AMINE LANDOULSI (AP)

Los hombres de la familia fueron más contundentes. “Mando a la mierda a todo Ennahda y acuso a Rachid Ghanuchi [líder del movimiento islamista] de haber provocado el asesinato de mi hermano”, afirmó Abdelmayid Belaid. “Ghanuchi, eres un perro asqueroso”, repetía a las puertas de la clínica, donde el abogado ingresó cadáver, el padre de la víctima. Ante esa misma clínica, ante el domicilio de Belaid, en el barrio de El Menzah, y ante el Ministerio del Interior, en el centro de la capital, se concentraron los primeros los primeros manifestantes.

Como en tiempos de la revolución, en diciembre de 2010 y enero de 2011, la muchedumbre coreaba el célebre lema: “¡El pueblo quiere la caída del régimen!”. Pero dos años después muchos añadían nuevos gritos: “¡Ennahda, torturadora del pueblo!” y “¡El pueblo quiere una nueva revolución!”.

Como en los viejos tiempos los manifestantes lanzaron piedras y adoquines y los policías respondieron con granadas lacrimógenas. Un agente antidisturbios de 46 años falleció en el centro a causa de las pedradas que recibió en el pecho, según un comunicado del Ministerio del Interior.

En Sidi Buzid, la pequeña ciudad del centro del país cuna de la revolución, la muchedumbre asaltó la sede de Ennahda. En otras capitales provinciales también intentó saquearlas o prenderles fuego.

Cronología de las protestas en Túnez

2011

14 de enero: El entonces presidente de Túnez, Zine Ben Alí, huye de su país hacia Arabia Saudí, tras 23 años en el poder, como consecuencia de la revuelta popular iniciada a mediados de diciembre. Se declara el estado de emergencia. Es el comienzo de la llamada primavera árabe.

25 de febrero: Unos 100.000 manifestantes se reúnen en la ciudad de Túnez para protestar contra la actitud del Gobierno. Se producen enfrentamientos con la policía, y varios cuarteles son incendiados.

23 de octubre: Los islamistas de Ennahda vencen en las primeras elecciones libres de la historia de Túnez, consiguiendo 89 de los 217 escaños de la Asamblea constituyente.

2012

14 de abril: Se producen enfrentamientos entre ciudadanos en paro y policías en la cuenca minera del suroeste del país.

11 y 12 de junio: Grupos salafistas atacan varias ciudades del país (un muerto y centenares de heridos), después de que supuestos islamistas radicales hayan arremetido contra una exposición en las afueras de la ciudad de Túnez, que consideraban una ofensa contra el Islam.

14 de septiembre: Centenares de islamistas radicales atacan la embajada de Estados Unidos en Túnez tras la difusión de una película islamófoba en el país americano. Mueren cuatro asaltantes y decenas de personas resultan heridas.

5 de octubre: La policía dispara balas de goma y gases lacrimógenos para dispersar una manifestación de centenares de tunecinos en Sidi Bouzid, en el centro del país. Varias protestas contra la pobreza, los repetidos cortes de agua y los retrasos en el pago de los sueldos han sido reprimidas de la misma forma en las semanas precedentes.

18 de octubre: El coordinador del partido opositor Nidaa Tounès, Lofti Naguedh, muere en Tataouine (sureste del país) al margen de enfrentamientos entre contrarios y leales a Ennahda.

27 de noviembre a 1 de diciembre: Al menos 300 personas resultan heridas en una protesta de cinco días en Siliana (suroeste del país) en la que los manifestantes exigen que el gobernador sea despedido y que se concedan más medios para el desarrollo económico de esta región.

17 de diciembre: Varias personas apedrean al presidente, Moncef Marzuki, y al presidente del Parlamento, Mustapha Ben Jaafar, en Sidi Bouzid, en las celebraciones del segundo aniversario del principio de la primavera árabe.

2013

13 de enero: El Ejército se despliega en Ben Guerdane, en el sur del país, tras una semana de enfrentamientos entre policías y manifestantes que protestan por sus malas condiciones de vida y el paro galopante.

