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EL CONFLICTO SIRIO

Crece la presión sobre la Casa Blanca para que actúe militarmente contra Siria

Un senador republicano reclama “tropas sobre el terreno” para asegurar que los depósitos de armas químicas están seguros

Yolanda Monge
ABIR SULTAN (EFE)

El presidente Barack Obama ha dejado claro en varias ocasiones que si el régimen sirio de Bachar El Asad cruzase la línea roja de utilizar armas químicas contra la población civil actuaría en consecuencia y tomaría medidas –aunque nunca ha especificado de cuáles se trataría pero se asume que sería una respuesta militar-. Un grupo de senadores del Congreso de EEUU considera que hace tiempo que esa línea ha sido sobrepasada y demandan acción inmediata por parte de la Casa Blanca.

“Si las informaciones que tenemos son ciertas, la línea roja del presidente ya se ha cruzado y le pedimos que imponga las consecuencias que prometió”, han declarado a través de un comunicado los senadores republicanos Lindsey Graham y John McCain. Ayer martes, un misil impactaba en un pueblo de la provincia de Alepo. Según la agencia de noticias estatal SANA -controlada por el régimen-, el artefacto fue lanzado por los rebeldes e iba cargado con un agente químico que causó la muerte de al menos 25 personas y dejó más de un centenar de heridos. La oposición siria clamó todo lo contrario e hizo públicos sus propios vídeos con víctimas afectadas por los efectos de gases tóxicos lanzados por el régimen.

La Casa Blanca salió ayer al paso de los sucedido en Alepo durante su rueda de prensa diaria y declaró que estaba “mirando con detenimiento la información” pero que la Administración era “esceptica” de la versión del régimen sobre lo sucedido. Jay Carney, el portavoz de Obama, declaró “no tener pruebas” de que los rebeldes sirios hubieran usado armas químicas en la guerra civil que ya se ha cobrado más de 70.000 vidas.

No muy lejos de la Clasa Blanca, el senador demócarta Carl Levin se sumaba en el Capitolio a las voces que piden una intervención militar en Siria. Graham añadía que Obama debía de considerar desplegar “tropas sobre el terreno” para asegurar que los depósitos de armas químicas están seguros. La senadora demócrata Dianne Feinstein y el representante republicano Mike Rogers sumaban fuerzas y declaraban en CNN estar convencidos de que el régimen de Damasco ya había usado ese tipo de armas. “Tenemos la obligación moral de hacer algo”, dijo Rogers. “Y si eso supone un ataque militar limitado, insisito, estamos moralmente obligados a hacerlo”.

Tenemos la obligación moral de hacer algo y si eso supone un ataque militar limitado, estamos moralmente obligados a hacerlo”

El viaje a Israel de Obama adquiría una nueva dimensión ayer. El presidente de EEUU aterrizaba esta mañana en Jerusalén en medio de la polémica sobre el uso de las armas químicas. En el aeropuerto, el presidente de Israel, Simon Peres, alertaba del gran peligro de que esas armas entren en el conflicto y caigan “en manos de los terroristas, ya que provocaría una tragedia de proporciones épicas”. “Afortunadamente, la capacidad nuclear de siria ha sido destruida pero desafortunadamente el arsenal de armas químicas permanece intacto”, ha finalizado Peres.

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Según el recién nombrado ministro de inteligencia israelí, “parece claro” que recientemente se han usado en Siria armas químicas. La afirmación de Yuval Steinitz entra en conflicto con la afirmación de la Casa Blanca el día anterior de que no existían pruebas de ello. El ministro, que habló en la radio del Ejército, dijo que después del programa nuclear iraní, la suerte de las armas químicas sirias sería el segundo tema urgente que sería tratado con Obama durante su visita de 48 horas a Israel.

Fuentes de la Administración han declarado en varias ocasiones tener esbozado un plan de acción militar contra los arsenales químicos sirios en caso de que fuera necesario un ataque. Pero el tema es muy complejo y los expertos consideran que una acción “limitada” –como reclama el congresista Rogers- sería casi imposible, ya que las armas se encuentran en búnkers y además si se llegasen a bombardear se correría el riesgo de que acabaran esparcidas en el aire.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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