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“El espionaje australiano me dio el chivatazo”

Jason Koutsoukis es el periodista de investigación australiano que interrogó a Ben Zygier, el prisionero X, que después murió ahorcado en una celda de máxima seguridad israelí, en 2010.

Jason Koutsoukis es el periodista australiano que contactó e interrogó a Ben Zygier, el prisionero X, que después murió ahorcado en una celda de máxima seguridad israelí, en 2010. Koutsoukis se topó con él gracias a las suspicacias de los servicios secretos de Australia, que desconfiaban de los movimientos de tres ciudadanos australianos que cambiaron su identidad para viajar a países hostiles con Israel. Sospechaban que habían sido reclutados por el Mossad israelí y que operaban a través de una empresa tapadera europea que vendía equipos electrónicos a Irán. Koutsoukis lo recuerda ahora en conversación telefónica desde Beirut.

Pregunta. ¿Cómo dio con el prisionero X?

Respuesta. Una fuente del espionaje australiano me dio el chivatazo. Estaba enfadado porque había tres australianos que habían emigrado a Israel y que trataban de cambiar su identidad para viajar a países como Irán. La fuente consideraba que se estaban aprovechando del Gobierno australiano obteniendo nuevas identidades y pasaportes para dedicarse al espionaje. Eso fue en octubre de 2009 y me puse a trabajar en la historia.

P. ¿Le dio el nombre del prisionero X?

R. Sí. Le busqué. Estaba en Australia y en diciembre de 2009 llegó a Israel. No me costó mucho dar con él. Le llamé por teléfono y me dijo que estaba en Jerusalén.

P. ¿Qué más le dijo?

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R. Le conté de qué se le acusaba. Le dije que se le acusaba de pertenecer al Mossad [el espionaje israelí]. Me escuchó y en seguida me dijo que todo era mentira. La historia en realidad, sonaba muy rocambolesca.

P. ¿Volvió a hablar con él?

R. Sí. Le seguí llamando por si cambiaba de opinión. Él hacía vida normal. Un día que le llamé estaba por ejemplo en una fiesta. Cada vez se enfadaba más cuando le preguntaba si pertenecía al Mossad. Tres días antes de publicar mi historia [en el Sydney morning Herald y The Age], en febrero de 2010, le encerraron en la cárcel israelí en la que murió. 

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