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Obama refuerza su alianza con Israel en su primera visita como presidente al país

El presidente asegura que los lazos de EE UU con Israel "son eternos, para siempre"

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llegó este mediodía a Israel, para su primera visita oficial en el cargo a la zona, con un mensaje claro para el primer ministro Benjamín Netanyahu, después de la reelección en las urnas de ambos mandatarios: a pesar de sus malas relaciones en los pasados cuatro años, la alianza entre ambas naciones sigue intacta y más fuerte que nunca. Marcando el inicio de una nueva relación con Netanyahu, Obama dijo a su llegada al aeropuerto de Ben Gurion, en una ceremonia oficial, que “EE UU está orgulloso de ser el aliado más fuerte y el mayor amigo” de Israel.

“Nos mantenemos unidos porque la paz debe llegar a Tierra Santa. Aunque tenemos claras las dificultades a las que nos enfrentamos, nunca perdemos de vista la idea de un Israel en paz con sus vecinos”, dijo Obama. “Apoyamos a Israel porque es algo que nos hace más fuertes y más prósperos a ambos, y hace del mundo un lugar mejor. Pero eso EE UU fue una de las primeras naciones en reconocer el Estado de Israel hace 65 años y por eso hoy la estrella de David y las barras y estrellas ondean juntas, y por eso estoy convencido de que nuestra alianza es eterna, para siempre”.

Netanyahu y Obama se saludan a la llegada del último a Israel.
Netanyahu y Obama se saludan a la llegada del último a Israel.Ariel Schalit (AP)

Obama dijo que no es “un accidente” que el primer viaje de su segundo mandato haya sido a Israel. El presidente fue ampliamente criticado por los republicanos en las elecciones presidenciales por no haber visitado el país en su primer mandato. En 2009 acudió al vecino Egipto, donde dio un discurso en el que le tendió la mano al mundo islámico, con el fin de aislar a los extremistas. Posteriormente, en el contexto de la llamada primavera árabe, EE UU apoyó las aspiraciones de los revolucionarios en países como Libia y Egipto, que hoy viven en un estado de gran inestabilidad.

En el primer discurso de su visita a Israel, Obama admitió que “los vientos de cambio en esta zona traen consigo promesas y peligros”. “Veo esta visita como una oportunidad para reafirmar los lazos inquebrantables entre ambas naciones, para confirmar el firme compromiso de América con la seguridad de Israel”, añadió. Posteriormente, el presidente visitó partes del escudo antimisiles de Israel, que en parte se ha financiado con fondos cedidos por EE UU.

En su visita oficial Obama se reunirá en tres ocasiones en privado con el primer ministro Netanyahu. En las 50 horas que durará su viaje visitará Cisjordania en dos ocasiones, para dos breves visitas a Ramala, donde se encontrará con el presidente palestino Mahmud Abbas, y a la iglesia de la Natividad en Belén. El viernes proseguirá a Jordania, donde cenará con rey Abdalá II. El sábado acabará su visita, con un breve viaje a las ruinas de la milenaria ciudad de Petra.

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El mandatario norteamericano ha dicho que no trae consigo a Oriente Próximo una nueva iniciativa de paz para israelíes y palestinos. “Iré a escuchar”, dijo el jueves en la única entrevista otorgada a un medio israelí, el Canal 2 de televisión, antes del viaje. La Autoridad Palestina se ha mostrado molesta por el hecho de que la Casa Blanca haya rebajado las expectativas respecto a la reanudación del proceso de diálogo. En los pasados días, cientos de palestinos se han manifestado en Cisjordania y Gaza contra el presidente norteamericano, declarándole persona non grata.

En su estancia en Jerusalén, Obama visitará algunos puntos cruciales para el Estado de Israel y la historia del pueblo judío: el museo de Israel, en el que se hallan los rollos bíblicos del Mar Muerto; las tumbas de Isaac Rabin y de Theodor Herzl, padre del sionismo moderno, y Yad Vashem, una institución de investigación sobre el Holocausto y sus víctimas. El jueves se dirigirá a la nación de Israel, fuera del contexto político, desde el Centro de Convenciones de Jerusalén, en un discurso que quiere estar al nivel del que pronunció al mundo Árabe desde El Cairo en 2009.

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