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París pide a la prensa que dé los nombres de los evasores fiscales a la justicia

La investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación ha revelado un fraude gigantesco y planetario

El ministro francés de Presupuesto, Bernard Cazeneuve, el 3 de abril.
El ministro francés de Presupuesto, Bernard Cazeneuve, el 3 de abril. PIERRE VERDY (AFP)

El nuevo ministro de Hacienda francés, Bernard Cazeneuve, ha pedido este martes en la Asamblea Nacional a los 36 periódicos internacionales que han publicado en los últimos días los nombres de los cerca de 130.000 evasores fiscales de todo el mundo que entreguen la documentación a la Justicia "para que esta pueda hacer su trabajo".

Cazeneuve, sustituto en el Gobierno socialista del cesado Jérôme Cahuzac, que admitió la semana pasada haber tenido cuentas secretas en Suiza y Singapur, da así un primer paso simbólico al frente del ministerio en un momento en que Francia vive una aguda crisis política y moral que ha puesto en graves apuros al presidente François Hollande.

Bernard Cazeneuve también ha asegurado que el Gobierno no pondrá en marcha una regularización ni una amnistía fiscal para los defraudadores que tienen dinero en el extranjero. Y el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, ha confirmado que el Gabinete aprobará el 24 de abril en consejo de ministros una batería de medidas para "luchar contra la gran delincuencia financiera, el fraude fiscal organizado y los paraísos fiscales".

El Partido Socialista, por su parte, ha decidido expulsar al exministro Cahuzac de sus filas por unanimidad. También este martes, el diputado socialista Yann Galut ha presentado en la Asamblea Nacional una propuesta para instaurar el delito de "fraude fiscal en banda organizada", llamado a endurecer las sanciones contra los poseedores de cuentas clandestinas en el extranjero.

La lista de evasores fiscales fue distribuida entre una treintena de medios internacionales por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), una agencia independiente basada en Washington, que recibió hace meses las filtraciones de dos exempleados de entidades financieras que ofrecían servicios “offshore” en paraísos fiscales como Singapur, Samoa, las islas Caimán y las islas Cook.

Los más de 2,5 millones de fichas sustraídas por los arrepentidos y depositadas en un disco de 200 GB afectan a 170 países y explican un gigantesco sistema globalizado de evasión fiscal que en las últimas décadas ha blanqueado billones de euros. Según un estudio de James S. Henry, execonomista de la consultora McKinsey, citado por Le Monde, los millonarios particulares tienen depositados en territorios de fiscalidad reducida entre 16 y 24 billones de euros, equivalente a la suma de los PIB de Estados Unidos y Japón.

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Los datos de la ICIJ se refieren solo a una parte de ese enorme pastel, camuflada a través de 120.000 sociedades opacas tras las que se esconden 130.000 testaferros y dueños reales. La investigación se ha publicado a lo largo de la semana pasada en medios como el estadounidense The Washington Post, el francés Le Monde –del que es accionista PRISA, grupo editor de EL PAÍS-, el argentino La Nación, el británico The Guardian y el japonés Ashahi Shimbun.

Dos años y medio después de la difusión de los documentos del Wikileaks de Julian Assange, y un año y medio más tarde del Vatileaks que contribuyó a la dimisión de Benedicto XVI, el denominado “Offshoreleaks” ha sacado a la luz un elenco en el que figura el actual primer ministro de Georgia, Bidzina Ivanishvili, y prominentes empresas y figuras políticas y financieras de Francia, Italia, España Estados Unidos, Rusia, Pakistán, India, Irán, Tailandia o Indonesia.

La lista incluye a una exministra del Gobierno tailandés ligada al dictador de Zimbabue, Robert Mugabe, a antiguos ejecutivos de oro de Wall Street, a distintos millonarios de Europa del Este, a traficantes de armas, a dirigentes de la gasista rusa Gazprom, y a representantes de las elites y la clase media griega o francesa.

En Francia, Le Monde ha contado cómo los bancos BNP y Crédit Agricole han ayudado desde hace dos décadas a miles de clientes a crear sociedades y ‘trusts’ en “palmerales fiscales”, y ha detallado los imperios ocultos del barón Elie de Rothschild y de la familia Grosman, dueña de la marca de ropa Celio. Además, ha revelado “la caja de Pandora” de la fiduciaria suiza Reyl, que gestiona en Ginebra, Singapur y las Islas Seychelles los bienes ocultos de miles de inversores franceses, entre ellos el patrimonio de Jérôme Cahuzac, el exministro de Hacienda.

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