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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Paz por reconocimiento de la identidad

Los kurdos confian en que Ankara cumpla su promesa de hacer un reconocimiento expreso de su identidad cultural

Juan Carlos Sanz
Miles de manifestantes ondean banderas del PKK en la ciudad turca de Diyarbakir este jueves.
Miles de manifestantes ondean banderas del PKK en la ciudad turca de Diyarbakir este jueves.

“¿A quién le puede importar en Europa lo que nos pasa?”, se lamentaba hace 15 años en las afueras de Diyarbakir un campesino kurdo expulsado de su aldea por la política de tierra quemada del Ejército turco. El sureste de Anatolia era entonces un campo de batalla, salpicado de puestos de control militares, y un paisaje rural vaciado a la fuerza de sus habitantes para privar de apoyo a la guerrilla del PKK. En las ciudades, donde se hacinaban cientos de miles de desplazados, la ley civil estuvo ausente durante dos décadas. El estado de emergencia regía para todos: civiles condenados en silencio, periodistas extranjeros expulsados...

La multitud que celebraba este jueves en un parque de Diyarbakir el adiós a las armas proclamado por Abdulá Ocalan intuía que —esta vez sí— puede ser el principio del fin. El que fuera “enemigo público número uno de la República” se ha erigido ahora en el principal mediador para la paz en el sureste de Anatolia. Tras librarse de la horca, el prisionero de Imrali, el siniestro penal de una isla del mar de Mármara, ha tenido casi tres lustros para cambiar de opinión.

En Turquía casi todos coinciden en que el encarcelado líder histórico del PKK ha tenido un papel determinante en la consecución de un cese de hostilidades con el Gobierno de Ankara, en el que han intervenido tanto los servicios de inteligencia turcos como representantes del Partido de la Paz y la Democracia, el nacionalismo kurdo con representación parlamentaria. “Ocalan parece sincero y Erdogan ha aceptado el diálogo, pero nadie sabe qué harán los comandantes de la guerrilla en las montañas del Kandil [norte de Irak]” advertía hace una semana un alto diplomático de la UE en Estambul ante un grupo de periodistas europeos.

El anuncio de Ocalan responde al patrón de un alto el fuego unilateral, con el repliegue de los 5.000 guerrilleros independentistas kurdos desplegados en el territorio turco y su acuartelamiento más allá de la línea fronteriza iraquí. No hay una contrapartida explícita por parte de Recep Tayyip Erdogan. Tan solo el llamamiento de Ocalan a la construcción conjunta entre turcos y kurdos de una salida democrática al conflicto.

Pero sin duda, los cientos de miles de personas que celebraban hoy en Diyarbakir el Nevruz, el Año Nuevo kurdo, confiaban en que el Gobierno turco cumpla su promesa —como ya han filtrado algunos medios turcos— de hacer un reconocimiento expreso de la identidad cultural kurda en la nueva Constitución que se está redactando en el Parlamento de Ankara. “Los kurdos comparten demandas básicas, como el derecho a usar su lengua materna en la educación y en los servicios públicos”, precisa un reciente informe de International Crisis Group.

Erdogan también es consciente de que el éxito de la autonomía kurda en el norte de Irak y el previsible futuro autogobierno de los kurdos en Siria, obligarán más pronto que tarde a Turquía a negociar alguna fórmula de descentralización para el sureste de Anatolia. No es esta la prioridad de Ocalan, su exigencia ahora es que callen las armas y hablen las ideas.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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