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Obama pide presión a los gobernadores para evitar el 'secuestro' económico

El presidente de Estados Unidos dice que los recortes son evitables y se pueden frenar en el momento en que los congresistas deseen

Yolanda Monge
Barack Obama, durante su discurso esta mañana ante la Asociación Nacional de Gobernadores en la Casa Blanca.
Barack Obama, durante su discurso esta mañana ante la Asociación Nacional de Gobernadores en la Casa Blanca.KEVIN LAMARQUE (REUTERS)

Tras cenar en la noche del domingo con ellos, el presidente ha implorado esta mañana a los gobernadores que ejerzan la presión necesaria sobre el Congreso para evitar que suceda el temido sequester (secuestro), los recortes automáticos de 85.000 millones de dólares en gastos federales que entrarán en vigor el próximo viernes día 1 de marzo si los legisladores no llegan a un acuerdo que lo frene.

“Compartimos la responsabilidad de hacer todo aquello que podamos para ayudar a crecer a nuestra economía y crear buenos trabajos para la clase media”, ha dicho Barack Obama en la Casa Blanca durante un almuerzo temprano con la Asociación Nacional de Gobernadores (NGA, siglas en inglés). “Mientras que están en la ciudad”, les ha sugerido-recomendado el presidente, “espero que hablen con sus delegaciones en el Congreso y les dejen claro lo que está en juego y quién está en riesgo”.

Tras una larga semana de vacaciones, el Congreso ha retomado hoy sus sesiones y lo ha hecho con más actividad y presión de la habitual, a cuatro días de la fecha límite para que comiencen a aplicarse los drásticos tijeretazos y después de que en la noche del domingo la Casa Blanca hiciese público un informe en el que se detalla, Estado por Estado, como afectaría el secuestro a cada una de sus economías -Tejas será uno de los Estados que más sufra-. La palabra que la Casa Blanca utiliza para definir lo que está por llegar es “devastadora”.

El presidente ha insistido en que los recortes supondrán que habrá menos profesores en los colegios, menos asistencia sanitaria y la seguridad estatal y nacional estará en riesgo. Por ejemplo: el Departamento de Estado sufrirá un tijeretazo de 650 millones en sus funciones. El Pentágono se verá obligado a licenciar, temporalmente y sin remuneración, a 800.000 de sus trabajadores civiles, según ha confirmado el todavía secretario de Defensa, Leon Panetta.

Los recortes suponen que habrá menos profesores en los colegios, menos asistencia sanitaria y la seguridad estatal y nacional estará en riesgo.

“Pero estos recortes no tienen por qué producirse”, ha recordado Obama. “El Congreso los puede parar en cualquier momento si llega a un acuerdo, por pequeño que sea”, ha reiterado Obama en su tesis de que todos tendrán que perder y ceder algo para ganar en la gran fotografía.

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Obama propone evitar aplicar la tijera con una reforma del sistema de recaudación impositivo que contribuya a la reducción del déficit sin impedir el desarrollo de programas de financiación pública —como el Medicare y el Medicaid, la ayuda sanitaria a los mayores y a los más desfavorecidos—. El presidente ha insistido en que la solución a la situación actual pasa por la reforma del sistema de recaudación de impuestos, cuyos errores y mal diseño permiten a los más ricos evitar pagar cuotas más altas mientras que es la clase media la que hace una mayor aportación al gasto público.

Y a pesar de que será el tema de la agenda político-económica esta semana y que Obama ha inaugurado el día con los gobernadores, el tema del ‘secuestro’ estuvo totalmente ausente durante la cena que el presidente mantuvo con ellos en la Casa Blanca en la noche del domingo. Durante su discurso, el mandatario elogió a estos hombres y mujeres por cómo estaban conduciendo sus Estados durante estos duros tiempos. “Una noche es una noche y fue un alivio que la política no dominara la conversación”, dijo el gobernador de Delaware, el demócrata Jack Markell, y presidente de la NGA.

Mañana martes, Obama se reunirá con el portavoz de la Cámara de Representantes, el demócrata John Boehner, que públicamente ha manifestado su oposición a dejar que entre en vigor el ‘secuestro’ mientras que otros republicanos continúan acusando a la Casa Blanca de exagerar el impacto que tendrán los recortes. “Hay formas muy sencillas de recortar sin que le pueblo estadounidense lo llegue a notar nunca”, ha declarado el representante republicano por Oklahoma Tom Coburn.

La actual situación viene heredada de dos acontecimientos anteriores, ambos encadenados uno a otro. El primero es que el abismo fiscal logró superarse in extremis el día de año nuevo porque se retrasó tomar una decisión durante dos meses, plazo que concluye el viernes. El segundo tiene sus raíces en el enfrentamiento que sufrió la Casa Blanca y la Cámara de Representantes en agosto del año 2011, cuando el déficit amenazó con bloquear el funcionamiento del país.

Entonces se llegó a un pacto que lo que hizo básicamente fue aplazar un acuerdo definitivo sobre los impuestos y el presupuesto de programas federales hasta después de las elecciones del pasado noviembre esperando que los comicios fueran un refrendo para las políticas demócratas —subida de impuestos a los más ricos— si era reelegido Obama o las republicanas si llegaba a la Casa Blanca el candidato conservador. El sequester forma parte de la Ley de Control Presupuestario que el presidente firmó en 2011 y que establece que, si el Congreso es incapaz de llegar a un acuerdo para reducir el déficit, se aplicará de manera automática un recorte en los gastos federales de 85.000 millones de dolares.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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