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ENTREVISTA | RICARDO PATIÑO

“La reforma del sistema de protección de derechos de la OEA no ha concluido”

El canciller ecuatoriano lidera las propuestas en torno a las relatorías de Derechos Humanos

Eva Saiz

Ecuador no está dispuesto a arrojar la toalla en su empeño por imponer su visión para fortalecer el Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH) de la Organización de Estados Americanos (OEA). Tras cuatro horas reunido con cancilleres y representantes de los 23 Estados firmantes de la Convención Americana de Derechos Humanos, el ministro de Asuntos Exteriores ecuatoriano, Ricardo Patiño, aseguró, en una entrevista concedida a EL PAÍS, que la Asamblea Extraordinaria de este viernes de la OEA no supondrá el tan ansiado punto y final al proceso de reforma del SIDH.

“Esto no se va a parar ahora. Esto sigue de largo porque hay mucho que hacer, hay mucho que reformar y mucho que fortalecer”, aseguró Patiño. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) confiaba en que, finalmente, la Asamblea Extraordinaria de este viernes suponga en colofón al proceso de modificación del SIDH, que comenzó hace 21 meses. Ecuador no está dispuesto.

Patiño convocó el jueves por la noche a los mismos países que ya se reunieron el pasado 11 de marzo de Guayaquil para estudiar la reforma del SIDH. De este último encuentro no ha salido un texto alternativo a la propuesta de resolución que el martes se presentó en el Consejo Permanente de la OEA. Ecuador ha constado que su propuesta de financiación y sobre las relatorías no cuenta con apoyos suficientes para salir airoso en la Asamblea Extraordinaria, pero no quiere claudicar ante las posiciones respaldadas por la mayoría. “Hoy hemos decidido dejar temas súperimportantes para los próximos meses porque todavía no están maduros, como el tema de la sede o el análisis de un posible rediseño del SIDH”.

El canciller ecuatoriano se refiere a la posibilidad de trasladar la sede de la SIDH de Washington a Buenos Aires, una propuesta de la que se ha hablado mucho estos días en el entorno de la OEA, pero que ni Argentina ha planteado oficialmente, ni se ha formulado a ningún organismo de la organización. Este asunto tiene pocos visos de que llegue siquiera a formularse en la reunión de hoy viernes, tal y como se desprende de las palabras del ministro.

Ecuador aspira a que el SIDH se financie exclusivamente con los fondos de la OEA y las aportaciones de los Estados parte y que ese dinero no tenga un fin específico. Esta última circunstancia perjudicaría a la relatoría para la Libertad de Expresión, la única que no recibe aportaciones de la OEA y que se gestiona con dinero proveniente de programas de cooperación internacional para los que tiene, necesariamente, que presentar proyectos concretos con los que atraer la inversión.

La propuesta secundada por Ecuador y por el grupo de países que lo apoya, también contempla que todas las relatorías tengan la categoría de especiales, pero siendo financiadas, exclusivamente, con fondos de la OEA y de los Estados miembros .“Es posible que se llegue a un acuerdo como el de Guayaquil en el sentido de que todas las relatorías se conviertan en especiales”, indica Patiño.

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Las decisiones que se aprobaron en la ciudad ecuatoriana sobre el sistema de financiación del SIDH difieren en cuanto al modo de financiación con el contenido de la propuesta de resolución que la OEA redactó este martes y que será debatida el viernes por los cancilleres de la OEA. Ese último texto, contempla, como quiere Ecuador, que el SIDH acabe financiándose exclusivamente por la OEA y sus Estados miembros, pero, mientras tanto, prevé que se mantenga el sistema de aportaciones actual, que incluye fondos de terceros y con finalidades específicas, justo a lo que se opone el ALBA. “En la reunión de esta tarde hemos hecho un seguimiento a la declaración de Guayaquil para ver en qué medida esos puntos estaban siendo recogidos por la propuestas de resolución que veremos mañana”, ha dicho Patiño.

Pese a que Ecuador asegura que el sistema de financianción que propone sólo busca fortalecer al SIDH, el hecho es que, en los últimos días, se han sucedido las cartas y los artículos de protesta de mandatarios, exdirigentes de la OEA, como su antiguo secretario general, César Gaviria, y de asociaciones de defensa de los derechos civiles, que aseguran que las reformas auspiciadas por el bloque del ALBA no harían sino debilitar la independencia de la CIDH. “Algún miedo deben tener, el que tiene tantos miedos por algo los tendrá”, se limita a contestar Patiño al ser preguntado por la oposición unánime a sus posturas.

Patiño y los países del ALBA critican que la CIDH y, en concreto, la relatoría para la Libertad de Expresión, no estén financiadas exclusivamente por fondos provenientes de los países firmantes de la Convención Americana de Derechos Humanos. Este instrumento únicamente ha sido refrendado por 23 de los 35 países que componen la OEA. Ecuador censura que países como EE UU, que no ha ratificado la Convención, tengan un peso importante en la CIDH, por lo sustancioso de sus aportaciones económicas, y que el resto de Estados, que sí han suscrito el texto, no tengan la misma influencia.

Uno de los caballos de batalla de la CIDH y de la OEA es conseguir que todos sus Estados firmen todos los Tratados de Derechos Humanos de la Organización -en la actualidad sólo lo han hecho siete países, uno de cada cinco-. Ecuador es un firme defensor de esa lucha, pero elude pronunciarse sobre la aparente contradicción que supone que otros países que defienden su postura hayan denunciado la Convención, como Venezuela, o amaguen con hacerlo, como Bolivia. “Esto es decisión de ellos. Nosotros queremos que todos la ratifiquen”, sostiene Patiño.

Ante la segura falta de consenso con la que el viernes llegarán a la OEA los distintos países que la integran, lo más probable es que se acabe redactando un documento de consenso en el que se reconozca la labor de la CIDH, pero se deje abierto el proceso de reforma. ”Vamos a proponer al presidente de la Asamblea que nos dé la oportunidad de debatir de manera informal para tratar de llegar, de manera paralela a la reunión formal, a algunos puntos de coincidencia”, asegura Patiño.

Justo la solución que no quiere la CIDH, que ansía que se cierre un debate que sólo ha dado pábulo al ruido geopolítico, ahogando a las voces de las víctimas, las verdaderas protagonistas de uno de los sistemas de defensa de derechos humanos más eficaces y prestigiosos, pese a ser el pero dotado económicamente, del mundo.

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Sobre la firma

Eva Saiz
Redactora jefa en Andalucía. Ha desarrollado su carrera profesional en el diario como responsable de la edición impresa y de contenidos y producción digital. Formó parte de la corresponsalía en Washington y ha estado en las secciones de España y Deportes. Licenciada en Derecho por Universidad Pontificia Comillas ICAI- ICADE y Máster de EL PAÍS.

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