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El presidente de Túnez retira a sus ministros del Gobierno tripartito

El primer ministro insiste en formar un Gobierno tecnócrata para superar la crisis El ministro de Asuntos Islámicos se encara con las mujeres que acudieron al cementerio

El presidente de Túnez, Moncef Marzuki, muestra su pasaporte mientras interviene ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo, el miércoles.
El presidente de Túnez, Moncef Marzuki, muestra su pasaporte mientras interviene ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo, el miércoles.PATRICK SEEGER (EFE)

¿Conseguirá el primer ministro de Túnez formar ese Gobierno de tecnócratas independientes que anunció la semana pasada? El islamista Hamadi Jebali ha reiterado ante las cámaras de la televisión Al Arabiya que era esa la solución “para sacar al país de la crisis” hasta la celebración de nuevas elecciones cuya fecha pactarían los partidos políticos. Si no lo consigue dimitirá agravando los apuros por los que pasa el país en el que arrancó la primavera árabe.

Túnez se sumió un poco más en la crisis el miércoles pasado tras el asesinato del político izquierdista Chokri Belaid, vehemente fustigador de los islamistas, que las fuerzas laicas achacan a los “barbudos” sin aportar pruebas. La gran formación islamista Ennahda condenó el atentado.

Ese asesinato espoleó la exigencia de la oposición laica. Reivindica que los islamistas se retiren del poder y lo entreguen, hasta la próxima cita con las urnas, a personalidades sin adscripción política. Jebali accedió a ello, horas después de que se produjese el atentado, en un discurso pronunciado por televisión.

Para sacar adelante esa iniciativa se enfrenta a dos problemas. El primero es su propio partido, que ostenta 89 de los 217 escaños de la Asamblea Constituyente, cuyo grupo parlamentario ya rechazó el jueves la iniciativa. La dirección de Ennahda aún no se ha pronunciado, y su líder, Rachid Ghanuchi, se muestra ambiguo. Jebali es el número dos del partido.

Jebali, dijo Ghanuchi en una entrevista con el diario argelino El Khabar, “ha explicado su decisión y ha presentado sus argumentos, pero el movimiento opina que existen argumentos que no conducen obligatoriamente a la misma conclusión”. En ningún momento de la entrevista, Ghanuchi describe al izquierdista asesinado como “mártir”, algo anómalo en la tradición islámica. Con esa omisión muestra su animadversión hacia la víctima.

Peor fue la declaración del ministro de Asuntos Islámicos, Nouredin el Jaddemi, en el que acusa a la familia del difunto de no haber respetado la tradición islámica porque sus mujeres (esposa, hija y hermana) acudieron al cementerio el viernes. “El ministro está más conmovido porque haya mujeres en el camposanto que por el asesinato de un ser humano”, se indignó ayer el dirigente comunista, Hamma Hammami, que pronunció un emotivo elogio fúnebre de Belaid.

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El segundo frente que tiene abierto Jebali es el de su principal socio de coalición, el partido laico Congreso para la República (CpR), que encabeza el jefe del Estado, Moncef Marzuki. Cuenta con tres ministros en el Gobierno que dimitirán hoy lunes, cuando expire el plazo de una semana que habían dado a Ennahda para renuncie a las carteras de Justicia e Interior. CpR es además la única formación laica que rechaza la designación de un Ejecutivo de tecnócratas.

En esta transición tunecina –la nueva Constitución se está redactando desde finales de 2011- no está claro si un nuevo Gobierno debe ser investido por la Asamblea Constituyente. El grupo parlamentario islamista asegura que sí, pero el primer ministro no lo considera indispensable.

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