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Alemania impulsa el enjuiciamiento de criminales de guerra nazis

El centro Simon Wiesenthal incluye nuevos sospechosos en su lista de los más buscados

John Demjanjuk (esposado), al ser juzgado en Jerusalén en 1986.
John Demjanjuk (esposado), al ser juzgado en Jerusalén en 1986.CORDON PRESS

La Oficina Central para el esclarecimiento de los crímenes nacionalsocialistas de Alemania, con sede en Ludwigsburg, ha anunciado la apertura de diligencias previas contra colaboradores del Holocausto que todavía viven en libertad en el país. Se trata de vigilantes del infame complejo de campos de concentración de Auschwitz, en la Polonia ocupada por los nazis alemanes. Allí murieron asesinadas alrededor de 1,3 millones de personas, en su mayoría judíos, pero también decenas de miles de civiles polacos y de gitanos europeos. En su cualidad de guardias en aquella fábrica de matar, los 50 sospechosos serán acusados de complicidad en miles de asesinatos. La mayoría son ciudadanos alemanes. Viven dispersos por el país y tienen una media de 90 años de edad. El delito de asesinato no prescribe en Alemania.

Al mismo tiempo, el centro Simon Wiesenthal de Los Ángeles ha introducido dos nombres nuevos en su lista de criminales de guerra nazis más buscados. Hans (o Antanas) Lipschis y Theodor Szehinskyj militaron en la Tercera División de la SS, conocida por su emblema de la calavera y porque estuvo compuesta por guardias de campos de concentración. Lipschis ocupa el cuarto lugar en la lista. Fue vigilante en el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau. Después escapó a Estados Unidos, desde donde lo extraditaron a Alemania hace 30 años. Szehinskyj, por su parte, sigue en Estados Unidos. Sustituyen en la lista a Károly (Charles) Zentai, cuya extradición a Hungría fue denegada por los jueces de Australia, y a Klaas Carel Faber, asesino confeso de judíos que murió de viejo el pasado mayo. El centro Simon Wiesenthal, que se dedica a buscar e identificar a criminales nazis, calificó además de “muy buenos” los esfuerzos estadounidenses para el esclarecimiento de los crímenes de la II Guerra Mundial. Alemania, dicen, lo está haciendo “bien”. En cambio, los países bálticos, Australia y Austria (la cuna de Hitler) suspenden.

El fiscal Kurt Schrimm tendrá en cuenta la jurisprudencia sentada por el juicio al criminal de guerra John Demjanjuk. Fue condenado en 2011 a cinco años de cárcel por su complicidad en 28.000 asesinatos cuando era guardia del campo de exterminio de Sobibor, en 1943. Demjanjuk  no cumplió su pena y murió unos meses después de escuchar el fallo del tribunal de Múnich que había solicitado su extradición desde Estados Unidos. Publicó un escrito donde se negaba a reconocer la autoridad para juzgar los hechos a los tribunales alemanes, puesto que, decía, la República Federal es “sucesora del III Reich”. Sus abogados recurrieron la condena, pero murió antes de que concluyera el proceso.

Estos días se cumplen 50 años desde que la Oficina para el esclarecimiento de los crímenes nazis instruyera el primero de los llamados Procesos de Auschwitz en Fráncfort. La Central de Ludwigsburg, una ciudad próxima a Stuttgart, ha iniciado unas 7.500 investigaciones desde su fundación en 1958. Ahora quieren ampliar sus pesquisas mediante la colaboración con autoridades de países sudamericanos. Muchos criminales nazis huyeron hasta América tras la derrota de Alemania. Según dijo el fiscal Schrimm al diario de Múnich Süddeutsche Zeitung, “la colaboración con Brasil es prometedora”.

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