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Los yihadistas de Malí se infiltran en Gao a pesar del control del Ejército

Grupos de islamistas radicales ocupan varios edificios en la ciudad

José Naranjo

Hace solo unos días parecía que la ciudad de Gao, en el norte de Malí, estaba totalmente bajo el control del Ejército maliense con la ayuda del Ejército francés. La campaña bélica proseguía su avance hacia el norte, llegando incluso a Tessalit, y los terroristas solo tenían capacidad de respuesta colocando minas y lanzando ataques suicidas (dos en las últimas 72 horas). Sin embargo, la guerra rebrotó este domingo en las calles de Gao cuando un número indeterminado de terroristas que estaban en los alrededores de la ciudad consiguieron infiltrarse de nuevo y ocupar sigilosamente varios edificios del centro. Soldados malienses y franceses se han desplegado en la localidad y se han enfrentado con armamento pesado a los yihadistas.

El comienzo de este ataque hay que fijarlo el sábado por la noche. En ese momento, un terrorista suicida que intentaba abalanzarse sobre el puesto de control militar a la entrada de la ciudad por la carretera que conduce a Burem era abatido por los soldados malienses. Sin embargo, el desconcierto generado por esta acción provocó la retirada de los militares durante algunas horas, lo que permitió a muchos terroristas que permanecían en los alrededores de la ciudad entrar en la misma durante la noche.

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Según varios testimonios, los miembros de MUYAO se escondieron en edificios abandonados como la antigua comisaría de policía y otros del centro. Los vecinos empezaron a denunciar la presencia de gente sospechosa y durante toda la mañana se desencadenó una auténtica búsqueda calle por calle y casa por casa de posibles terroristas. Los soldados malienses comenzaron a patrullar las calles del centro y al menos tres sospechosos fueron detenidos.

Sin embargo, sobre las dos de la tarde, cuando llegaron al edificio de la antigua comisaría que fue sede de la policía islámica durante los meses de ocupación yihadista, se encontraron con una fuerte resistencia. Un número indeterminado de miembros de MUYAO comenzó a disparar contra ellos, lo que provocó una respuesta por parte de los soldados. Una unidad del Ejército maliense tomó posiciones alrededor del inmueble y solicitó refuerzos. Durante dos horas intercambiaron disparos con los terroristas, que consiguieron ocupar también otros edificios próximos mientras la población civil se refugiaba en sus casas.

Sobre las cuatro de la tarde, el Ejército francés hizo acto de presencia. Primero blindados y otros vehículos de transporte de tropas y luego los helicópteros. En un primer momento, los franceses se vieron sorprendidos por la intensidad del fuego que disparaban los terroristas, pero con el paso de las horas fueron avanzando. En ese momento se escuchaban disparos no solo en los alrededores de la comisaría, sino en otros puntos de la ciudad.

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La situación a última hora de la tarde del sábado era de enorme confusión. El Ejército francés evacuaba a la mayoría de los periodistas que están en la ciudad, prácticamente todos concentrados en un solo hotel, en dirección al aeropuerto. Al menos un civil falleció en los enfrentamientos.

La presencia de terroristas en los alrededores de Gao ya había sido advertida hace días por los ejércitos maliense y francés, que habían iniciado una campaña para localizarlos en los pueblos situados a pocos kilómetros de la ciudad. Sin embargo, las aldeas ubicadas en torno a la carretera que conduce a Burem, por donde huyeron muchos yihadistas en las horas previas a la recuperación de la ciudad, hace dos semanas, no había sido del todo investigada. Y la población ya había advertido de que allí aún quedaban muchos muyahidin escondidos.

No en vano de allí han procedido los dos ataques suicidas que ha sufrido Gao en las últimas 72 horas. El primero tuvo lugar el viernes por la mañana, cuando un joven adolescente con un cinturón de explosivos bajo su ropa se abalanzó contra el puesto de control militar. Un soldado resultó herido y el agresor murió en el acto. El segundo ataque suicida tuvo lugar el sábado por la noche. Un hombre con explosivos adosados fue abatido por los soldados malienses y explotó en el acto sin producir más víctimas que él mismo.

La acción de los miembros de MUYAO parece más bien desesperada, pero los enfrentamientos han sido duros y han tenido lugar en el centro de la ciudad, lo que ha complicado las cosas por la presencia de población civil. Pero ha mostrado a las claras que esta guerra está lejos de quedar resuelta mientras no se logre ocupar todo un vasto territorio donde existen aún muchas bolsas de resistencia, según reconoció hace unos días el propio Ejército francés.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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