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El Parlamento Europeo amenaza con vetar el presupuesto si no hay cambios

Van Rompuy responde: “Piensen dos veces antes de dejar a la UE sin un plan plurianual” Barroso pide que el marco presupuestario pueda flexibilizarse

Luis Doncel
El líder de los socialistas en el Parlamento Europeo, Hannes Swoboda, en una foto de archivo.
El líder de los socialistas en el Parlamento Europeo, Hannes Swoboda, en una foto de archivo. REUTERS

La batalla que parecía acabada amenaza ahora con enquistarse. Tras 26 horas de navajeos, los líderes europeos lograron hace diez días cerrar un acuerdo sobre el dinero del que dispondrá la UE durante los próximos siete años. Pero queda un protagonista que amenaza con echar abajo lo pactado en Bruselas: el Parlamento Europeo. Es la primera vez que Estrasburgo tiene poder de veto sobre el presupuesto plurianual y, a tenor de lo visto este lunes en una reunión con los presidentes del Consejo y de la Comisión, está decidido a usarlo.

Los líderes de los cuatro grupos políticos más numerosos en la Eurocámara –populares, socialistas, liberales y verdes- han criticado las Perspectivas Financieras Plurianuales –el marco presupuestario europeo- por ser las primeras que decrecen respecto a las anteriores, y porque este paso atrás llega en el peor momento, justo cuando Europa está sumida en la recesión. Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, lejos de ofrecer algún caramelo a los parlamentarios, se ha mostrado desafiante.

“Les pido que reflexionen dos veces, e incluso más de dos antes de embarcar a la UE en una política de presupuesto anual que no ofrece ninguna perspectiva”, ha lanzado. El Parlamento no tiene el poder para modificar las cuentas, solo puede dar el sí o el no, y en este último caso la UE se quedaría solo con un presupuesto anual, en lugar de un instrumento que ordene las cuentas a más largo plazo. Van Rompuy ha avisado de que si solo se pudiera comprometer el dinero de año en año “supondría un grave revés para científicos, entidades benéficas y universidades”.

La reunión que se ha celebrado este lunes en Bruselas es solo el principio de una tensa negociación que se alargará durante los próximos meses, hasta mayo o junio, según fuentes parlamentarias. Más contemporizador que Van Rompuy, el presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, ha reconocido que el presupuesto para el periodo 2014-2020 acordado es manifiestamente mejorable. “Hubo reducciones decepcionantes. Pero pese a ello se dieron pasos adelante que servirán para impulsar el crecimiento”, ha dicho el portugués.

Precisamente ese ha sido el reproche mayoritario que se ha oído en la sede de Bruselas de la Eurocámara: que los jefes de Estado y de Gobierno dieran el visto bueno a unas cuentas que no impulsan el crecimiento, con un compromiso de gasto de 960.000, un 3% menos que en el septenio anterior. “La última cumbre solo tuvo de europea el nombre. Los líderes hicieron gala de estrechez de miras. Justo cuando la Unión tiene más competencias, se reduce su presupuesto. Europa va en la dirección errónea”, ha criticado Joseph Daul, presidente del grupo popular.

Para retirar su amenaza de veto, Daul ha pedido una cláusula de revisión, ya que no es “aceptable” condenar a la UE a la austeridad durante los próximos siete años. Barroso ha reconocido que eran necesarias reformas al texto acordado el 8 de febrero. “Comparto la preocupación. Necesitamos un plan plurianual, pero fracasará si no le dotamos de flexibilidad máxima”, ha dicho el jefe del Ejecutivo europeo. Con estas dos palabras –“flexibilidad máxima”-, Barroso estaba ofreciendo al Parlamento una de sus peticiones, que se puede entender en una doble dirección. Por una parte, flexibilidad temporal, que permitiría destinar dinero presupuestado para un año a otro periodo. Por otra, flexibilidad entre rúbricas, que supone destinar fondos sobrantes de una partida a otra. Van Rompuy también ha dicho que los Veintisiete están abiertos a discutir este asunto.

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Pero el discurso de Barroso no ha parecido contentar a los más críticos. “Vamos a rechazar de plano esta propuesta”, ha asegurado el líder de los socialistas, Hannes Swoboda. “No podemos aceptarlo. Necesitamos una cláusula de revisión y que después de las elecciones de 2014 el Parlamento pueda decidir con el Consejo si desea seguir aplicando este presupuesto”, ha añadido el liberal Guy Verhofstadt. La portavoz de los verdes, Isabelle Durant, fue un poco más allá. “Propongo un presupuesto anual para este año y el próximo; y diseñar un nuevo marco para los próximos cinco años a partir de 2014”.

Solo los portavoces de los grupos más conservadores y euroescépticos han alabado los recortes, aunque en este caso la crítica ha venido por quedarse demasiado cortos. Pese a la reprimenda de la Eurocámara, no es descartable que los parlamentarios, ante la presión de los partidos gobernantes en cada país, acaben comulgando con ruedas de molino y den el visto bueno al primer presupuesto decreciente de la historia de la UE.

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Sobre la firma

Luis Doncel
Es jefe de sección de Internacional. Antes fue jefe de sección de Economía y corresponsal en Berlín y Bruselas. Desde 2007 ha cubierto la crisis inmobiliaria y del euro, el rescate a España y los efectos en Alemania de la crisis migratoria de 2015, además de eventos internacionales como tres elecciones alemanas o reuniones del FMI y el BCE.

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