El pequeño partido que encabezaba Belaid está integrado en una coalición, el Frente Popular, de nueve formaciones laicas que solo tienen tres diputados en la Asamblea Constituyente. Son los más beligerantes con los islamistas y cuentan con una militancia dinámica.

Hoy anunciaron que boicotearían las sesiones de la Asamblea y convocaron une huelga general para hoy, a la que se han sumado algunos sindicatos, así como magistrados y estudiantes.

Los partidos del Frente Popular, pero también otras fuerzas laicas con mayor representación parlamentaria, llevan meses enfrentándose violentamente, los fines de semana, con los islamistas, sobre todo a la Liga de Protección de la Revolución, descrita como la milicia de Ennahda.

Los seguidores de Belaid fueron, por ejemplo, acatados el pasado sábado. Pero la principal “hazaña” de la Liga y de los salafistas que colaboran con ella fue el secuestro, durante unas horas, del septuagenario Neyib Chebi, una figura histórica de la oposición democrática.

"No podrán acabar con nosotros"

“Se han creado milicias para aterrorizar a los cuidadanos y arrastrar al país en una espiral de violencia provocada por la Liga de Protección de la Revolución”. Chokri Belaid, de 49 años, el dirigente izquierdista tunecino asesinado ayer, formuló de nuevo esta denuncia el martes por la tarde en la sede del sindicato de periodistas donde dio una rueda de prensa. Horas después fue acribillado a balazos en la puerta de su domicilio.

A la salida del acto Zohra Abid, redactora jefa de la web informativa Kapitalis, le manifestó el miedo que le inspiraba la marea islamista, pero Belaid apaciguó sus temores. “Le dije: ‘nos van a eliminar a todos’ y él me contestó: ‘verás que no podrán con nosotros”, recuerda.

Zohra Abid rememora, con la voz entrecortada por la emoción, esta última conversación con el que describe como “un viejo y gran amigo, compañero de estudios, de luchas...”.

“Le han matado los correligionarios de aquellos a los que defendió en su día”, asegura la periodista. En tiempos de la dictadura de Ben Ali, el letrado Belaid, gran defensor de los derechos humanos, “fue abogado de salafistas y de miembros de Ennahda”, el partido islamista que gobierna Túnez en coalición desde finales de 2011.

La periodista achaca la responsabilidad del atentado “a Ennahda y a su brazo armado, la Liga”. “No es que le hayan matado ellos directamente, pero sí han creado el caldo de cultivo que incita al odio, a la violencia”, afirma por teléfono desde Túnez.

Zohra Abid no escatima elogios hacia el letrado. “Siempre le preocupaban los marginados, los pobres y luchaba con todas sus fuerzas por la justicia, la libertad y contra la intolerancia que practican los islamistas”, prosigue.

Belaid había sido amenazado por los salafistas y por la Liga y así se lo comunicó al Ministerio del Interior, pero no se le ofreció la escolta que hubiese requerido su protección. Entre sus seguidores hubo, el pasado sábado, 11 heridos víctimas de un ataque de la Liga.

Pese a ser padre de familia —tenía dos hijas pequeñas—, “no se dejó amedrentar y continuó trabajando a su ritmo”, añade Abid.

Belaid nació en un suburbio de Túnez, donde conoció de cerca la clase obrera, y estudió derecho en Bagdad y en París. Miembro del sindicato estudiantil, fue detenido, por primera vez, con 22 años. Más tarde pasó cortas temporadas en la cárcel. Además de islamistas, el abogado también defendió a los mineros huelguistas de Gafsa en 2008.

Cuando estalló la revolución, en diciembre de 2010, Belaid se se echó a la calle para secundarla. En marzo de 2011, dos meses después de la caída del dictador, fue nombrado portavoz del Movimiento de los Patriotas Demócratas y, al mes siguiente, secretario general de este partido. En agosto de 2012, su formación se incorporó al Frente Popular, una coalición de formaciones laicas.

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