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La vallisoletana que acuchilló a su marido sufría un brote psicótico

María Reyes García Pellón asesinó al baloncestista Matthew White en su casa en Pensilvania. El fallecido jugó en equipos españoles como el Miñón Valladolid

Yolanda Monge
María Reyes García-Pellón acusada de asesinar a su marido
María Reyes García-Pellón acusada de asesinar a su maridoAGENCIAS

María Reyes García Pellón esperaba esta semana tratamiento psiquiátrico en la sección médica de la prisión del condado de Delaware (Pensilvania), después de que en la pasada madrugada del lunes acuchillara a su esposo hasta la muerte mientras dormía. Lo que esta vallisoletana de 52 años dijo al confesar para justificar su crimen es que había sorprendido a su esposo, el baloncestista Matthew White, 55, viendo pornografía infantil.

La abogada de García Pellón, Kathryn Labrum, está convencida de que su cliente sufría una crisis psicótica desde antes de poner fin a la vida de su marido. De hecho, según relata la prensa local, el mismo día en que García Pellón atacó con un cuchillo de cocina a White, la mujer condujo hasta casa de unos amigos para contarles que estaba muy preocupada debido a que, según ella, el Gobierno chino estaba tramando un plan para infiltrase en las mentes de los norteamericanos y convertirlos en asesinos. Ese fue el caso de Adam Lanza, el joven que causó la mayor matanza en un tiroteo en un colegio de EE UU el pasado mes de diciembre, les explicó García Pellón a sus amigos.

Esa noche, Matthew White acudió a buscar a su mujer tras recibir una llamada de sus amigos -como ya había hecho en ocasiones anteriores- y juntos condujeron hasta una de las unidades para crisis psiquiátricas con las que cuenta el condado. Aunque el matrimonio no pudo iniciar su viaje hasta que el baloncestista convenció a García Pellón de que en el coche no había ninguna bomba, algo de lo que ella estaba convencida.

Tras ser examinada por un especialista, el hospital le dio el alta, ya que no representaba “un peligro ni para los demás ni para ella misma”. White concertó una cita para el día siguiente, con la intención de que su mujer fuera internada. Nunca llegó a suceder. En su lugar, García Pellón está detenida sin fianza y encerrada bajo vigilancia en la cárcel del condado ante el temor a que cometa suicidio.

Esa noche, pasadas las doce, García Pellón se dirigió hasta la cocina de la casa, se sirvió un vaso de agua y cogió dos cuchillos. De vuelta a la habitación, escondió uno de los cuchillos debajo de su lado de la cama. Con el otro acuchilló el cuello de su esposo que dormía plácidamente. “¡Me muero, me muero!”, gritó White, según recoge el documento judicial con notas de la policía. White tuvo tiempo de luchar por su vida con su esposa mientras se desangraba.

Poco después, la mujer se cambiaba de ropa y se dirigía a casa de unos amigos para contarles que había matado a Matt porque veía pornografía infantil. “Eran chicas jóvenes. A mí me encantan los niños y tenía que hacerlo”, les explicó tranquila García Pellón, que trabajaba como profesora de apoyo en una escuela de primaria de Nether Providence. Los amigos avisaron a la policía, que poco después encontraban el cadáver de White yaciendo sobre su cama.

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María Reyes García Pellón y Matthew White se conocieron en España a principios de los años ochenta, donde el baloncestista llegó tras jugar en la Universidad de Penn y en la final universitaria NCAA en 1979 en EE UU. White se ausentó de España durante dos años para regresar después y casarse con García Pellón. La pareja tuvo dos hijos –hoy universitarios- y vivieron los siguientes diez años en España, donde White jugó en el Miñón Valladolid –hoy Blancos de Rueda de Valladolid-; el Náutico de Tenerife; el Granollers o el Granada.

La abogada de García Pellón considera a su cliente una mujer “muy dulce” y asegura que no existen antecedentes de abusos en la familia. La Fiscalía tiene en su posesión los ordenadores de la casa y los analizarán en busca de la supuesta pornografía de menores, según su portavoz Emily Harris, que apuntó que el proceso llevará varios días. “El único problema que existía en ese hogar era la mala salud mental de María”, asegura la abogada, que fue quien hizo los trámites para que la ahora acusada de asesinato en primer grado obtuviera la nacionalidad estadounidense hace poco más de dos años. White sufrió un infarto cerebral hace cinco y a pesar de que estaba muy recuperado, los hijos tenían miedo de que algo sucediese a su padre y su madre se viera forzada a retornar a España al no ser ciudadana estadounidense.

Todo apunta a que no hubo un crimen pasional. Sino el acto brutal de una mujer que había perdido todo contacto con la realidad. La primera comparecencia ante el juez está prevista para el día 25 aunque la abogada está solicitando que sea pospuesta. Labrum confía en que los informes psiquiátricos le den la razón y prueben que lo sucedido es puro producto de una enfermedad mental. De un acto de locura que cierre el paso a una investigación criminal que podría llevar a García Pellón al corredor de la muerte de Pensilvania.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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